Liz Lobato: “Al medio rural no se le ayuda, al revés, se le impide”

Por Chusa L. Monjas · 19 julio, 2023

La actriz debuta en la dirección de largometrajes con el cuento Tierra de nuestras madres, que llega este jueves a los cines

Liz Lobato tiene muy presente los muchos fines de semana que se pasó en el páramo manchego, donde sufrió temperaturas de 50 grados y también de dos grados bajo cero, y el tiempo que estuvo en la laguna de sal “inhalando magnesio. Acababa con cristalitos dentro de la nariz”, recuerda. La directora, guionista y productora no estaba sola, los vecinos de su pueblo, Villacañas –señores y señoras que, aunque actuaban en el grupo de teatro de la villa, no eran intérpretes profesionales–, y el veterano actor Saturnino García (Justino, un asesino de la tercera edad) también aguantaron el viento “huracanado y, tiritando y de pie, decían sus frases. Fue una maravilla porque contábamos con gente de cierta edad que tiene más ganas, más tierra…vaya, más huevos”.

Todo por su ópera prima, Tierra de nuestras madres, un cuento en blanco y negro plagado de surrealismo y de humor manchego que apuesta por el colectivo frente a la individualidad. El próximo 20 de julio se estrena este relato que le ha costado más de 10 años poner en pie. “La película es el esfuerzo de mucha gente. Estoy contenta porque en los pases que hemos hecho la historia llega, da en el corazón”, declara la también actriz,  que en su primer largometraje da todo el protagonismo a Rosario, una jubilada que sobrevive junto a su hijo, que tiene discapacidad intelectual, una burra y una cabra –la narradora– a las afueras de un pueblo manchego, cuyos habitantes son ludópatas. Y para pagar las deudas, sus gobernantes deciden vender las tierras a una corporación china. Pero Rosario, a quien da vida Saturnino García, se resiste y se convierte en un símbolo.

Su debut como directora de largometrajes está dando mucho que hablar. En el último Festival de Málaga, donde se exhibió en la sección Zonazine, conquistó los premios del Público, Mejor Interpretación Masculina para Saturnino García y el de las Escuelas de Cine.

Estoy muy contenta. Esta película está hecha por un pueblo para la gente, pero no teníamos ni idea de si iban a entender la historia y el idioma que hablamos. Tenía la esperanza de que fuera universal y parece que lo es. Tierra… es un viaje interno de muchísimas personas, nunca pensamos al hacerla en tener éxito o no porque solo queríamos contar nuestro cuento y ver si la gente la comprendía. Ha sido una sorpresa grandísima las críticas y la acogida tan buenísima que está teniendo porque, insisto, no la hicimos pensando en el resultado. Es tremendo sacar una película adelante sin dinero, con mucha gente y mucha disparidad de opiniones, y cuando todo es comunitario y hay alguien que tiene que decidir (en este caso ella).

A su favor que, en el momento que nos encontramos, es fundamental llamar la atención sobre la importancia de la España Vaciada porque es el foco de la economía agraria y de la naturaleza por la que respiramos, y usted muestra la dura realidad de quienes viven en el mundo rural. Y por otra el surrealismo manchego, o cómo lo definió José Luis Cuerda, surruralista. ¿Qué diría el maestro Cuerda de esta tragicomedia rural en blanco y negro?

(Se ríe) No sé, lo mismo la calificaría de sursursurruralista. Desde Europa se pinta cómo queremos ayudar al mundo rural y luego se están quitando las ayudas y la tierra de debajo de los pies. La historia es contar que nadie está ayudando al campo, que se habla de la España vaciada y desde Europa se impulsa que vaya la gente a los pueblos a vivir en sus casas y a trabajar desde el ordenador, pero al medio rural no se le ayuda, al revés, se le impide. Y se está fomentando un tipo de cultivos, por ejemplo, que secan. En La Mancha se han quitado casi todas las viñas de secano y se han puesto de regadío. Fomentado por la Unión Europea, hay hectáreas y hectáreas que ya sabíamos que no había agua para regarlas, que el agua se estaba cogiendo de pozos ilegales en la mayoría de los casos y que estaban vaciando el subsuelo.

Una tragedia en la que hay espacio para la diversión.

No pensé voy a hacer una tragedia y tampoco voy a hacer una comedia, sino ¡menuda tela tiene esto! El idioma es el idioma de la tierra, del que se ríe por no llorar o por no morirse. Al final, a todos nos gusta reírnos de nuestras desgracias y de las ajenas y bueno está. La risa es la única manera que tenemos de disfrutar.

La elección del pueblo no ha sido al azar. Es Villacañas, donde están gran parte de sus recuerdos de infancia.  ¿Han visto la película sus paisanos? ¿Qué le han dicho?

A mí me han nacido en Madrid, lo decidió mi madre después de parir a cinco hijos en casa. En 2005 empecé con el primer corto de ficción en el pueblo, y allí he hecho cuatro cortos de ficción y dos cortometrajes documentales. Ellos ya saben lo que hago y les gusta mucho, pero no se paran a ver un mensaje, lo suyo es más local: ver qué vecino sale, qué dice…El actor que hace de hijo de Rosario, que lleva 40 años haciendo teatro, estaba alucinado, un día me dijo: ‘se creen que soy tonto, no saben que soy actor’.

