Las historias, el motor del cine iberoamericano | Encuentro de nominados

2 febrero, 2019

“Siempre hemos tenido historias, ese es el fuerte de Iberoamérica”. Así se abrió, a un día de la gala de los Premios Goya, el coloquio celebrado en la Fundación Cajasol de Sevilla que reunió a las cuatro películas nominadas a Mejor Película Iberoamericana. Mariela Besuievsky, productora de La noche de 12 años, reconoció que el cine iberoamericano pasa “por momentos buenísimos y tiene mucha calidad desde hace tiempo. Hay un punto de inflexión: el programa Ibermedia que ha ayudado a generar sinergias en el cine entre países, con fondos a mejorar tecnológicamente la calidad de las películas».

“Es un acto de tremenda porfía levantar una película aún en mi país” declaró Antonia Zegers, protagonista de la chilena Los perros, para quien las historias se levantan gracias a la fuerza de la convicción y al uso de la coproducción. “Insistencia que se transforma en pasión y en necesidad. Los fondos en mi país son miserables, el presupuesto de cultura equivale a un tanque. Y eso que somos los mejores representantes, el vino y el cine son los mejores embajadores. Las coproducciones han enriquecido los proyectos, los equipos de otros países no solo ponen plata si no que entran en el proceso de la película y eso es muy nutritivo porque rompe fronteras de todo tipo”.

Esther García, productora de la argentina El ángel, cree que “es importante romper una lanza para que se modifique la ley de cine, porque hay una serie de normas que obligan a gastar una parte importantísima de dinero aquí y complica mucho hacer coproducciones. El dinero que desde España se invierte en Latinoamérica le da un plus a la película, que le permite además viajar a este lado, puesto que tenemos la misma lengua, y eso las hace más visibles para otros”. El director de la uruguaya La noche de 12 años, Álvaro Brechner, que vive desde hace 20 años en España, se sumó al debate sobre la salud del cine iberoamericano aseverando que “hay cierto grado de urgencia ante las necesidades y los 18 000 filtros que debe pasar una película antes de poder rodarse”, y está convencido que, si no fuera por la voluntad y “un grito de verdad y urgencia que sale desde dentro del estómago, ciertas obras no podrían hacerse”. Hizo hincapié en las palabras de Esther García, reconociendo la generosidad y la implicación de España en los tiempos en que la inversión desde nuestro país “era esencial para todo el cine iberoamericano”, y aseguró no entender que hoy, en el momento de recoger frutos, España de golpe haya echado la mirada a otro lado. “Es curioso que, en el momento más oportuno, se retire y ceda terrena ante otras naciones, como es el caso de Francia, Alemania o los países nórdicos, que no tienen nada que ver con nosotros ni hablan la misma lengua”.

Para Nicolás Celís, productor de la mexicana Roma, “una legislación de apertura entre fronteras es fundamental”, y pidió mejores alianzas con la exhibición para dar mayor visibilidad. Para la también productora de la cinta de Alfonso Cuarón, Gabriela Rodríguez, las nuevas plataformas abren las puertas a cintas que no consiguen llegar a los cines, aunque “si los exhibidores no apoyan las películas, los que las financian tampoco quieren meterse”.

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