Nosotros, los especialistas

Por Ángel Plana · 11 julio, 2019

Muchos de los oficios de la industria cinematográfica consisten en desaparecer, en que la cámara no descubra el inmenso trabajo que hay detrás. Pocos, sin embargo, lo llevan tan al límite como los especialistas: profesionales entrenados para hacerse pasar por los actores y las actrices de la cinta en las escenas de acción, para ponerle cuerpo y riesgo a los planos más espectaculares.

Ángel Plana es uno de los grandes nombres de la profesión. Ha trabajado en España y en el extranjero, y en las siguientes páginas ofrece una visión de conjunto de su trabajo y expeciencia. En La ardilla roja, Asfalto y No te fallaré fue el coordinador de especialistas, doblando en la primera a todos los intérpretes, incluso a Emma Suárez conduciendo su icónica motocicleta. En Asfalto conducía el coche que se estrella en la plaza de Callao, y en la de No te fallaré también estaba dentro del vehículo que vuelca en la estación de Las Ventas en Madrid.

Desde 1997, su Escuela de Especialistas lleva formando profesionales del medio, y las primeras promociones están ahora en los niveles más altos, trabajando en otros países y en grandes producciones extranjeras que vienen a rodar a España.

Siempre decimos que, si no hubiera especialistas, tampoco habría héroes en el cine, ya que nuestro trabajo consiste precisamente en asumir los riesgos que implican aquellas secuencias de acción donde el actor se muestra en todo su esplendor. Pero no, no es el actor. Es un especialista. Somos nosotros, vestidos y peinados igual que el actor o con una peluca si es necesario, y ahí permanecemos en la sombra, hasta que nos llaman para suplantarle en la secuencia en la que se juega la vida. ¿Cómo lo hacemos? Nuestra preparación es fruto del entrenamiento y el dominio del miedo. Somos profesionales preparados y entrenados a muy alto nivel en diferentes disciplinas deportivas, adaptadas al mundo del cine en particular y del audiovisual en general, como son: parkour, buceo, paracaidismo, motociclismo, equitación, alpinismo, lucha, artes marciales…

Además de otras técnicas que son puramente cinematográficas, como es el control del fuego en el cuerpo, las caídas de gran altura o los impresionantes accidentes de vehículos con vuelcos y explosiones. Entrenamos diariamente en la Escuela de Especialistas que, aparte de preparar y formar a las nuevas generaciones en todas las disciplinas, es también donde se ensayan las acciones que vamos a realizar no solo en producciones cinematográficas, sino también en televisión, series, publicidad, parques temáticos, espectáculos y, desde hace unos años, también en competiciones mundiales de especialistas, donde llevamos la marca España a los más altos niveles.

Es importante remarcar que, en el diseño de estas acciones, trabajamos codo con codo con los equipos de efectos especiales, ya que ellos nos ayudan a preparar nuestra acción y nosotros nos metemos con toda confianza en las explosiones que ellos realizan. El éxito de nuestra labor radica precisamente en un trabajo de equipo y en el ensayo de todos los movimientos y pasos que se van a dar antes de realizar la toma buena, que por lo general es una toma única. En este aspecto es fundamental la figura del director, que no solo debe transmitirnos lo que quiere ver, sino también como lo quiere ver, dónde va a colocar las cámaras y cuánto va ha durar la toma. El director también debe ser capaz de adaptarse, en caso de que –por un sinfín de factores– la acción no se pueda hacer como el quiere.

El resultado final de todo este proceso de preparación es minimizar el riesgo sin quitarle espectacularidad a la acción; para ello, nosotros también nos basamos en nuestro plan de prevención de riesgos laborales propio de nuestro oficio. Al contrario de lo que mucha gente pueda creer, las acciones suelen ser incluso más peligrosas de lo que vemos en pantalla, y algunas veces también tenemos algún accidente, pero todo el mundo sabe que está implícito en una profesión de riesgo. También es cierto que todo esto lo hacemos porque somos unos apasionados de nuestro oficio, nos gusta el riesgo y sobrepasar los límites. Nuestro reconocimiento es el trabajo bien hecho, y que parezca que es en realidad el actor quien realiza estas complicadas acciones.

A nosotros nunca nos reconocerán por la calle; nos conformamos con el aplauso y somos conscientes de que nunca habrá un Goya para los especialistas.

Fuego y explosiones

La confianza absoluta en el equipo de efectos especiales –en la mayoría de los casos, Reyes Abades FX– es la que nos permite meternos dentro de una tremenda explosión para salir envueltos en llamas, con la plena confianza de que lo único que vamos a sentir es el calor que se genera… mucho calor y mucho ruido. Pero para eso estamos preparados y nos gusta. Nos gusta mucho.

Dobles

El trabajo en equipo y la colaboración con los demás departamentos es fundamental, en este caso sobre todo con los compañeros de peluquería, maquillaje y vestuario. Sin ellos sería imposible doblar a los actores de una manera creíble, en ningún caso los especialistas somos iguales a los intérpretes, pero estos departamentos se encargan de ello. Algunas veces, en los tiempos muertos durante el rodaje algunas personas nos confunden, es muy divertido.

