Natalia de Molina: «Hay mucha verdad en la película»

3 diciembre, 2015

Pone rostro y nombre al drama de los desahucios en Techo y comida, la «necesaria» ópera prima de Juan Miguel del Castillo

 

Tras el éxito en el Festival de Málaga, Techo y comida llega a los cines el 4 de diciembre y propone al espectador que se aleje de la visión del ‘telediario’ y entre en la vida de Rocío, una madre soltera en paro, que teme perder la custodia de su hijo. Juan Miguel del Castillo vuelca en su ópera prima la sensación de impotencia que le dejó una experiencia personal con una vecina afectada por los desahucios. Una ficción dura y sin concesiones artísticas con la que intenta «agitar la mente dormida de las instituciones».

Para ello cuenta con Natalia de Molina, que se pone en la piel de esta joven. Una transformación que le ha obligado a cambiar su acento y vivir en la ficción –antes que en la realidad – la experiencia y el sacrificio de ser madre. «Es un regalo como actriz que yo no pensaba que me iba a llegar tan pronto», confiesa la ganadora de un Goya por Vivir es fácil con los ojos cerrados. La imagen de Rocío orbita en torno a una camiseta que reza ‘Rescue me’, una prenda de segunda mano que acabó dando nombre a la cinta con ese subtítulo que interroga directamente al público: ¿Y a ti quién te rescata?

 

Protagoniza una transformación completa al encarnar a Rocío. ¿Cómo ha sido ponerse en la piel de alguien tan lejano a su situación?

Como actriz he disfrutado mucho porque es un personaje que me ha permitido jugar a nivel emotivo, a nivel de construir una personalidad, pero ya no solo eso, sino que también tenía que trabajar el acento de Jerez de la Frontera, trabajar físicamente incluso. Conforme fui encontrando a Rocío, o Rocío encontrándome a mí –no sé muy bien si yo me he puesto en su piel o ella se ha metido en la mía – disfrutaba más y jugaba más. Las secuencias más duras, a las que más miedo tenía en un principio, son las que más disfruté al final como actriz.

¿Se puso en contacto con personas que hayan pasado por el drama de los desahucios?

Tuve que informarme muchísimo sobre esta situación, hablar mucho, observar mucho. Cerca de dónde vivo había un comedor social e iba mucho a mirar.

Se ha involucrado en una película muy comprometida, en la que da visibilidad a un tema muy doloroso.

El cine es un arte y tiene que haber películas de todo tipo. A mí me impresiona que siendo una cosa que viene pasando desde hace tanto tiempo –la película está ambientada en 2012, que fue cuando más estaba sufriendo la gente los efectos de la crisis – no se haya hecho más historias sobre este tema. La película te hace empatizar y te hace entender y no apartar la vista de la víctima, de la gente que sufre en silencio. Hay mucha gente que lo está viviendo sola.

¿Qué le capturó de la historia?

Cuando leí el guión me emocioné muchísimo, terminé llorando y a los tres días seguía pensando en la historia, seguía pensando en Rocío y seguía con ese nudo y esa sensación de impotencia y de rabia de que esto, aunque sea una película, representa una realidad. Esto está pasando en nuestro país.

Ha confiado en el proyecto del novel Juan Miguel del Castillo

Es una historia que si no se hubiera hecho con la visión que tiene Juan Miguel podría haber caído en otra cosa. Cuando tuve la entrevista con él y nos conocimos me di cuenta que si alguien tenía que contar esta historia era él porque sabía de lo que hablaba y lo iba a hacer como se ve en la película, de una manera cruda, honesta, sobria, sin artificios ni edulcorantes, sin sensiblerías ni metiendo el dedo en la llaga. Él presenta una realidad dura y si tu sientes cosas no es por la música o por la fotografía, es porque te llega porque estás viendo algo que reconoces y que es verdad. Hay mucha verdad en la película.

Se ha puesto en la piel de una madre sin haber tenido la experiencia de serlo.

Para mí las mujeres somos diosas, porque traemos vida. Es como algo mágico. Además yo quiero muchísimo a mi madre… también era un reto con 25 años que la gente viera creíble en la película que tengo un hijo de ocho años.

Tras ser reconocida con la Biznaga de Plata a Mejor Actriz en Málaga por el papel de Rocío y con el Premio Trayectoria Joven en Abycine ¿Piensa en los Goyas?

Ojalá, pero porque le daría una visibilidad a la película que la necesita. Porque es una temática dura y, a pesar de todo el reconocimiento y las buenas críticas, eso animaría a la gente a acercarse al cine a verla. Nada más que por eso ojalá que le pase todo lo bueno que le tenga que pasar. Creo que es una película que tiene que verse. En los pases que hemos hecho con gente nos dicen ‘qué dura, pero qué necesaria’. Para mí tendría que ser de visión obligatoria.

La película plantea al espectador la pregunta ¿Y a ti quién te rescata? En su caso, ¿quién rescata a Natalia de Molina día a día?

Para mí, la persona más importante en mi vida es mi madre. El cine es mi latido. Es mi pasión y tengo mucha suerte de poder estar haciendo las cosas que estoy haciendo.

¿El cine le ha rescatado de aquella timidez que casi le disuade de dedicarse a la interpretación?

Natalia es tímida, luego el personaje que sea lo que tenga que ser. Yo sigo siendo tímida, como ya he hecho cosas y entrevistas, pues me voy sintiendo más cómoda. Es curioso porque la gente piensa que un actor tiene que ser muy extrovertido y luego te encuentras con personas que son muy tímidas, no sé si tiene que ver con la sensibilidad. Pero es verdad que cuando interpreto no hay nada de eso, priman las ganas de contar una historia y de meterme en la piel del personaje.

Desde su Goya a Actriz Revelación en 2014 ha trabajado en proyectos muy diferentes.

Todas en mayor o menor medida han sido un reto y me han aportado muchas cosas. Como sobrevivir a una despedida era la primera vez que hacía comedia. Yo que considero que no tengo gracia pensaba ‘a ver como hago yo para hacer una comedia’. Techo y comida ya ni te cuento el hiperreto que ha sido… En Solo química es un papel pequeño, pero hago de bailarina. Pozoamargo, que la vi en Sevilla, es otro tipo de cine, totalmente diferente, muy de autor, una fotografía espectacular, y un personaje también muy difícil.

Después de Techo y Comida, le veremos en Kiki, el amor se hace, de Paco León y en la película Los del túnel, de los guionistas de Cámera Café.

Espero seguir muchos años. Pero si paro estaré contenta porque de verdad he hecho cosas que me llenan y pasarán los años y estarán allí.

¿Qué siente cuando se ve en la pantalla?

Lo paso mal. La primera vez que veo algo me cuesta mucho, siempre estoy pensando… soy super, super, crítica. Me juzgo mucho y a veces esto te hace evolucionar, pero hay otro punto en que solo te estás machacando. La primera vez es la peor y luego te vas relajando y llega un día que hasta ves la película.

Cuando recogió el Goya recordó una frase de su personaje, Belén, para hablar de un tema tan polémico como el aborto. ¿Cree que los intérpretes deben posicionarse ideológicamente?

Eso va con la persona. Si lo haces de una manera elegante y sin hacer daño a nadie ni crear polémica yo creo que está bien. Que tengan la libertad, como cualquier ciudadano, que si quieren decir algo que lo digan y si no, pues no.

La misma participación en Techo y comida ya es un posicionamiento

Yo no puedo obviar de qué va la película. Me parece algo incomprensible, pero creo que todo el mundo debería pensar que es una cosa incomprensible que esto esté pasando en España.

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