La profesionalidad de la mujer en el cine | Masterclass de Nadia Dresti

27 marzo, 2019

Nadia Dresti, directora del programa Locarno Pro, señala que los festivales “ahora están más atentos a otras miradas”

Está al frente de la división de la industria del Festival de Cine de Locarno, desde donde apoya al cine de autor y pelea contra la discriminación de la mujer en un sector pautado por la mirada masculina. Nadia Dresti, directora del programa de formación Locarno Pro, habló sobre el acceso de las mujeres a los mercados de cine en la Academia, donde está destacada figura de la industria cinematográfica suiza tachó de “escándalo” que de los 20 profesionales que han dirigido Locarno en sus 72 años de existencia, sólo dos han sido mujeres “y el cargo de presidente del certamen ha sido ocupado exclusivamente por hombres. Esta situación no se da únicamente en Locarno, afecta a todos los festivales”, resaltó Dresti, cuya clase dio el pistoletazo a Focus Suiza, sección de la muestra ‘Cine por Mujeres’ dedicada este año al país helvético que acoge la institución que preside Mariano Barroso.

Satisfecha porque el Festival de Locarno firmó un manifiesto por el que se compromete a respetar la paridad, tanto a nivel de su programación como de su dirigencia –carta a la que también se han sumado Cannes y San Sebastián–, Dresti confesó que en este tema “parece que siempre estamos empezando. Ahora se presta más atención a las mujeres, los festivales están más atentos a otras miradas y hay voluntad para que así sea, pero los cambios de mentalidad llevan su tiempo. Necesitamos más películas dirigidas, producidas, escritas, distribuidas… por mujeres, a las que sólo confían proyectos de autor y no filmes que tradicionalmente son para los hombres. La clave es la profesionalidad, si eres profesional, te respetan”, subrayó.

Miembro de SWAN, asociación comprometida con la igualdad y la paridad en la industria audiovisual suiza, Dresti defiende la sensibilización hacia las directoras, productoras, guionistas y técnicas del cine y su forma de contar historias. “Las directoras tienen una sensibilidad y menos complejos y ego que sus colegas masculinos. Hay muchas jóvenes cineastas que están intentando cambiar esta realidad, sobre todo en Latinoamérica, que en este terreno es más vanguardista que Europa”. aseguró.

En constante cambio

Dresti, que hace suya la idea de que “una mayor diversidad de miradas produce una mayor calidad cinematográfica”, expuso que se producen tantas películas “que los festivales existentes no pueden absorberlas. Hay muchos filmes que no se ven”, indicó la directora de Locarno Pro, programa que respalda a los jóvenes profesionales de la industria que trabajan en áreas de ventas, mercadotecnia, distribución en línea y tradicional, exhibición y programación, para que comprendan los retos y la importancia de la circulación en la industria cinematográfica a través del trabajo que desarrollan con profesionales y tutores de relevancia internacional. Un modelo que también se ha implantado en Morelia, Beirut, Nueva York, Sao Paulo, Santiago de Chile y Tesalónica.

“La industria cinematográfica está en constante cambio”, señaló Dresti, quien animó a visitar el Festival de Locarno, donde cada año, en agosto, las proyecciones de la Piazza Grande atraen cada noche a 8000 espectadores. “Es la pantalla más grande del mundo”, apostilló.

Nadia Dresti estuvo acompañada por Elena Manrique, miembro del comité de programación del Festival Cine por Mujeres; y por la cineasta suiza Christine Répond, que presentó en la Academia su película Vakuum.

Una mujer madura y la soledad

En su segunda película, Répond tiene como protagonista a la veterana actriz alemana Barbara Auer, que interpreta a una mujer que durante los preparativos del 35 aniversario de su boda descubre que es seropositiva. “La idea partió de una historia real que me contó un amigo médico que tenía una paciente de 60 años con neumonía, y resultó que la neumonía fue el estallido del sida. Era una mujer burguesa, casada, con dos hijos…Pensé que esa mujer podría ser mi madre. Todavía se cree que el VIH no existe en la clase media-alta. Mis personajes son de clase media, y cuando a esta mujer le diagnostican VIH, su vida, de repente, se resquebraja”, explicó.

La cineasta suiza indicó que su interés estaba en retratar a una mujer madura y su soledad. “Quise representarla de manera natural, sin maquillaje, que se notara que tenía 60 años, y así alejarme de las películas de Hollywood, en las que las mujeres están maquilladas de manera llamativa y se destaca su aspecto sensual”, apuntó Rèpond, quien destacó que la mayoría de los jefes de departamento en Vacuum eran del género femenino.

Esta historia de “emancipación” sobre una mujer sobrepasada por los acontecimientos tiene como marco Zurich, aunque en su planteamiento inicial era rodarla en Alemania, “pero no encontramos una cadena de televisión que apostara por el proyecto. Entonces, nos centramos en Suiza y en tres meses conseguimos el dinero para poder filmar”, subrayó la cineasta, que tenía claro que el filme no podía tener “un final feliz, pero sí tiene un mensaje liberador”.

Con reconocimientos en los certámenes Cinemajove y de Zürich, Vakuum (Vacío), título que la cineasta tenía antes de empezar a escribir el guión “porque quería transmitir ese vacío que existe en la protagonista y que no es sólo por su enfermedad”, costó siete años ponerla en pie. “Espero que mi tercer filme me lleve menos tiempo”, dijo Répond, quien aconsejó a los cineastas noveles “armarse de valor y no dejarse llevar por los fracasos. Es importante creer en uno mismo y hacer lo que a uno le gusta”.

Entre película y película, Répond realiza anuncios publicitarios. “En publicidad no quieren ver la verdad, y yo en mis películas persigo la autenticidad”, sentenció.

 

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