Vehículos

La acción con los vehículos es la joya de la corona de cualquier producción moderna. Las persecuciones, los accidentes, espectaculares vuelcos… No entendemos una película moderna de acción sin este ingrediente tan importante. Personalmente, donde mejor me expreso es destrozando un coche en una toma única y buena para cualquier película.

Caídas

Cada vez más, las caídas de altura en las películas se realizan utilizando arneses y cables de acero, pero todo especialista que se enorgullezca de serlo debe haber saltado primero a las cajas de cartón y luego a los colchones de aire… Algunos, como el que nosotros tenemos gracias a nuestros compañeros rusos te permiten saltar de 60 metros, siendo el record mundial a 120 metros. Toda una experiencia, a esa altura te da tiempo a pensar…

A continuación he seleccionado unas películas españolas con las que yo empecé, relacionándolas con las grandes producciones americanas donde el tiempo de preparación  y el dinero para producir no son problema, para acabar con dos grandes producciones patrias del siglo XXI. El denominador común es que, excepto en Matrix, en todas  han participado especialistas españoles.

 

La ardilla rojaEsta es, para mÍ, una película representativa de los comienzos del cine moderno, que incluye secuencias de acción que impulsan la historia considerablemente. Tanto es así que el coche del protagonista –un Ford Capri rojo– tiene mucha importancia, como un actor más.

Hay varias persecuciones y al final el coche acaba cayendo a un pantano, una secuencia muy bien resuelta por el director, Julio Medem.

Otra acción destacable se fraguó con la moto de la protagonista, Emma Suárez. La Yamaha 250 custom dio mucho juego durante toda la película, aunque la secuencia principal con la moto no se montó. Una pena, pero el montaje se  pasaba de minutos y tuvo que descartarla.

Lo que sí se montó fue un espectacular accidente donde la moto se cae, rompiendo la barandilla de la playa de la Concha en San Sebastián. Así empieza la historia: moto y especialista cayeron desde ocho metros a la arena, espectacular.

Es una película para gente joven y con protagonistas, excepto Emma Suárez , desconocidos hasta ese momento, que desarrollaron una carrera a partir de ahí. Una película donde la acción es un ingrediente importante de la trama. Comenzaba una nueva etapa en el cine español.

Asfalto

“¡Quiero que me corten la Gran Vía!”, dijo Daniel Calparsoro. Y efectivamente, así fue… Una mañana de agosto, domingo, del año 1999. Una gran época para el cine en España, donde aparecieron nuevos directores, muchos de ellos vascos, que impulsaron el cine con historias jóvenes, modernas y con acción. No había mucha, pero la que tenían estaba muy bien hecha.

Como en esta película, en la que hay que destacar el accidente que sucede en la Gran Vía: un coche a toda velocidad arranca en la calle Mesonero Romanos, y termina en la plaza de Callao. El director lo quería en un solo plano, de principio a fin, todo un reto para el cine de la época. Nunca se había hecho nada igual; no fue fácil pero se hizo y es para mí la mejor secuencia de la película. Así la recuerdo.

Por el walkie se escucha… ¡acción! Un Alfa Romeo Guilietta gris precioso –teníamos tres menos mal– sale disparado de la calle Mesonero Romanos, entra en la Gran Vía en dirección prohibida, provoca varios choques en los coches que vienen de frente, (todos conducidos por especialistas). Tras el largo recorrido por tres calles creando el caos, el Alfa Romeo se empotra espectacularmente contra una furgoneta y otros coches que había aparcados en Callao, junto a la parada de metro. El coche se queda volcado de un lado. Calparsoro entusiasmado vino a abrazarme, la secuencia había sucedido tal como la había imaginado. Lo habíamos conseguido.

No te fallaré

Dirigida en el 2000 por Manuel Ríos San Martín, es una de las primeras películas españolas con una acción bastante importante, y con secuencias míticas como fue el salto al mar del protagonista desde una altura de 20 metros desde unas instalaciones abandonadas en un acantilado en Vizcaya. Por supuesto era un doble. Otra escena bastante impresionante, y nunca mas repetida, fue la del vuelco del Audi 100 que perseguía una moto, con los dobles de los protagonistas, por las escaleras de la parte norte de la acera que da acceso al exterior de la plaza de toros de Las Ventas.

Peleas, persecuciones, explosiones, tiroteos.. hacen que esta sea una película de acción casi, casi a la americana…Fue además la primera vez que se llevaba a la gran pantalla una serie española de la televisión con gran éxito de audiencia, Compañeros. El productor ejecutivo, amigo mío, me dijo que el presupuesto se había disparado tanto que fue como hacer dos películas, pero fue también un éxito en taquilla.

