Antonio Méndez Esparza: “La ficción es una mentira que tienes que creerte”

Por Chusa L. Monjas · 22 septiembre, 2020

El madrileño debuta en el documental con Courtroom 3H, una de las dos producciones avaladas por España que optan al máximo galardón de Zinemaldia

En Florida, donde reside y trabaja como profesor de cine, ha vuelto a poner la cámara Antonio Méndez Esparza, quien dedica su primera película documental a los actores –jueces, abogados, guardianes y familias- de un tribunal especializado en dirimir asuntos relacionados con los menores de edad. Tallahassee, una de las ciudades del estado de Florida con más delincuencia juvenil, abandono escolar y desigualdades sociales, es el domicilio de esta Corte especial en la que transcurre Courtroom 3H, trabajo con el que el cineasta madrileño reafirma su predilección por las historias socialmente comprometidas que muestran otras realidades.

Juicios familiares –”algunos casos son desoladores, otros esperanzadores”– en esta coproducción hispano-estadounidense del autor de La vida y nada más, la primera producción española con un reconocimiento en los Spirit Awards que optó a la Concha de Oro, premio al que se postula esta historia de no ficción.

Usted, un español que vive en Florida, muestra a la clase trabajadora estadounidense ‘que sufre un sistema económico que los expulsa y los derriba a cada paso’.

La clase obrera quizás ya no existe, en el sentido de que ya no existe una unidad clara de la misma. Existen las realidades socioeconómicas, pero la conciencia de clase quizás ya no está presente. La definición ha perdido la claridad de finales del XIX, o del siglo XX. La sociedad del cansancio, de Byung Chul Han, se refiere a la sociedad actual como una donde el individuo sobreestimulado acepta entusiasmado el costo de autoexplotarse al ser la única solución. La última película de Ken LoachSorry We Missed You– refleja lo mismo. Falta la solidaridad de clase, y sin ella no sé si se puede hablar de la misma.

¿Cree que la clase trabajadora volverá a ser la base de una nueva victoria del actual inquilino de la Casa Blanca?

Las elecciones norteamericanas tienen a veces un índice de participación bajo, y no siempre las clases desprotegidas acuden a votar. Quizás hay una cierta desafección, las elecciones locales aquí a veces tienen más participación. Hay países que temiendo esto imponen multas a los ciudadanos que no voten, lo que crea otros problemas. Sí creo que hoy en Estados Unidos hay un discurso intenso, beligerante, opuesto, y pienso que las clases trabajadoras, desprotegidas, no están tan unidas en torno a un candidato como podemos suponer. Hay estados muy pobres que votan a Trump, del mismo modo que estados muy ricos que votan tradicionalmente demócrata.

Y luego las elecciones se deciden por fracciones. Bush ganó sus primeras elecciones por poco, Kennedy en 1960 también. Creo que la clave será la situación social de aquí a noviembre, la economía y la respuesta al virus.

El vínculo común en estas historias es un juez de la División de Familia Unificada durante más de 30 años, Sjostrom, ¿qué ha aprendido de él?

Es un gran hombre, entregado a la causa que preside, generoso, tiene fe en la ley. Gracias a la primera enmienda de la Constitución americana, la libertad de expresión, nos permitió filmar. No tuvo ninguna duda. Y es muy consciente de que su cargo debe ser transparente, defiende la idea de que la no transparencia solo protege al funcionario, no al ciudadano, creo que eso es algo que diferencia a España y a EE. UU.

Son muchos los ciudadanos indignados ante el funcionamiento del sistema judicial.

No sabría responder. La película muestra una Corte muy específica, que cree en la rehabilitación, algo no habitual en el sistema americano, y que habla del vinculo paterno/materno filial. Es algo muy íntimo, personal, cabe preguntarse si el Estado debe regir sobre eso.

Creo que es un sistema que trata de ser garante, y eso, tiene ciertas ventajas e inconvenientes. La película trata de mostrar estos contrastes. Y casos donde el sistema funciona, y aquellos en lo que hay trabas o no funciona. Me interesa mostrar una estructura legal que funciona, en una sociedad moderna, en el país más rico, una sociedad legalista, y ver cuáles son los limites.

Es licenciado en Derecho y durante meses asistió a sesiones del Tribunal de Familia Unificado de Tallahassee, ¿qué es lo que más le ha llamado la atención de esta institución?

Que el Estado pueda intervenir en la familia es algo que sorprende, aunque sucede en todos los países. Creo que es una Corte que trata de ayudar, guiar, dentro del engranaje del Estado.

Y luego están las personas, que reaccionan de una manera u otra, contra o a favor de las mismas. Lo que siempre hemos buscado es ese vínculo entre padres/madres e hijos, y creo que, aún en un entorno legal, administrativo, procesal, se vislumbra los sentimientos. Hemos intentado vislumbrar ese vínculo, y espero que el espectador lo dote de significado.

Si tuviera que quedarse con un solo caso judicial, ¿cuál sería y por qué?

