Daniel Dicenta, un actor de casta

2 septiembre, 2014

El intérprete, miembro de una extensa saga de actores, ha fallecido esta mañana a los 76 años en la ciudad de Madrid

Nieto del dramaturgo Joaquín Dicenta e hijo del actor Manuel DicentaDaniel Dicenta parecía predestinado desde su nacimiento al oficio de la interpretación. Nacido en plena Guerra Civil (1937) en la ciudad de Valencia, desde que era un niño vio a su padre ser primer actor en los teatros Español y Lope de Vega. Vivió su debut en la gran pantalla en los títulos de crédito de la mítica La verbena de la paloma, de José Luis Sáenz de Heredia, en la que estuvo acompañado por las primeras figuras Concha Velasco y Vicente Parra. Corría el año 1963 y tras este primer papel le tocó poner voz y rostro a diversos personajes de series de TVE como La noche al hablar, La historia de San Michele, Primera fila, ¿Es usted el asesino? o Dichoso mundo.

Fue su participación en dos títulos cinematográficos, ambos dirigidos por mujeres, los que dieron mayor fama y reconocimiento a su talento. Recibió elogiosas críticas por El crimen de Cuenca, dirigida por Pilar Miró, realizadora que afirmó que sus protagonistas, José Manuel Cervino y Dicenta, eran «actores desaprovechados por el cine español. Su interpretación fue decisiva para el funcionamiento de la película arropados, además, por una sólida galería de secundarios». En Función de noche, de Josefina MolinaLola Herrera desnudó las peripecias de su relación personal con Daniel Dicenta. La actriz dialogaba ante las cámaras en conversación directa con el intérprete, del que se había separado 15 años antes del estreno del filme. El rodaje tuvo lugar en un camerino recreado en estudios, en el que ocho cámaras se colocaron tras los espejos para filmar sin interrupción hasta 30.000 metros de película. Todo un riesgo para la época, tanto en fondo como en forma.

También estuvo en Fortunata y Jacinta, de Angelino FonsLa muerte de Mikel, de Imanol Uribe; y El pájaro de la felicidad, de Pilar Miró, a la vez que desarrolló una prolongada carrera en el teatro, medio en el que interpretó obras de grandes dramaturgos nacionales –Federico García Lorca, Francisco Nieva y Fernando Fernán-Gómez– e internacionales –Vargas Llosa o Luigi Pirandello–. En los últimos años de su carrera, puso voz como doblador a Pesadilla en Elm Street o Fargo.

La saga de los Dicenta aún sigue viva. Su hija Natalia, fruto de su relación con Lola Herrera, siguió los pasos de sus progenitores en el oficio de la interpretación.

Foto: ©RTVE
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