La caída del «sheriff» de Hollywood | Encuentro en torno a Untouchable

4 septiembre, 2019

Cristina Andreu, Conchi Cascajosa y Marta Aledo debatieron  en la Academia sobre el abuso de poder en Hollywood y el movimiento #MeToo, tras el pase del documental sobre Harvey Weinstein, Untouchable

“Soy el puto sheriff de este puto pueblo”. Así se definía Harvey Weinstein en una frase que evidencia su poder en Hollywood y la impunidad con la que lo ejercía, hasta que en octubre de 2017 estalló el escándalo de abusos sexuales continuados a lo largo de su carrera. El ascenso y caída del presunto acosador, aún pendiente de rendir cuentas con la justicia, queda registrado en Untouchable. Tras su preestreno en la institución este martes, la presidenta de CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales) Cristina Andreu; la profesora universitaria y experta en series Conchi Cascajosa; y la intérprete y directora Marta Aledo compartieron sus impresiones sobre el documental, el reflejo en nuestro país del movimiento #MeToo, y si supondrá un punto de inflexión en las situaciones a las que se ven sometidas las mujeres en la industria de Hollywood la caída de uno de sus grandes magnates.

Las actrices Rosanna Arquette y Paz de la Huerta son algunas de las presuntas víctimas de Weinstein que cuentan su experiencia ante el objetivo de la directora Ursula Macfarlane. “Me faltan protagonistas, son pocas las que han hablado, pero las que hay están muy bien”, reconocía Andreu. “Querría ver en el documental a las mujeres que sí han tenido una carrera, no solo a las que fueron expulsadas”, coincidió Aledo, que cree que el filme está determinado por el momento en el que se ha rodado –“si se hace dentro de 10 años, se llegará más hondo”–.

Para Cascajosa, Untouchable pone en valor “el sacrificio de las mujeres que sí han hablado, se las representa como empoderadas, no como víctimas”. Y considera que los testimonios más interesantes son los de ex compañeros de The Weinstein Company y Miramax. “Hay gente alrededor que son cómplices de ese abuso. Es muy relevante la autocrítica de los hombres que aparecen, como quedan en evidencia como posibilitadores, saben que tendrán que vivir con ello; mientras que las mujeres que trabajan con él sí que toman una decisión moral”, expuso.

Andreu señaló que esta historia de no ficción “diferencia muy bien al gran visionario del cine, al gran productor y a la persona que hay detrás. Uno puede ser un genio y una persona terrible”. Un buen hacer “que jamás debe justificar el abuso”, defendió Cascajosa, para la que queda manifiesto que “Weinstein era un abusador en todos los ámbitos y en lo sexual también. Han estrenado una obra teatral en Londres inspirada en él, ‘Bitter Weat’, que comienza con el abuso de los que están debajo de él, en este caso un guionista al que le llama de todo”.

La huella del MeToo

©Steven Ferdman/Getty Images

En esta mesa redonda moderada por Lidia Fernández Montes, miembro de la Plataforma 7N contra las violencias machistas, también abordaron las repercusiones que ha tenido el escándalo y el movimiento #MeToo en la industria; entre ellas los protocolos para evitar estos casos y las estrictas normas a cumplir por las empresas que colaboran con compañías estadounidenses. “Conozco compañeros que han trabajado con Netflix, y han tenido que hacer cursos de acoso laboral. En algunos casos, hay incluso un teléfono de asistencia. Nunca está de más, aunque se piense que son cosas obvias”, relató Aledo.

Convencidas de que lo verdaderamente necesario es un cambio estructural en una sociedad que sigue siendo patriarcal y machista –“Tiene que haber instituciones donde se pueda denunciar y visibilizar esto. Independientemente de que una actriz famosa salga y dé la cara”, según Cascajosa–, creen que también ha habido una reacción patriarcal al movimiento, “que es cuestionar a las víctimas”.

Los que sí les dieron crédito desde el principio fueron las periodistas de The New York Times, Jodi Kantor Megan Twohey, y el periodista Ronan Farrow, hijo de Woody Allen y Mia Farrow, cuya experiencia también recoge la cinta. “Si esto fuera una ficción, él sería un personaje buenísimo, porque hay un fondo de ajuste de cuentas personal”, opinó Andreu.

El documental llega a los cines españoles el 6 de septiembre, con el juicio de Weinstein aplazado hasta el mes de enero y muchas historias alrededor del escándalo del todopoderoso productor aún sin conocer. En ese sentido,  las ponentes echaron en falta en el metraje los testimonios del hermano y socio Bob Weinstein, de su ahora ex mujer, o de la compañía Disney, que adquirió Miramax en 1993 y en 2005 apostó por reiniciar la marca como parte de un estudio de Disney centrado en un futuro digital, forzando la salida de los dos hermanos.

El visionado del filme y el debate posterior organizado por la Fundación Academia de Cine, en colaboración con VERTICE360 y CIMA –donde también hubo espacio para poner en valor el movimiento feminista, el interés de las jóvenes por recuperar autoras y formarse en ese ámbito, y la reivindicación de términos como la sororidad–, no quedaron en saco roto. En palabras de la actriz Marta Aledo, «sirven para que nos empoderemos, detectar a los abusadores y no pasar por determinadas situaciones”.

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