Lo bello y lo tenebroso de Beltenebros | Encuentro con Antonio Muñoz Molina y Juan Antonio Porto

20 febrero, 2020

El autor del libro en el que se basa la película de Pilar Miró y el coguionista de Beltenebros dialogaron en la Academia de Cine, tras la proyección de esta adaptación cinematográfica

El trasvase entre la literatura y el cine y la lucha entre fidelidad e interpretación fueron los temas estrella del diálogo entre el escritor Antonio Muñoz Molina y el guionista Juan Antonio Porto. Ambos analizaron en la institución el guion de este thriller de 1991 sobre un exiliado político inglés, que viaja a Madrid con el encargo de matar a un hombre, un traidor infiltrado en la organización del clandestino Partido Comunista, del que no conoce su rostro.

“La poética y el tono de la novela está en la película. Las libertades que se tomaron los guionistas me parecen muy legítimas”, aseguró Muñoz Molina, que se puso “a disposición” de Pilar Miró y del productor cuando estos decidieron adaptar su obra, pero no intervino directamente en la escritura, cuyo guión firmaron la propia Miró, Mario Camus y Porto.

“A los tres nos gustó mucho el libro y pensábamos que merecía un respeto, pero había que hacer modificaciones”, apostilló Porto, que destacó “las reflexiones del personaje principal, cuyo nombre real no conocemos, porque le llaman capitán Darman. Lo humanizan de una manera tremenda”. Sin embargo, esta primera persona del singular suponía un desafío.

“Nunca tuvimos la tentación de que una voz en off narrara la cinta. El pensamiento es rigurosamente anticinematográfico”, explicó el coguionista, que sí mantuvo la primera frase de la novela –»Vine a Madrid para matar a un hombre a quien no había visto nunca»– y destacó el gran poder de anticipación que crea en el espectador sobre lo que va a ver en la cinta, «como también sucede en Rebeca, de Alfred Hitchcock«.

Protagonizada por Terence Stamp y Patsy Kensit, es precisamente la actriz británica la única “disonancia” importante que encuentra Muñoz Molina en el filme. “Hay una falta de correspondencia entre Kensit y el personaje tal y como lo había imaginado. El cine tiende a mejorar económicamente a los personajes. En mi novela, el club en el que ella actúa era un sitio de medio pelo”, dijo el autor ubetense. “Y el protagonista de la cinta parece más un lord inglés de ideas conservadoras que un español del partido comunista”, secundó Porto en esta tercera sesión del ciclo ‘Guion y seguido’, organizado junto al sindicato de guionistas ALMA.

Para Muñoz Molina, la historia de la resistencia española que aborda en su novela “se ha contado muy poco, pero es una época de heroísmo y negrura”. Rodada en inglés en localizaciones de Gran Bretaña, Polonia y Madrid, la cinta cambia los escenarios de su libro –Florencia y el Antiguo Hospital Provincial, edificio entonces abandonado y que hoy es el Museo Reina Sofía– por Cracovia y por el edificio del Círculo de Bellas Artes. Unas modificaciones que por los espacios y lo que sugieren «tienen todo el sentido del mundo» para el autor, que confesó que Madrid sale tan poco en su novela «porque yo en esa época conocía la estación de Atocha y poco más».

Foto: ©Mari Carmen López

Irás y no volverás

La unión de la literatura y el cine, protagonista del encuentro, en el caso de Muñoz Molina funciona en los dos sentidos. Autor demandado por el cine español –además de Beltenebros, su libros El invierno en Lisboa y Plenilunio han sido adaptados a la gran pantalla–, también el séptimo arte tiene influencia en sus textos. “Me gusta mucho el cine francés de los 40. Cuando escribí esta novela tenía muy presente a Jean-Pierre Melville y a los actores Clark Gable y Olivia de Havilland. A mí el cine me inspira una literatura determinada y mi literatura inspira un cine que tiene que ver con el cine que me ha inspirado a mí”, subrayó el andaluz, que para esta historia también se fijó en las novelas de espías de John le Carré.

Pese a su cinefilia, no ha tenido la tentación de pasar al otro lado. “Nunca me he postulado como guionista.  Cuando una novela se publica yo ya estoy en otra cosa, volver a la misma historia y volver a hacer hablar a mis personajes me costaría muchísimo”, reflexionó el escritor, antes de señalar las ventajas de su oficio, donde “no tienes que buscar financiación, te cuesta lo mismo mandar a un personaje a Madrid, que a Florencia” y bromear con que a veces ha recibido propuestas para adaptar sus libros «tan diferentes a lo que yo había escrito, que les dije que no se gastaran el dinero en pagarme».

En este encuentro moderado por el escritor y guionista Nacho Faerna, Porto quiso poner el foco en el título. “En el filme no se explica por qué se llama Beltenebros, aunque en el guion yo lo detallé con claridad, pero Pilar Miró dijo que no era necesario”, reveló el guionista, que conectó esta elección con el carácter “cervantino” de Muñoz Molina.

“Los caballeros andantes, cuando tenían un fracaso, perdían su nombre, se ponían otro y hacían penitencia. Uno de ellos, de las novelas de caballería francesas, se ponía el nombre de Beltenebros, que significa bello y tenebroso”, explicó. Por si este título resultaba demasiado críptico a los asistentes, Muñoz Molina desveló el otro nombre que barajó para esta historia Irás y no volverás: “Espero usarlo algún día. Refleja el miedo de un exiliado a volver a su país y ya nunca más salir”, afirmó.

Beltenebros consiguió el Oso de Plata en el Festival de Berlín y un total de tres Premios Goya –Mejor Montaje, Mejor Dirección de Fotografía y Mejores Efectos Especiales– en la sexta edición de los galardones. Unos éxitos que despejaron los miedos de sus guionistas, que Porto resumió en una frase: “¡A ver si nos convertíamos en los que estropearon una gran novela!”.

Foto: ©Laura Bermúdez García

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