Buena persona, buena actriz y buena compañera. Asunción Balaguer, que falleció el pasado sábado, a los 94 años, interpretó películas, series de televisión y obras de teatro, su gran pasión. Casada con el actor Francisco Rabal, del que enviudó en 2001, y con el que tuvo dos hijos –Benito y Teresa-, actuó por primera vez a los 13 años, en una función de Santa Teresa de la Cruz del Institut del Teatre de Barcelona, pero su debut profesional fue en Míster Beverly. Más tarde, en el año 52, la que era presidenta de la AISGE -la asociación gremial de los actores en nuestro país- hizo junto a Paco Rabal su primera película, Perseguidos. El canto del gallo, 091, Policía al habla, La hora bruja, El sueño del mono loco, El pájaro de la felicidad, Solo mía, Lulú de noche, El hermano bastardo de Dios -dirigida por su hijo Benito-, Una casa en las afueras, El palomo cojo, Memorias de un ángel caído, Las huellas borradas, Silencio roto, Pájaros de papel, El largo invierno, El hombre que perdió su sombra, entre otras, fueron algunas de las películas en las que participó Balaguer, que durante su matrimonio optó por cuidar a su familia y aparcó su carrera, que retomó cuando enviudó.
Ligada a los escenarios, que pisó con La discreta enamorada, María Estuardo, Otelo, Nuestra ciudad, Plaza de Oriente, Diálogo de carmelitas, Proceso a Jesús, Después de la caída, Las brujas de Salem, Casa de muñecas, Edipo Rey, El tiempo es un sueño, El pisito, Follies, -Premio Max a la mejor actriz de reparto-, también trabajó en la televisión -en las series Gran hotel, La que se avecina, Pulseras rojas, Los misterios de Laura, Olmos y Robles, Chiringuito de Pepe, sin olvidar sus intervenciones en los legendarios espacios de TVE Estudio 1 y Novela-.
Madre, esposa y abuela de actores y cineastas, Balaguer (Manresa, 1925) fue reconocida con la Biznaga de Plata, el Sant Jordi, el Max de Honor y cuatro premios de la Unión de Actores, y ha sido recordada por sus compañeros por su simpatía, optimismo y humildad.
