Nacido en Buenos Aires en 1936, Federico Luppi fue sin duda alguna uno de los referentes actorales del cine en español. Su primer papel en el cine fue en un rol secundario en Pajarito Gómez, de R. Kuhn, en 1965, al que siguió su participación en títulos del cine argentino como El romance del Aniceto y la Francisca, Todo sol es amargo, Las ruteras, El proyecto, Los herederos, La revolución, Las venganzas…
Participó en numerosos títulos de Adolfo Aristarain, como La parte del león, Tiempo de revancha, Un lugar en el mundo, Martín (Hache) o Lugares comunes. También fue un asiduo del cine de Guillermo del Toro, con el que trabajó en Cronos, El espinazo del diablo y El laberinto del fauno.
Tras cambiar su residencia a España en 2001, hace que el intérprete desarrolle también una amplia carrera en nuestro país, donde trabajó en filmes como La habitación de Fermat, El último justo, Éxtasis, Inevitable o Al final del túnel.
Probó las lides de la dirección con el largometraje Pasos, historia situada en una ciudad de provincias española, tras el intento fallido de golpe militar del 23 de febrero de 1981, en la que contó, entre otros, con Ana Fernández, Ginés García Millán o Jordi Dauder.
Su última aparición en la gran pantalla fue en la coproducción Nieve negra, de Martín Hodara, en la que compartió plantel con sus compatriotas Ricardo Darín y Leonardo Sbaraglia.
Luppi se llevó la Concha de Plata al Mejor Actor en el Festival de San Sebastián por Martín (Hache) y ganó seis Cóndor de Plata al Mejor Actor. A los Goya estuvo nominado a en dos ocasiones por Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto y La ley de la frontera. El Festival de La Habana le entregó el Premio de Honor en 1994 y lo reconocieron como Mejor Actor Festivales como Sitges, la SEMINCI o el Festival del Mar de Plata, entre otros muchos certámenes, por sus interpretaciones en Cronos, El último tren y Rosarigasinos, respectivamente.