Pablo Trapero, invitado internacional del Programa Rueda Academia de Cine

Fotografías de ©Germán Caballero · 2 marzo, 2023

El director de El clan comparte su forma de entender el cine con los creadores y residentes de los programas de desarrollo audiovisual de la Academia, reunidos en Puerto de la Cruz

“Abrazar la incertidumbre” y “transitar la frustración” son dos de las enseñanzas que transmitió Pablo Trapero en el marco del Programa Rueda Academia de Cine, que contó con el cineasta argentino este miércoles y este jueves en dos sesiones enfocadas a analizar El clan y al diálogo en torno a la dirección, a las que asistieron los creadores y residentes de los programas de apoyo a cineastas de la Academia y profesionales del cine canarios.

Bajo el epígrafe, ‘Desmontando El clan’, el director argentino desgranó, desde su origen, el recorrido de este largometraje con el que logró el León de Plata a la Mejor Dirección en el Festival de Venecia y el Goya a Mejor Película Iberoamericana y alcanzó un éxito comercial sin precedentes en su país, pese a que “lo tenía todo en contra, incluso los productores no estaban muy convencidos”, rememoró.

La historia, que sigue a ‘Los Puccio’ a través de la relación entre el patriarca Arquímedes con sus hijos, “narraba ese momento de transición, cuando llega la democracia a Argentina, muestra lo frágil que era” y pone el foco en “un personaje que tenía mucho que ver con las cosas oscuras que pasaban”.  Trapero tenía 14 años cuando sucedieron los hechos reales y conservaba “un recuerdo muy fragmentado” de esa familia que se dedicaba a los secuestros y extorsiones, pero sí había permanecido en su memoria “la noticia de cuando Alejandro, el hijo mayor, se tira y sobrevive”, que siempre tuvo claro que sería el final de la película.

El cineasta se remontó a 2012, año en el que se anunció el proyecto de El clan, con vistas a estrenar en 2015, coincidiendo con el 30 aniversario de los sucesos que se relatan. Fue también el inicio de una “carrera armamentística”, tras advertirle en 2013 que otra productora preparaba una serie sobre los mismos hechos y con la que se disputaban los actores –“No podías esperar una semana para tomar decisiones porque el actor que habías visto se iba al otro proyecto”–.

Con estos precedentes, el éxito de El clan era una incógnita, pero “en el cine pasan cosas maravillosas que no se pueden preveer” y, tras un acuerdo para estrenarse en cines previamente a la serie, con ocho semanas de margen en las ventanas de exhibición, “se convirtió en un fenómeno comercial inédito, vendimos más de dos millones de entradas y tuvieron que agregar copias. Las otras películas decían que teníamos copado el mercado”, relató. Tras este triunfo en taquilla, llegó el León de Plata al Mejor Dirección en el Festival de Venecia y Trapero vio como la percepción del filme cambiaba “según las noticias y según el interlocutor, pasaba de ser una peli mainstream, a una de autor que gana en Venecia y, en realidad, la película siempre es la misma”.

“Las reglas cambian todo el rato en esta profesión”

El director de Carancho, Elefante blanco y Leonera remarcó que “las reglas cambian todo el rato en esta profesión”. Y es por eso que “cuando uno empieza un proyecto, lo único que sabe es la idea de lo que va a hacer”, señaló sobre la incertidumbre inherente al cine, que ha constatado a lo largo de su trayectoria. “Hay que abrazar la incertidumbre porque va a existir y si no te acostumbras, no tienes futuro en esta profesión”, sentenció el cineasta, que cree que los problemas a los que se enfrentan –“dinero, tiempo y clima”– están lejos de lo que buscan como creadores: “el milagro de que alguien se emocione y llore” con tu obra. De ese motor “uno no se puede ocupar, porque no se puede presupuestar la emoción”, afirmó en estos encuentros, el segundo conducido por Guillermo de Oliveira.

Convencido de que el cine es el arte “más manoseado”, por todos los equipos y fases que requiere y las numerosas veces que debes defender tu visión ante los productores, se preguntó “¿cómo dar seguridad en cosas de las que solo tienes intuiciones? Yo solo estoy seguro de las cosas mucho después de haberlas decidido”, reconoció Trapero que saltó al vacío con la elección del cásting de El clan, donde escogió a un actor archireconocido en Argentina en el ámbito de la comedia, Guillermo Francella, para un papel tan dramático como el del patriarca. “Es un gran actor. Era el único muy famoso que se parecía a Arquímedes Puccio”, aseguró el director, que reconfirmó que había tomado la decisión correcta “el primer día de rodaje”. Y misma operación para la elección de su hijo Alejandro, interpretado por Peter Lanzani, “que entonces solo había hecho series para adolescentes, que preferí no ver”.

A Trapero le preocupa “la cercanía” a los personajes y le gusta “cortar lo menos posible, para no despistar al espectador con cambios”. Y de ahí su preferencia por el plano secuencia, como el que finaliza la película de El clan, y que no tiene que ver “con la búsqueda del virtuosismo, sino con la sinergia que se genera en el equipo. Los uso para generar esa dinámica en el set”, y para lograr “la continuidad, la fluidez, la posibilidad de sintetizar”.

En esta búsqueda del realismo y de mostrar verdad, aunque todo esté medido y ensayado, considera que “los guiones son preguntas” y que el objetivo es “hacer intangible el peso que hay sobre las escenas”.  A la hora de plantearse si la historia que quieres contar interesa o no, animó a los residentes de los programas de la Academia a despejar las dudas mirando hacía sí mismos. “El único referente de espectador eres tú mismo. Nadie la va a ver con la nitidez de tu propia intimidad”, reflexionó Trapero, que concluyó con estas palabras: “¿Haces las películas para vos? Bueno, un poco sí”.

Estos encuentros se enmarcan en ‘Rueda Academia de Cine’, programa de desarrollo audiovisual impulsado por la Academia de Cine y financiado por el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales y por la Unión Europea –NextGenerationEU–. Del 26 de febrero al 3 de marzo, Puerto de la Cruz está acogiendo esta iniciativa a través de su programa de residencias ‘Generación Puerto’ con la colaboración de Canary Islands Film y de Tenerife Film Commission, departamento de Turismo de Tenerife.

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