Muere el actor Carlos Álvarez-Nóvoa, ganador de un Goya por Solas

23 septiembre, 2015

Fallece en Sevilla a los 75 años este intérprete multidisciplinar, que compaginó la actuación con la docencia, la escritura y la dirección teatral

Ni había cumplido la mayoría de edad cuando se inició en el Teatro Español Universitario, pero la pasión de transmutarse en otros ya le corría por las venas. Quizá por eso aseguraba en una de sus últimas entrevistas que si volviese a tener veinte años le gustaría hacer lo mismo que hizo cuando los tenía. Y eso fue formarse y trabajar a destajo en compañías de Madrid, Sevilla y Barcelona. En una vida entregada a la actuación, su ímpetu por esta profesión se ha mantenido intacto hasta el final de sus días, en los que ha dejado pendiente de estreno en el María Guerrero una obra teatral (Bangkok) y su papel de padre en La novia, de Paula Ortiz, adaptación al cine de la obra lorquiana que verá la luz hoy en el Festival de San Sebastián, y cuyos responsables aseguran que el intérprete no pudo disfrutar antes de su fallecimiento.

Debutó en la pantalla con la serie de televisión Réquiem por Granada, de Vicente Escrivá, y después llegarían la película Los años bárbaros y su inolvidable papel de vecino en Solas, de Benito Zambrano. Un personaje con el que el público le descubrió a los 59 años y que le valió el  Goya® a Mejor Actor Revelación en 1999, el reconocimiento en el Festival Internacional de Tokio y el premio a Mejor Actor Secundario de la Unión de Actores de España. Otras de las cintas en las que participó fueron La hija del caníbal, Elsa & Fred, ¿Por qué se frotan las patitas?  o  Las Olas, de Alberto Morais,  con la que recibió el San Jorge de Plata del Festival Internacional de Cine de Moscú.

Pero el teatro fue su casa. En las tablas desarrolló una larga trayectoria, donde interpretó obras de Federico García Lorca (Doña Rosita la Soltera), Rodrigo García (El reloj), Calderón de la Barca (La vida es sueño), Buero Vallejo (Historia de una escalera),  Pérez Galdós (Puerta del sol) y su admirado Valle Inclán (La noche de Max Estrella), entre otros. Entre bambalinas se movió también en la adaptación de la novela Soldados de salamina, dirigido por Joan Ollé,  y la de la historia que le alzó con el Goya®Solas. A este intérprete tampoco se le resistió el Teatro de Mérida, donde fue uno de los protagonistas de Electra, de Eurípides, dirigido por José Carlos Plaza y acompañado en el reparto por Ana Belén y Julieta Serrano.

Además apareció en series de televisión tan conocidas como Gran Reserva, Con el culo al aire o Imperium. En este 2015 apareció en la pequeña pantalla en pequeños papeles en las ficciones El ministerio del tiempo y Carlos, Rey Emperador, donde interpretó a Leonardo Da Vinci. Fue un intérprete muy prolífico en el cortometraje, acudiendo siempre a la llamada de jóvenes realizadores, llegando a aparecer en los títulos de créditos de más de sesenta filmes de corta duración.

En el próximo mes tenía previsto el estreno de Bangkok, con texto y dirección de Antonio Morcillo. La historia de un misterioso anciano con un billete para ir a la capital tailandesa que aparece en un aeropuerto vacío de la geografía española con la que Álvarez-Nóvoa ya no se subirá a las tablas del Teatro María Guerrero. Fallecido en Sevilla a los 75 años, este asturiano nacido en La Felguera, había tomado la capital hispalense como su tierra adoptiva. Vivía en Palomares del Río, dio clases a lo largo de los años en distintos institutos de la provincia y un teatro lleva su nombre, desde hace años, en la ciudad de Camas.

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