Titanic

Sentadas las bases del moderno cine español, en la década de los noventa y con limitaciones de tiempo y de dinero, nos fuimos a EE. UU. Muchísimas veces me preguntan si con las nuevas tecnologías de posproducción, el trabajo de los especialistas está en peligro. Y mi respuesta siempre es Titanic, una súper producción americana con los mejores efectos especiales, la mejor tecnología en posproducción, gigantescas maquetas, los platós más grandes de croma y cientos de especialistas, muchos de ellos españoles. La historia de James Cameron es el mejor ejemplo posible de que las nuevas tecnologías lo que hacen es potenciar nuestro trabajo. En la cinta, vemos a varias personas que caen rodando por la cubierta inclinada del barco golpeándose contra todo hasta llegar a las heladas aguas del Atlántico sur, pero en realidad son especialistas en un plató con una decorado del barco que simula estar hundiéndose con fondo verde, y cayendo a un colchón también verde… Lo cual también es peligroso, pero la posproducción hace que parezca que todo esto está sucediendo en un océano oscuro y frio. Es la magia del cine en estado puro.

Cuantos más efectos de posproducción tiene una película, más especialistas hay en ella, y como digo, esta película la suelo escoger como modelo  porque en ella hubo muchos especialistas españoles trabajando. Como siempre, dándolo todo.

Matrix

Hay un antes y un después de Matrix. Esta película creó un efecto tan innovador que se le llamó y se le llama todavía el efecto Matrix, que consiste en una sucesión de cámaras colocadas en semicírculo están sincronizadas y fotografían correlativamente lo que hay en el centro, ya sea persona, un animal o un objeto inanimado, con un retardo de una respecto a la siguiente que se puede programar. Lo que vemos al final es una imagen congelada que rota en el espacio, en el caso de la película son los actores colgados en arneses, cómo no, delante de un fondo verde.

Aunque en la primera película este efecto solo se hace en cuatro ocasiones, causó tanta impresión que después se ha utilizado en otras muchas producciones de cine y sobre todo en publicidad. Priman los efectos visuales, con muchos especialistas, pero en la que también los actores realizan un gran trabajo físico, porque son ellos los que están colgados de los arneses la mayoría de las veces.Saltos increíbles con la cámara siguiéndoles, balas que vemos salir a cámara lenta distorsionando el espacio y actores contorsionándose para esquivarlas, entre otros muchos efectos innovadores, hacen de Matrix un filme de culto.

Fast and Furious

La joya de la corona. Presupuesto ilimitado, estreno mundial, acción trepidante, actores y actrices muy potentes y atractivos, diferentes localizaciones por todo el mundo, incluida España,  donde han participado especialistas españoles. Mucha acción con coches exóticos, motos, camiones, helicópteros… que muchas veces acaban destrozados. Es lo que más me puede gustar en el mundo. Cada película de esta saga te sorprende más que la anterior. Un submarino persiguiendo a unos coches, unas motos y a un tanque bajo una gruesa capa de hielo…

Es el cine de entretenimiento por excelencia, de acción, de efectos especiales de todo tipo y aventuras, donde todo es posible. Y para eso hacen falta muchos especialistas.

Le tengo especial cariño a esta saga, porque siempre que hay un lanzamiento de la última entrega Universal nos contacta para promocionarla, para lo cual recreamos siempre una escena de la película ante la prensa especializada. También le tengo cariño porque Reyes Abades estaba con nosotros la mayoría de las veces. Sirva esto de recuerdo a Reyes, al que tanto le debemos.

El niño

El gran valor de esta película es que es una historia genuinamente española. Dejando esto aparte, hay que destacar que las acciones son bastante dificiles de rodar, sobre todo esas persecuciones en las que intervienen el helicóptero y las lanchas, cuando se rueda en el mar y más en esas condiciones tan extremas, el tiempo de rodaje se ha de multiplicar por tres, ya que todos los factores influyen a la hora de retrasar el rodaje: el tiempo, las olas, la luz… es muy complicado.

En esta película se alardea de no haber utilizado dobles especialistas, pero esto no es del todo cierto.Creo que tirar de ese argumento es un insulto a nuestra profesión o como poco una temeridad: a los actores nunca se les expone hasta ese punto, pero no pongamos el grito en el cielo ya que sí había especialistas, y a los actores se les dobló. También es verdad que el protagonista aprendió a hacer muchas de las escenas de acción, pero siempre supervisado por los coordinadores de acción.

Mención especial para el piloto del helicóptero, el inspector jefe Luis Bardón, que sin serlo actuó como un autentico especialista en una de las labores más difíciles y respetables de todo nuestro oficio, como es pilotar ese ‘pájaro’ como lo hizo.

 

Zona hostil

Una gran película. La inmensa mayoría de los aficionados al cine tiene como referencia las películas americanas en este tipo de género, y eso es tener el listón muy alto. Pues bien… es un elogio decir que esta película es perfectamente comparable a las que puedan realizar los americanos en cuanto a cine bélico, donde no echamos de menos ningún plano de acción y donde los especialistas lo dan todo, apareciendo en ambos bandos e inmersos en un set de rodaje donde reina el caos, el polvo, el viento, el ruido y los efectos especiales. Haber rodado esas secuencias es en cierto modo lo más parecido a haber estado en la guerra.

La historia basada en hechos reales, los actores, los efectos y la acción hacen que estemos ante una gran película.

twitter facebook linkedin email