La mitad invisibilizada | Encuentro en torno a Half de Picture

8 marzo, 2019

La directora Chus Gutiérrez, la distribuidora Lara Camiña y la productora María Zamora debatieron sobre la desigualdad entre hombres y mujeres en el cine español

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, la Academia de Cine y el canal de televisión TCM analizaron en la institución las situaciones a las que se enfrentan las mujeres directoras tanto en la industria de Hollywood, con la proyección del documental Half de Picture, como en el cine español, a través de los testimonios de Chus Gutiérrez, Lara Camiña y María Zamora, en una mesa redonda que moderó la periodista Begoña Piña.

Las cifras que arroja el documental de Amy Adrion son demoledoras. En la última década, de las 1114 películas más taquilleras de Hollywood, 1069 estuvieron dirigidas por hombres y tan solo 45 por mujeres. Además, en 90 años de premios Oscar, ha habido 442 nominados en la categoría de Mejor Dirección frente a cinco mujeres, de las que solo Kathryn Bigelow ha conseguido la estatuilla.

Hay una mitad de la mirada, “de la película”, que Hollywood ha discriminado a lo largo de los años, como evidencian no solo los datos, sino también las experiencias  de Ava DuVernay, Lena Dunham, Jill Soloway o Miranda July. La falta de oportunidades, las dificultades para realizar su primera película, las listas del sistema de agencias,  el sindicato de directores y de exigencias de los actores famosos, el cuestionamiento de si son capaces de tener la autoridad para liderar un gran equipo, la conciliación familiar, o cómo la crítica y la selección en los festivales valora de diferente manera a las directoras son algunos de los problemas que el filme pone sobre la mesa. Una situación que no dista mucho de la española, donde “se cree que el sector del cine es muy abierto y luego miras las cifras y son alarmantes sobre todo en producción y dirección”, alertó la productora y distribuidora en Avalon María Zamora.

“Todas hemos sentirnos que no somos capaces por la falta de referentes y lo seguimos sintiendo cada vez que nos rechazan un guión. Este síndrome de la impostora es real”, aseguró la directora Chus Gutiérrez, que animó a que las mujeres se apoyen entre ellas, y a las que tengan posiciones de poder apuesten por dar oportunidades a otras compañeras.

El campo de la distribución más que en ninguno se mantienen los roles tradicionales. “Cuando vas con un hombre a las reuniones en Berlín o en Cannes, siempre asumen que eres su ayudante”, lamentó Lara Carmiña, de B-Team Pictures. “Las vendedoras son mujeres porque los compradores y los que manejan el dinero son ellos y son a los que hay que invitar a cenar. A mí me siguen mirando con sorpresa cuando es una relación de igual a igual”, relató.

En ese mismo sentido se manifestó Zamora, que contó su experiencia con el nuevo proyecto de Carla Simón. “El mundo de la negociación es muy agresivo y las pocas mujeres compradoras que hay lo son. Y yo quiero comportarme de otra forma. Es muy importante no repetir los comportamientos de tus superiores masculinos”.

La necesidad de referentes

La falta de sensibilidad hacia las historias dirigidas y escritas por mujeres en comités de selección y jurados de los festivales es aún más paradójico frente al hecho de que el público de cine independiente es mayoritariamente femenino y le pueden interesar esas historias. “Nosotros lo tenemos en cuenta a la hora de comprar y distribuir”, aseguró Camiña, que reveló como en los mercados son las profesionales de los equipos o las mujeres de los distribuidores las que acuden a los pases “porque ellos no las captan y no las entienden”.

La crítica y la prensa especializada también contribuye a esta discriminación que continúa a día de hoy. “A las mujeres, por mucho que hagan un gran trabajo, no las identifican como genios y, por tanto, como referentes. Iciar Bollain se llevó el premio de la Semana de la Crítica en Cannes. Si eso lo hubiera logrado un director español, hubiéramos tenido titulares de genio durante tres años”, apuntó Gutiérrez, mientras que Zamora señaló un caso más reciente, la crítica de Variety a la película de Isabel Coixet, Elisa y Marcela, que se presentó en la Berlinale. “Originó un debate en el festival porque, te guste más o menos el filme, había adjetivos que no eran necesarios. Y precisamente se está haciendo un estudio sobre qué tipos de calificaciones se usan contra una directora mujer frente a un hombre”, explicó.

Un problema que también sufrió Nadine Labaki con Cafarnaúm. “Ha sido un acoso y derribo, fue tachada de niña pija que hacía pornografía emocional incluso antes de que nadie viera la película”, apostilló Piña.

El éxito del modelo sueco

En su día a día, como madres trabajadoras, se enfrentan a las dificultades de la conciliación. “Nosotras nos organizamos mejor o peor con nuestro sentimiento de culpabilidad, pero el problema es el entorno que te mira cuestionando si vas a ser capaz”, se lamentó Camiña. A ello se suma a autoexigencia tanto en el trabajo como con tus hijos, porque «te exiges mucho más para demostrar que no es un impedimento en tu carrera y, además, nos cargamos la organización de la logística de la familia”, en palabras de Zamora.

Para revertir todas estas desigualdades en España, donde las mujeres están en las escuelas de cine en igual número que sus compañeros, pero luego no llegan a tener la misma carrera que ellos, las ponentes se mostraron a favor de un sistema de cuotas en las ayudas públicas, hasta que se logre la paridad, y mencionaron como casos de éxito El Instituto Sueco de Cinematografía dirigido por Anna Serner y los programas de CIMA Mentoring, que propiciaron que Avalon conociera y apoyara a directoras como Carla Simón y Nely Reguera.

Una mesa redonda con numerosas reflexiones que Zamora resumió en lo importante de “la sororidad, el rodearse de mujeres y apoyarse, y los referentes”; mientras que Gutiérrez lanzó una pregunta al aire: “¿dónde están todas esas historias de las mujeres? Me preocupa que las historias solo las cuenten hombres blancos”.

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