Fallece Lina Morgan, una cómica de las de siempre

20 agosto, 2015

La tonta del bote fue uno de los éxitos en la gran pantalla de esta actriz nacida en 1937 en el castizo barrio de La Latina

Lina Morgan ha fallecido a los 78 años en su domicilio de Madrid. Hija de un sastre y una ama de casa, comenzó a labrarse una carrera como artista desde muy pequeña –a los 11 años al terminar la educación primaria empezó a estudiar baile clásico español–. Pepe Cabo, representante del mundo del espectáculo, puso sus ojos en ella cuando había cumplido 13 años para pasar a formar parte de una compañía infantil, ‘Los chavalillos de España’. Ahí comenzó la relación con la interpretación de María Ángeles López Segovia, nombre real de Lina Morgan, que entonces desconocía que pasaría la mayor parte de su vida haciendo reír a las familias españolas. Tuvo éxitos rotundos en cine, teatro y televisión, medio al que se dedicó en cuerpo y alma los últimos años de su trayectoria artística. A los 78 años ha fallecido en la ciudad que la vio nacer una cómica total, una mujer que en cada día de función se sintió conquistada por el aplauso de su público.

Al integrarse en la compañía de revistas Colsada a los 16 años, comenzó a trabajar como bailarina del reparto de la vedette Maruja Tomás. Llegó a falsificar su fecha de nacimiento para ingresar en el cuerpo de baile. En 1956 se le ofreció sustituir a Mercedes Llofriu, momento en el que adopta el seudónimo Lina Morgan. Corría la mitad de la década de los cincuenta y Lina Morgan, ya como vedette de revista, se codeaba con Tony Leblanc, Manolo Paso o Miguel Gila. Se fijan en ella para el cine y dio sus primeros pasos en el celuloide junto a un Leblanc director (El pobre García), Jess Franco (Vampiresas 1930) y Rafael J. Salvia (Una tal Dulcinea). También fue la inolvidable Mari Loli en Las que tienen que servir –secundaria de lujo en una producción en la que compartió plantel con Concha Velasco, Amparo Soler Leal, Manolo Gómez Bur, Alfredo Landa y José Sazatornil­–.

Sus apariciones en varios Estudio 1 ­–La chica del gato El landó de seis caballos– hicieron que fuese requerida como protagonista en la pantalla grande. Soltera y madre en la vida (1969) y La tonta del bote (1970) fueron los títulos en los que empezó a percibirse que Lina Morgan se convertía en una cómica de las de siempre, querida y seguida por toda la familia. Empezaba también a dibujar el rol que asumiría en muchas de las producciones de su biografía artística: “el sempiterno personaje de mujer inculta capaz de revolver situaciones complicadas gracias a su intuición y a un gracejo de corte caricaturesco y esterotipado”, tal y como reza el Diccionario de Cine Español, editado por la Academia de Cine y dirigido por José Luis Borau.

A partir de los setenta estuvo en ocho comedias dirigidas por Mariano Ozores donde siguió explotando las fórmulas de humor que le habían llevado al éxito. En 1975, año de la muerte de Franco, se despidió de la pantalla grande dirigida por Rafael Romero Marchent en Un día con Sergio. Sorprendentemente, veinte años después, volvió al mundo del celuloide con Hermana, ¿pero qué has hecho?, de Pedro Masó. Acompañada de Tote García Ortega y José Manuel Cervino, interpretó a una monja atracadora de banco y a su hermana gemela.

 

En directo y en pantalla 

En 1978 alquila con la ayuda de su hermano, el empresario José Luis López Segovia, el Teatro La Latina de Madrid, símbolo emblemático de las tablas en su barrio. Cinco años después, lo compró por 127 millones de pesetas a su antiguo propietario, Matías Colsada. Sus éxitos entre cajas llevaron a TVE a rodar versiones de algunas de sus obras para la pequeña pantalla: Vaya par de gemelas, Celeste no es un color y El último tranvía. 

En 1994 fue uno de los fichajes estrella de Antena 3 para la serie Compuesta y sin novio. Tras este serial, volvió a la cadena pública de la mano de Valerio Lazarov en Hostal Royal Manzanares, serie que no dejó de cosechar éxitos en cuatro temporadas reuniendo frente al televisor en su último episodio a 7.332.000 espectadores.

Tras este éxito casi sin precedentes de la ficción española, Morgan se embarcó en otras producciones televisivas que no tuvieron tanto recorrido, como Una de dosAcademia de baile Gloria ¿Se puede?. Fue retirándose del que había sido su oficio poco a poco, apareciendo esporádicamente en series como Aquí no hay quien viva, A tortas con la vida o Escenas de matrimonio.

Mantuvo la propiedad del Teatro La Latina hasta junio de 2010, mes en el que se decidió a venderlo al grupo catalán Focus a cambio de 7’5 millones de euros, un despacho y un palco de por vida en el templo de la escena al que tantos años había dedicado. En vida fue una personalidad artística muy reconocida recogiendo galardones como el Fotogramas de Plata, tres TP de Oro, la Antena de Oro de Teatro, un Premio Ondas, el Miguel Mihura, la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.

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