Cuando Viceroy y la Fundación Uno entre cien mil le propusieron a Penélope Cruz ser su embajadora, la actriz española más internacional no se quedó en el papel de mera imagen de marca, sino que aceptó el reto de ponerse tras las cámaras y trasladar la situación de aquellos niños que luchan contra la leucemia y sus familias. “Este documental es mi mensaje. En ningún momento lo dudé”, sentenció.
José Carnero, presidente de la Fundación Uno entre cien mil, Juan Palacios, propietario de Viceroy; y la actriz presentaron este jueves en la Academia de Cine un avance del documental, que se encuentra en fase de montaje y que recorrerá en el futuro diversos festivales. Cruz, que ha ejercido de directora y guionista, aseguró que ha tenido total libertad a la hora de crearlo en un proceso que ha sido “muy intuitivo” y que nace del contacto directo con las personas que sufren esta enfermedad.
“Ha sido una de las experiencias que más me ha marcado en la vida”, reconoció la intérprete a la que Carnero y Palacios agradecieron “todo el corazón” y “su generosidad”. Cruz explicó que la experiencia ha sido muy intensa. Y que en ocasiones le podía la emoción y tenía que hacer una pausa “e irme al baño a llorar”, pero que “ha valido la pena” y que es “lo mismo que me pasó rodando ma ma”.
Dijo que quiere seguir desarrollando en el futuro la faceta de directora dentro del mundo de la publicidad y de los documentales. “Me llama mucho la atención la dirección desde que era pequeña”, resaltó antes de añadir que espera poder llegar algún día a dirigir un largometraje, “aunque no va a ser los próximos cinco años”. De momento, ya puede presumir de dos anuncios publicitarios y el corto documental Uno entre cien mil.
Cruz también puso el foco en los pocos recursos que se destinan a la investigación oncológica infantil por tratarse de una población menor. “Lo dicen los investigadores, hay poquísima investigación. Los esfuerzos más grandes se derivan al mundo adulto”. Aunque el documental cuenta con el testimonio de estos profesionales, el centro son los niños afectados, sus hermanos y sus padres, con los que la actriz ha compartido cuatro meses y de los que se lleva muchas lecciones.
“Estos pequeños son maestros. Me sentía más viva estando al lado de estos niños”, aseguró la actriz, que ha tomado una reunión de estos padres luchadores como hilo conductor de la historia y que mantiene el vínculo con los protagonistas de la producción. “Lucas me manda mensajes un día sí y otro no, contándome como se siente”, reveló.
Bajo el lema “La leucemia es un enemigo demasiado fuerte para uno, pero no para cien mil”, la producción busca dar visibilidad a una enfermedad que supone el 30% del cáncer infantil en España y con 300 personas diagnosticadas al año en nuestro país. Los beneficios, al igual que los de la pulsera solidaria de Viceroy, irán destinados a una beca de investigación para luchar contra la leucemia infantil. Un compromiso solidario que cumple su tercer año.