Uno que no está en el corte final. Un hombre es transportado de la prisión a la Corte. Un procedimiento habitual. La audiencia duraría 20 minutos, querían saber si él se declaraba padre biológico de un menor para seguir adelante con un proceso judicial. Si hay dos progenitores, el menor está más amparado en caso de que uno de ellos tenga problemas pendientes con el departamento de familias, así que uno de los recursos de la defensa es establecer/encontrar al otro de los progenitores para que el menor tenga otro vínculo familiar. Él, desde que llegó a la Corte esposado, buscaba con la mirada a la madre, su pareja, imagino. Ex o no, no sabría decir. Ella está relativamente tranquila pero concentrada en los detalles que la abogada le estaba dando explicando del caso. El no paraba de mirarla, ella sonreía, notando su mirada. Se declaró el padre sin dudar, y se lo iban a llevar de vuelta a la prisión, en ese momento ella le miró, y se dedicaron un gesto de inmenso cariño y se hicieron un símbolo con las manos, un código, “resiste, te queda poco, te estoy esperando”.

 Ir encontrando la película

¿Cuáles son las principales diferencias entre ficción y documental?

La ficción no existe, es una mentira, una mentira que tienes que creerte. El documental parte de algo que existe, y creas algo, que no sé si es cierto o no, pero hay una tendencia a creer que sí. En la no ficción expones a personas reales. En la ficción, expones a actores.

¿Cuál es la cualidad esencial del documental?

La paciencia, la sumisión a la realidad. Courtroom 3H es el primero que hago, y es casi una respuesta a un momento vital. En ficción, si por ejemplo hay un vaso en el cuadro, lo mueves sin apuros, pero en el documental, al menos yo, intentaba no intervenir en nada.

¿Qué documentalistas le interesan?

Frederic Wiseman y Raymond Depardon son claras influencias. Virginia del Pino; El jurado, la apuesta del Harvard Sensory Ethnographic Lab; los cineastas gallegos Lois Patiño y Lois Enciso. Todos muy diversos y todos, de una manera u otra, exploran formalmente el concepto del documental.

Trabaja con equipos muy reducidos y con presupuestos modestos, ¿qué película haría con un presupuesto astronómico?

Valoro mucho la libertad, y el modo de trabajar siempre ha garantizado eso. Los equipos deben garantizar la libertad. Si pudiera tener esa libertad, y un presupuesto mayor… Que nadie duerma.

Cuando cuenta una historia, ¿qué es lo que más le interesa?

El proceso de ir encontrando la película paso a paso. Me interesa la construcción, el descubrimiento constante con la página en blanco, con los actores -siempre lo más importante. También con el fotógrafo, con la relación con la cámara, con la edición.

Para usted el actor es lo principal, pero, curiosamente, opta por actores no profesionales o intérpretes debutantes. ¿Qué le dan sus no actores?

Hasta ahora ha sido así. Ha sido también consecuencia de las historias que hemos hecho, donde primaba hacer una película sobre una realidad que desconocía, y los actores no profesionales harían suya esa realidad cercana a ellos. En ambos casos había un proceso de descubrimiento que haría al filmar, y solo podían ser actores no profesionales pues eran comunidades pequeñas, y ambas películas tenían que ser locales. A las cintas ellos le dan ese respire de realidad, se convierten casi en fragmentos de una realidad depurada por la ficción. También puedes encontrar en ellos una vulnerabilidad excepcional.

Pedro Hernández, Millás y Clara Roquet

Lo suyo con el productor Pedro Hernández (Aquí y Allí Films) va más allá de lo profesional. ¿Formarán tándem por cuarta vez?

Por supuesto. Somos amigos de la infancia, fundamos juntos la productora y tenemos una relación familiar con todo lo que conlleva. No habría hecho las tres películas anteriores sin él, y tampoco habrían sido lo que son sin él.

¿Tiene distribuidor en Estados Unidos para Courtroom 3H?

Estamos en ello.

Volverá a España para rodar Que nadie duerma, adaptación de la novela de Juan José Millás que ha escrito con Clara Roquet. ¿Qué puede adelantar de este proyecto?

Es una novela maravillosa, con unos diálogos excepcionales y unos personajes realistas, y a la vez llenos de una vida interior. El personaje central es una mujer llena de contrastes, con sueños, con una idea romántica, quizás trágica, que se va empoderando y a la vez acercando a un precipicio. Es una película que espera reflejar el Madrid amplio del 2020, un Madrid de contrastes. Con Clara Roquet el proceso ha sido fantástico.

Por segunda vez compite en el Festival de San Sebastián, un certamen al que está muy vinculado porque ha apostado por sus trabajos. ¿Qué le debe a Zinemaldia?

Mucho, y más ahora cuando cada vez las películas están más necesitadas de plataformas que las impulsen. Que hayan elegido un documental de estas características, ciertamente formal, que lo hayan acogido con tanto cariño, lanza a la película de un modo especial, y es un reconocimiento enorme al trabajo de todo el equipo.

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