Una noche para celebrar

Por Chusa L. Monjas · Fotos © Alberto Ortega · 17 diciembre, 2019

Los nominados a la 34 edición de los Goya se reúnen para festejar la diversidad de nuestra cinematografía en 2019

Los artistas y técnicos de las que han sido las mejores películas de 2019 para los académicos acudieron a la Fiesta de los Nominados, tradicional velada que se celebró en el Florida Retiro, y que contó con la asistencia de la mayoría de los 173 nominados de esta edición.

Relajados y con ánimo festivo, los nominados a la 34 convocatoria de los Premios Goya , que se entregarán el próximo 25 de enero en Málaga, festejaron la variedad del cine español en el año que está a punto de terminar y, antes de posar para la foto de familia, compartieron entrevistas, fotos, abrazos y deseos.

“2019 es, una vez más, motivo de orgullo para el cine que se hace en España: películas muy diferentes que ya son una referencia para todos nosotros y para nuestro público. Hoy celebramos con todos vosotros las 28 categorías y las diferentes miradas que conviven en nuestro cine”, manifestó el presidente de la Academia, Mariano Barroso, quién se acordó de Pepa Flores, Goya de Honor de esta edición, y deseó suerte a todos los nominados.

Los equipos de Mientras dure la guerra, Dolor y gloria, La trinchera infinita, Intemperie, O que arde, Buñuel en el laberinto de las tortugas, Adiós, La hija de un ladrón, El hoyo y Madre, entre otras propuestas, recorrieron la alfombra roja que pisó Alejandro Amenábar, el director y coguionista de Mientras dure la guerra, la historia con mayor número de posibilidades al Goya, 17. “Soy pesimista, aunque espero rascar algún cabezón. Mi madre, que casi nunca se equivoca, me ha dicho que vamos a arrasar. El gran premio es que la gente acude masivamente a verla, incluso familias enteras”, comentó el cineasta, que también destacó que su séptimo largometraje ha captado la atención de personas de diferente tendencia política y edad.

Jon Garaño, Aitor Arregi y Jose Mari Goenaga, el trío de La trinchera infinita, con 15 opciones, conocen bien la posición de nominados –lo estuvieron con Handia, Loreak y el documental Lucio–. “Lo vemos difícil, pero que no parezca que venimos de perdedores, ojalá la gente vea los valores que tiene”, destacó Goenaga , para quien esta historia que mira al pasado “también es el presente. Es una alegoría del miedo, y hay mucha gente que puede tener miedo con lo que sucede ahora”, añadió Garaño.

Una cinta “pequeña, frágil y filmada con humildad y en gallego” que se ha convertido en un “fenómeno social”: O que arde, de Oliver Laxe, tiene 4 nominaciones, entre las que figura mejor película –“sería el más ilusionante porque recoge a todo el equipo”–, Dirección y Actriz Revelación para Benedicta Sánchez, de 84 años, “que representa a muchas mujeres que parece que tengan vidas anodinas, pero rascas un poco y descubres grandes cosas”, dijo Laxe, que ya tiene en la cabeza una película de aventuras sobre una Europa que se muere y busca recobrar la fe, adelantó este profesional que prefiere “ser un servidor a un autor”.

Al lado de Laxe, Benedicta Sánchez, que dejó por unas horas su aldea gallega. “No me altera, ni lo bueno ni lo malo”, declaró la vital octogenaria, que si logra el Goya, bailará una muñeira –ya lo hizo en el Festival de Cannes–.

La primera vez

La única candidata al Goya a la Mejor Dirección Novel, Belén Funes, también asistió a la antesala de los Goya. «No es algo bueno. Las mujeres no consiguen dirigir muchas películas», indicó la autora de La hija de un ladrón, ópera prima que también le ha valido a Greta Fernández su primera nominación como Mejor Actriz Protagonista.Lo veo muy complicado, es que si viniera aquí con 24 años y dijera que lo veo fácil sería para hostiarme”, puntualizó la joven intérprete catalana, que quiere “abrirse” al cine estadounidense y europeo, a quien su primer papel protagonista le ha dado “un lugar en este mundo y me ha hecho acercarme a un personaje que no sé si me hubiera acercado en el día a día”.

Greta Fernández coincidió con su buena amiga y pareja profesional en Elisa y Marcela, Natalia de Molina, que podría llevarse su tercer Goya por Adiós, de Paco Cabezas. “La primera vez se pasa fatal, con muchos nervios, pero hay que intentar que eso no te impida disfrutar, porque lo recordarás toda la vida y además estás aquí por tu trabajo y eso es un premio a gozar”, aconsejó Molina, que posó con sus compañeras en la cinta, las también nominadas Mona Martínez –reparto– y Pilar Gómez –revelación–.

Premio a los tres discursos más breves

Julieta Serrano, quien alabó el “altísimo” nivel actoral español y que calificó de “reencuentro feliz” volver a trabajar con Almodóvar; Asier Etxeandia, para quien Dolor y gloria es una película “histórica para el cine español e internacional”; el músico Alberto Iglesias y el productor Agustín Almodóvar representaron al último filme del internacional manchego en la recepción, a la que no faltó el violinista Ara Malikian y Natalia Moreno –protagonista y directora del documental Ara Malikian: Una vida entre las cuerdas–; Salvador Simó, aspirante al premio a dirección novel por Buñuel en el laberinto de las tortugas; y Nacho Sánchez, que aspira a Mejor Actor Revelación por Diecisiete.

Los intérpretes de Mientras dure la guerra, Nathalie Poza y Karra Elejalde; la protagonista femenina de La trinchera infinita, Belén Cuesta; María Valverde, en representación del filme chileno Araña; Marta Nieto, nombre de Madre, de Rodrigo Sorogoyen; y el director de Intemperie, Benito Zambrano, entre otros muchos profesionales, también acudieron a la fiesta en la que Barroso anunció que, por segundo año consecutivo, el patrocinador tecnológico de los Goya LG regalará tres televisores a los tres premiados que pronuncien el discurso más corto. Un anuncio que provocó el aplauso de los asistentes.

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