Pedro Almodóvar, José Luis Garci, Eloy de la Iglesia, Bigas Luna, Gracia Querejeta, Manuel Gutiérrez Aragón, Josetxo San Mateo, Manuel Gómez Pereira, Gerardo Herrero, Manuel Iborra, Emilio Martínez-Lázaro, Álex de la Iglesia, Mariano Barroso… son solo algunos de los muchos directores que confiaron en las manos del técnico de sonido José Antonio Bermúdez tocando ‘las perillas’, sacando lo mejor de cada toma. Este jueves ha fallecido en Madrid, la ciudad en la que nació hace 75 años.
Reconocido con cuatro Premios Goya (Orquesta Club Virginia, El día de la bestia, Los peores años de nuestra vida y Todo sobre mi madre), Bermúdez desarrolló su trayectoria profesional junto a su hermano Marcos. Juntos empezaron en el mundo del sonido –fueron los primeros en preparar las músicas que se escuchaban en el hilo musical– y trabajaron en los estudios Moro y Cinearte.
Sangre de mayo fue la última película de este profesional “riguroso, muy implicado y muy exigente con su trabajo. Era un hombre de cine muy respetado y querido por sus compañeros”, ha manifestado el director, guionista y presidente de la Academia Mariano Barroso, que hizo varias películas con Bermúdez . “Siempre me ayudó y aprendí con él”.
Aprendió con Enrique Molinero y Jesús Jimenez, y compartió sus conocimientos con sus ayudantes y actuales mezcladores Carlos Garrido, Diego Garrido, Nicolas de Poulpiquet y Edmée Manière, entre otros. Hablar de José Antonio Bermúdez hay que nombrar al maestro montador Pepe Salcedo, que no mezclaba si no estaba «el abuelo».
