El delito de quererse | Encuentro con Natalia de Molina y Greta Fernández

14 mayo, 2019

Las actrices de Elisa y Marcela presentaron la última película de Isabel Coixet en un encuentro en la Academia

Diez años luchando por levantar esta historia, tres días de ensayos y cuatro semanas de rodaje han llevado a la ficción el amor de Elisa y Marcela, dos maestras que consiguieron casarse en 1901, convirtiéndose en el primer matrimonio entre dos mujeres en España. Natalia de Molina y Greta Fernández se ponen en la piel de las protagonistas de esta relación, que desafió a la sociedad de la época, y sobre la que reflexionaron en la institución, tras el el pase especial para académicos de la cinta.

“Isabel Coixet se acercó antes de una gala de los Goya y me dijo que tenía un guión y que lo mirara con cariño”, contó De Molina, a quién le sorprendió al leerlo “que con lo increíble que es historia, fuera totalmente desconocida e invisible”. Todo hicieron por estar juntas: Elisa tuvo que adoptar una identidad masculina y convertirse en Mario para poder casarse con Marcela y huyeron a Portugal y a Argentina, al ser perseguidas en nuestro país y acaparar titulares y burlas en los medios por su “matrimonio sin hombre”.

De Molina y Fernández no se conocían antes de este proyecto, lo que no impidió que surgiera una química “similar a la suya. Nos fuimos conociendo y surgió la magia”. Este drama histórico, rodado en blanco y negro en Cataluña y Galicia, les enfrentó a escenas muy íntimas entre sus personajes. “En las secuencias de sexo, era casi como un trío porque Isabel era la operadora de cámara. El equipo era muy femenino y creo que se notó en el rodaje. Había una hermandad, no notaba miradas raras”, reflexionó la ganadora de dos goyas por Techo y comida y Vivir es fácil con los ojos cerrados.

Y es que para ambas era un sueño trabajar con la directora catalana. Feliz de asumir por primera vez la responsabilidad de un papel protagonista, Fernández resaltó la seguridad que le transmitió Coixet –“No hacía muchos planos, tenía muy claro lo que quería rodar”–; mientras que De Molina, reivindicó que “todos podemos decir que somos feministas, pero luego están los hechos. E Isabel predica con el ejemplo”.

Apelando al presente

Aunque pueda parecer que las dificultades a las que se enfrentan Elisa y Marcela pertenecen a siglos anteriores, los créditos finales recuerdan que actualmente aún hay 13 países en el mundo donde la homosexualidad está castigada con la pena de muerte y 72 donde está penalizada de  algún modo.

“Impresiona pensar que ha pasado un siglo desde lo que sufrieron Elisa y Marcela y que hace poco salió en las noticias que aún se dan cursos para curar la homosexualidad y se sigue pensando que es una enfermedad”, se lamentó De Molina, que alertó sobre los peligros de volver al pasado en nuestro país, que fue pionero con la legalización del matrimonio homosexual en 2005, ya que «surgen partidos políticos que ejemplifican que crece la homofobia».

La cinta, que se presentó en la pasada edición de la Berlinale, se estrenará  en pantalla grande solo en España (24 de mayo, en cines seleccionados ).  Poco después, el 7 de junio, estará en Netflix para una audiencia potencial de 190 países, de los cuales las actrices esperan que llegue “a todos aquellos en los que todavía es delito quererse”.

 

twitter facebook linkedin email