Cundo Juan Antonio Bardem quiso hacerle una prueba para una película, ella respondió que podía ir a verla al teatro. Julia Gutiérrez Caba era entonces una intérprete consolidada sobre las tablas, a la que el cine, en sus propias palabras, “no había necesitado”. Miembro de una de las sagas de actores más reputadas de España, acabó cediendo a la prueba de Bardem por educación.
“Me porté como una insensata, porque dije que estaba ocupada con el teatro, que me perdonara, y que me podía ver en teatro. Y cómo era Juan de generoso, que volvió a mandar al hermano de Paco Rabal a llamarme hacer esa prueba de cámara que me permitió participar en A las cinco de la tarde. Juan me llevó de la mano al cine”, recordó la actriz en un encuentro junto a su compañera Belén Rueda y el director de casting Luis San Narciso.
Aunque en su carrera no abundan las intervenciones cinematográficas, Gutiérrez Caba es muy cinéfila. “Yo soy una niña de la guerra, y el cine nos hizo soñar en un momento en el que soñar era casi imposible”, indicó. “En una etapa difícil, el cine lo fue casi todo. Era ver otro mundo, otra vida, algo que no tenía nada que ver con nuestra pobreza, con nuestra falta de posibilidades”.
La cinta escogida para el homenaje, que coincido con el final del ciclo que la institución dedica a Bardem por su centenario, fue Nunca pasa nada. Un trabajo que, como rememoró la actriz con sorna, algún crítico se atrevió a calificar como ‘Calle menor’, aunque “hay quien la considera la mejor de Juan. Yo no puedo tomar partido”, concedió cómplice.
La homenajeada recordó el rodaje en Aranda de Duero con Corinne Marchand, “que era un espectáculo. Una mujer muy seria pero que tenía al pueblo deslumbrado”. Otro miembro del internacional reparto era Jean-Pierre Cassel, que “no hablaba nada de español. Pero era tan profesional que se aprendió sus frases en castellano para que quedara más natural en el rodaje. Era muy simpático, le encantaba bailar”.
Linaje de actores
Luis San Narciso recordó los inicios de la actriz en el teatro, en un momento en el que “no se descansaba ningún día, y se hacían dos funciones al día”. No solo eso: “en el tiempo libre que te dejaban las dos funciones, estábamos ensayando a la vez la siguiente”, indicó Gutiérrez Caba. “Y el vestuario lo poníamos nosotros, a no ser que fuera de época”.
“En la familia todos nos dedicamos a esto y sabíamos muy bien en lo que consistía. Yo no lo tuve muy claro al principio, pensé que no valía para estar a la altura de las actrices que había en mi familia”, confesó la actriz, que señaló la presencia en la sala de Irene Escolar, su sobrina-nieta y uno de los miembros más jóvenes de la saga de intérpretes.
Otra actriz, Belén Rueda, rememoró la serie Los Serrano, donde Gutiérrez Caba interpretaba a su madre. “Mientras hacíamos la serie me dieron la oportunidad de hacer mi primera obra de teatro profesional, y yo estaba aterrada”. Acudió a su progenitoria en la ficción, que “con lo sencilla que es, porque esa es la palabra que la define, solo me dijo: apréndete bien el texto. La única manera de poder jugar y disfrutar con la obra es si el texto te sale solo”.
Y concluyó la veterana artista: “la única manera de no pensar todo el rato si te lo saben o no es sabiéndotelo a la perfección. Solo así sabes lo que estás diciendo, no solo lo que vas a decir a continuación”.
