Fallece Reyes Abades, un técnico clave en la historia del cine español

2 febrero, 2018

Reconocido con 9 Premios Goya a los Mejores Efectos Especiales, este profesional extremeño ‘rompió moldes’

Fue uno de los técnicos imprescindibles de nuestro cine y en los títulos de crédito de una película española, los efectos especiales casi siempre llevaban su firma. Reyes Abades (Castilblanco, Badajoz 1949) era un maestro en hacer real lo que otros imaginan, tarea que desempeñó  durante más de cuatro décadas. Con más de 300 títulos en su haber, tanto nacionales como internacionales, este extremeño hecho a sí mismo que de la nada creó un oficio inexistente en nuestro país hasta su llegada, falleció ayer, martes, en Torrejón de Ardoz, a los 68 años.

El que para muchos era ‘el señor que recogía los Goya’ –tenía nueve en su estantería por su trabajo en ¡Ay, Carmela!, Beltenebros, Días contados, El día de la bestia, Tierra, Buñuel y la mesa del rey Salomón, Lobo, El laberinto del fauno y Balada triste de trompeta–, galardones a los que este año opta por partida doble por Oro Zona hostil, estaba enamorado de su profesión. «Me gusta arreglar lo que los demás no son capaces de solucionar. Soy técnico, imaginativo, profesional y me ilusiono pensando en cómo superarme cada día. No conozco el no. Aquí te piden cosas de locos, pero siempre nos sumamos a esa locura. Somos los de efectos especiales…Si es que hasta el nombre es especial”, decía este reconocido profesional que siempre se comprometía «a hacer posible lo imposible, pero milagros no».

Supervisor de efectos especiales, mundo al que llegó en 1968 y aprendió con Manuel Vaquero, trabajó en varias compañías francesas, norteamericanas e italianas. En el 79 se independizó y fundó su propia compañía. Desde entonces, además del cine,  colaboró en publicidad, televisión, espectáculos audiovisuales, parques temáticos y grandes eventos -uno de los efectos más llamativos de Reyes Abades fue la ceremonia de inauguración de los JJ.OO de Barcelona-.

Cómplice de numerosos directores -”con todos,  salvo por problemas de agenda, he repetido, y eso dice mucho,  tanto a su favor como a mi favor”-, el que era el técnico de efectos especiales más premiado de nuestro cine ni en sueños  imaginó que alguien escribiría un libro sobre él. Pero el historiador de cine Josep Lluís i Falcó descubrió muchas de las facetas de este profesional en ‘Reyes Abades. Rompiendo moldes’, volumen en el que este “peón de ajedrez” contó “mi verdad”  sobre un oficio “muy olvidado”.

Abades barajó varios títulos para esta obra que, junto a ‘El cine español. Una historia cultural’ recibió ex aequo el Premio Muñoz Suay 2013 de la Academia de Cine, y de los muchos que tuvo sobre la mesa escogió el que «mejor me retrata porque yo he roto moldes. A los 8 años empecé a trabajar, a los 16 tuve un hijo… Además, en todos los efectos especiales siempre hay que hacer un molde para reproducir el objeto que luego hay que romper porque no sirven para otra película”, declaró el que era el técnico en activo más veterano del cine español que era como la tierra en la que nació y de la que se sentía tan orgulloso –»extrema y dura»–.

Premio Ricardo Franco del Festival de Málaga, Medalla de Extremadura y Medalla al Mérito en las Bellas Artes, Reyes Abades tenía pendiente el estreno de Tiempo después, El reino, El hombre que mató a Don Quijote yMemorias del calabozo.

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