Inma Cuesta: “La novia es el trabajo más animal y más visceral que he hecho”

Por Mónica Tourón · Foto: ©Jorge Fuembuena · 10 diciembre, 2015

Para la actriz esta versión de Bodas de sangre es valiente, arriesgada, comprometida y muy fiel a la obra

Inma Cuesta se viste de blanco y se tiñe de fango y rojo en el cuadro que abre La novia. Este fin de semana se estrena esta peculiar versión de ‘Bodas de sangre’, que Paula Ortiz plantea como una sucesión de escenas llenas de fuerza: la fuerza de una debilidad que revuelve lo más hondo de los sentimientos humanos. Inma Cuesta encarna esas pasiones enfrentadas y esos sentimientos opuestos que la cámara de Paula Ortiz ha plasmado en una película que, premeditadamente, no se ubica ni temporal ni geográficamente. No se sabe en qué época ni lugar se desarrolla: estamos en el universo de Federico García Lorca.

“Cuando era pequeña tenía una edición de Austral de ‘Bodas de sangre’ y ‘Yerma’, y cuando soñaba con ser actriz memorizaba Bodas de sangre. Muchísimos años después llega una llamada de Paula Ortiz y me dice que había pensado en mí para hacer La novia. Ha sido algo mágico, como un regalo, como si se cerrara un círculo”. Inma Cuesta no dudó ni un momento en aceptar el papel que, en su opinión, “es como interpretar a Julieta; es un gran reto, una responsabilidad, un privilegio”.

 

La novia de Paula Ortiz canta y baila. Sus comienzos profesionales fueron en un musical y su formación, además de interpretación, es musical y de danza ¿Para dar vida a la novia de García Lorca se preparó de alguna manera especial?

Yo tengo un concepto e idea de la profesión de mucho respeto, con una gran sensación de honestidad y compromiso. Paula me dijo que en mí los versos de Lorca sonaban como si los hubiera recitado siempre. Le he dedicado mucho trabajo de texto y trabajo personal e íntimo de transitar por mí misma, por mi interior. La novia no deja indiferente, es interesante que provoque sensaciones y reacciones distintas, significa que hemos hecho algo arriesgado. Me gusta el riesgo y crear. Creo que eso es lo comprometido con el arte, crear, reinterpretar, no copiar o repetir.

¿Dudó a la hora de aceptar la película?

Ni un momento. La novia me llegó en un momento personal en el que podía entender su conflicto. Era necesario trabajar a corazón abierto; ha sido un viaje catártico que me ha ayudado a descubrir cosas de mí. Por ejemplo la necesidad de abrir cajas de recuerdos que llevaban cerradas mucho tiempo, he hurgado y he descubierto muchas cosas dentro de mí. Es el trabajo más animal y más visceral que he hecho.

Es una película muy visual, poética, llena de símbolos, con escenas que parecen cuadros…

Se utilizan imágenes icónicas y poéticas que ayudan a reflejar el mundo onírico de Lorca. Es una propuesta valiente, arriesgada, comprometida y muy fiel a la obra. La luna es un personaje, la muerte es un personaje y trasladar ese mundo onírico y poético al cine no era una tarea nada fácil, pero se ha logrado muy bien.

Dice Inma Cuesta que “Paula cuenta la historia a través de la mirada de la novia, atrapada por dos fuerzas de la naturaleza que la arrastran y son las dos muy poderosas. El paisaje es un personaje más de la película, y el viento, que nos complicó bastante el rodaje, es muy importante en la historia… Las fuerzas de la naturaleza van acordes con los personajes: el novio es el aire y Leonardo es la tierra, el fuego que arrastra a la novia. Ha sido un acierto la elección de Álex García y Asier Etxeandia, los dos son igualmente poderosos, fuertes, y su fuerza ha sido el 50% de mi trabajo”.

Habla de complicaciones causadas por el viento, ¿fue un rodaje duro?

Pasamos frío, mucho calor, dificultades por el viento y muchas molestias por los mosquitos… Rodar en exteriores siempre es duro. Pero lo más duro fue la enorme carga emocional de tantas sensaciones.

Acaba de dar vida a uno de los grandes personajes de nuestra literatura, formará parte de la próxima película de Pedro Almodóvar y tiene pendiente el estreno de Capitán Koblic, thriller de Sebastián Borensztein que protagoniza junto a Ricardo Darín. ¿Qué proyecto le gustaría tener sobre la mesa?

Me dejo llevar por la vida y el destino, me dejo sorprender y no pienso en qué me gustaría hacer. También tengo los pies en la tierra y sé que este trabajo es una carrera de fondo. Sí me gustaría hacer un pedazo de película musical. Me han ofrecido proyectos teatrales, pero o bien no he podido o no me han llenado. En teatro hay que hacerlo todo al 100%, y simultanear teatro y televisión o cine es agotador, y a mí me gusta disfrutar de lo que hago y para eso hay que tomar decisiones, elegir y decir que no. Me gusta disfrutar de la vida y de mi trabajo, y si me entrego a algo disfrutarlo y saborearlo.

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