«He dedicado toda mi vida a esta difícil profesión», destacaba en su biografía Arturo Marcos Tejedor, prolífico productor y académico que falleció el pasado viernes.
Marcos Tejedor (Palencia, 1923) respaldó más de 70 películas como productor o coproductor, muchas de ellas realizadas bajo la fórmula de la coproducción, y distribuyó películas nacionales y extranjeras. Comenzó su aventura cinematográfica en 1942 como meritorio de producción del filme Correo de Indias, e intervino en la producción de Cómicos, Tres citas con el destino, Esa pícara pelirroja, Brandy, títulos a los que sumó los dirigidos por Jess Franco Los demonios, El conde Drácula, La maldición de Frankestein, Las vampiras, La venganza del doctor Mabuse y La tumba de los muertos vivientes, entre otros muchos.
Marcos Tejedor aseguraba que su único mérito había sido «la constancia» y que había puesto en pie sus producciones , enmarcadas dentro del cine de consumo, «con escasez de medios, a base de mi esfuerzo y riesgo. La lucha ha sido titánica, pero valió la pena».
