“Está muy bien la propuesta de unir las dos figuras. Ya sabíamos que era una mujer fundamental en su vida. En el primer episodio ya se dibuja la brutal influencia que tuvo en la manera de concebir las cosas y los detalles. Se conocerá a una mujer que, aunque estuvo más en la sombra, fue una gran influencia laboral, personal y anímica en la trayectoria de Fosse, quien sin Verdom habría sido menos”, manifestó Mario Gas.
Interpretados por Sam Rockwell (ganador de un Oscar por Tres anuncios a las afueras) y Michelle Williams, la serie está basada en la biografía sobre el bailarín, director de cine y legendario coreógrafo escrita por Sam Wasson.
“Hay que separar teatro y cine”, apuntó la periodista y músico Concha Barral, para quien “ella era la famosa. Era cabecera de cartel. Pero nunca la quiso el cine. Como a tantas grandes actrices-bailarinas, porque opinaban que eran teatreras… De ella decían que era ‘un caballo con crin roja’ por los dientes grandes y porque era pelirroja, además de ser muy grande, y al cine no le gustaba eso”.
El moderador del coloquio, el periodista y productor Fernando de Luis-Orueta, destacó que la serie hace un gran retrato de la época y de los personajes. “No hay que olvidar la brutal y descomunal tensión a la que estaban sometidos los creadores entre los años 50 y los 70. Se odiaban unos a otros”. Por su parte, Gas contó que a raíz de Cabaret el director y productor de teatro Harold Prince y Fosse no volvieron a hablarse porque el musical dirigido por el primero nada tenía nada que ver con la película que dirigió el coreógrafo.
Más allá del apoyo moral
La actriz Natalia Millán comparó a Verdon con los coach de hoy en día . “Sabía muchísimo, también de danza, e instruyó en muchos aspectos a grandes estrellas como Marilyn Monroe, Liza Minnelli y Shirley MacLaine … Les enseñaba lenguaje corporal, a interpretar personajes de mujeres frágiles, ingenuas y a la vez pícaras. Iba más allá de lo que es el apoyo moral”. Y evidenció que, una vez más, se cumple el dicho de que detrás de un gran hombre hay una gran mujer. “Me alegro de que se vea en la serie lo grande que era ella”, apuntó.
Para la bailarina, coreógrafa y especialista en Fosse, Ana Alcázar, la clave del éxito del tándem estaba en la comunicación. “Fosse era un buen creador pero a la hora de transmitir lo que quería, ella le ayudaba mucho. Para Fosse era importante el baile, pero siempre buscaba el actor o la actriz en los bailarines, no solo en los principales. Era Verdon quien les explicaba lo que él quería. Fosse transmitía bien los movimientos y ella les ponía en situación para que les saliera de dentro, los sintieran y los actuaran”.
En el encuentro se hizo un repaso de la vida, adiciones, vicios y parejas de Fosse. “Siempre tenía a su lado una mujer fuerte profesionalmente”, comentó Millán , que también destacó su humor. “Por la manera de colocar el cuerpo de las bailarinas, y la sensualidad y el erotismo en sus coreografías, las mujeres le gustaban mucho” añadió Alcázar, para quien su estilo es difícil de imitar “porque tiene que venir de dentro”.
Y en esta revisión de su vida no faltó su cine. Desde Sweet Charity, su primera película y uno de los fracasos de taquilla más sonados de Hollywood, a su consagración como cineasta con un Oscar incluido, Cabaret, hasta llegar a All that jazz, historia con la que ganó la Palma de Oro.
Interesado en la figura de Fosse, a quien calificó como un hombre “muy sensible, era como papel de fumar”, Mario Gas señaló que el ansia de comerse el mundo e investigar del artista “revela un espíritu inquieto, indeciso frágil … Nunca se sentía satisfecho y se buscaba así mismo. Era un hombre insólito que nos ha dejado obras maestras y que quería tener un lugar en el Olimpo”.