3D Wire reveló el palmarés de su décima edición, que premia los mejores trabajos y proyectos del sector de la animación, videojuegos y new media. Unos galardones donde el apartado de animación española ha puesto de acuerdo al jurado y a los espectadores. El cortometraje Soy una tumba, de Khris Cembe, fue distinguido con el premio al Mejor Corto Nacional y el Premio del Público.
Esta historia de un niño solitario en un pueblo marinero de Galicia, que presencia un horrible crimen que perturba su inocencia, regresaba al certamen, tras haber obtenido el Premio Proyecto Corto Movistar+ en la edición de 2016. El jurado de la muestra segoviana otorgó también una Mención Especial en esta sección para la historia en formato corto Patchwork, de María Manero Muro.
Plataforma de proyectos que se convierten en realidad, Colossal Jane, de Roc Espinet, se alzó con el Premio Proyecto Corto Movistar+. Dotado con 9.000 euros por la adquisición de los derechos de emisión, el galardón ayudará al desarrollo de este musical, en el que la protagonista, Jane, lucha contra el maltrato psicológico de su exnovio.
Con una década a sus espaldas, este aniversario invita a los responsables de 3D Wire a hacer balance. “Ha cambiado la afluencia de público, se ha multiplicado por diez”, celebra José Luis Farias, director del evento, que ve una continuidad en las propuestas de esta década. “Hemos mantenido la línea de no tener línea. Ver lo que está pasando, analizar el sector y, en función de esto, proponer cosas distintas. Siempre estamos buscando dónde se están haciendo las cosas más originales e innovadoras”, explicó.
Enfocado al networking y los negocios en su faceta de Mercado y a mostrar las últimas tendencias en animación, videojuegos y new media en el apartado de Festival; el certamen busca ser “el punto perfecto confluencia entre Latinoamérica y Europa”.
En 2018 esa conexión se ha escenificado en el apoyo del programa MEDIA y en la presencia destacada de la animación francesa en Segovia. “El apoyo de la Unión Europea ratifica el trabajo que estamos haciendo”, afirma Farias, que destaca la utilidad y la vinculación del evento con los profesionales que participan: “Los que vienen un año como país invitado, luego piden volver para tener reuniones o para mostrar sus proyectos. Lo que hemos conseguido estos diez años es formar una familia”.