«Los viejos recuerdan que con la lucha se pueden obtener cosas»

La película nos abre los ojos. Hace una denuncia de la agricultura industrial que explota el campo y contamina el agua, de los abusos del poder económico y político. La globalización, el capitalismo, la especulación…Todo esto hace que ya no está o está desapareciendo la cultura campesina.

Y todo se esconde bajo un sentimentalismo que en mi época habríamos llamado ‘americanada’. El te jodo, pero te quiero mucho. Me gustaba que la gente viera que el amor no todo se dice, sino que también va por debajo; que en La Mancha no se abraza, no se dice ‘te quiero mucho’, se quiere.

La única solución es la conciencia, ser conscientes de a lo que nos estamos sometiendo y quienes son los que nos pueden ayudar, que yo creo que son los mayores. Y en lugar de recluirles y apartarles, al contrario pedirles ayuda. En la China antigua se veneraba a los viejos y a los idos de la cabeza se les consideraba más cercanos a los dioses. Mi reflexión es que los viejos son los únicos que recuerdan que con la lucha se pueden obtener cosas, estamos en lo que estamos porque los jóvenes se someten, creen que no sirve de nada luchar. Los que pueden arreglar esto todavía están aquí, son los mayores y hay que pedirles ayuda.

Es lo que hace su protagonista, Rosario. Se levanta, se rebela. ¿Qué representa Rosario?

Es la madre de  todas las madres. Es la madre con mayúsculas, una señora que no para de hacer cosas porque tiene que sacar adelante la familia, cuidar a los animales, a todos, y acaba acogiendo al pueblo, es la casa para todos, la madre-vieja, la tierra. Todas las mujeres manchegas son Rosario, están en un sistema patriarcal y, al final, son ellas las que tienen que hacer todo el trabajo.

Hace una crítica a la compra de la España vacía con capital extranjero, en este caso los compradores son chinos. China tiene superpoblación y España muchos pueblos abandonados…

Mi madre decía: ‘vamos a decirles que se vengan’. La historia es el tipo de vida que llevamos, ¿para qué llenamos esos pueblos , para que al final la gente trabaje en el ordenador, o para que haya una vida que esté conectada con el entorno? Sería maravilloso traer a gente y llenar los pueblos, pero no hacerlo desde la superficialidad.

La película va más allá de las convenciones clásicas. Ha vestido a Saturnino García con pañoleta y falda negra; y ha elegido como narradora a una cabra, Emilia, que hace unos apuntes divertidísimos sobre los habitantes del pueblo.

Lo literal es una mentira. ¿Desde dónde contar una mentira mayor que es un cuento? Desde la no literalidad, desde lo que no pretende ser real. Desde una señora que es un señor, desde un personaje que es una cabra, desde una tierra en dos colores…Esto da mucho más lugar al público a que haga un salto de imaginación, y si lo da, ya está.

¿Y si no lo da?

Pues se va. Hay que confiar en la inteligencia de la gente, todos podemos dar un salto a lo simbólico y meternos en una historia que no es verdad sin que tengamos que tenerlo todo descrito al cien por cien.

El hijo de, la nieta de

Saturnino García está rodeado de actores no profesionales.

Saturnino es de aldea, y lo que estábamos haciendo era trabajar el espíritu de pueblo. Se  integró de maravilla con todos, incluidos los animales, era el que mejor manejaba la borrica, la cabra…Su padre fue arriero.

El trabajo no se concebía como individualidad, no eran intérpretes que tenían que decir un texto, sino que eran parte de un trabajo común, de una colaboración para contar una historia necesaria, y desde ahí entraban.

Esta ola cinematográfica del neorrural, ¿viene para quedarse?

Espero que se siga haciendo cine, que se siga estimulando el arte en los pueblos. A ver si dan las historias, si a la gente le sigue gustando, seguirá. Los de pueblo vamos a seguir haciendo cine siempre.

«La locura es absolutamente necesaria»

¿Es muy diferente la gente del pueblo a la de la ciudad?

Los habitantes de los pueblos tienen más suerte porque tienen más apoyos. Existen los cotilleos, los odios ancestrales, pero todo eso se sitúa en que tú no eres fulanito, eres ‘fulanito, hijo de menganito, nieto de zutanito’. Estás ahí como parte orgánica de un organismo más grande en el que todos funcionan. Si yo soy discapacitada, no soy Liz la discapacitada, soy Liz la hija de fulanito y nieta de zutanito. El resto de adjetivos o de clasificaciones no existen tanto.

Es un mundo patriarcal que integra más a los habitantes dentro de la comunidad, existe más la noción de ayuda a tu vecino. Mi madre decía ‘vecinos es más que familia’.

Sus cortometrajes Danzantes, Cuando truena y La Quela, premiados internacionalmente, son retratos de su pueblo natal en blanco y negro, con actores no profesionales, y conectados con la cultura manchega ¿Piensa seguir por ese camino?

Sí, porque nos lo pasamos muy bien. Cada vez tengo más compañeros de camino que me ayudan y, aunque les parezco una friki, colaboran conmigo en estas historias locas. También creo que la locura es absolutamente necesaria. Nos están intentado sacar de ahí, y hacer a todos cuerdos.

 Está escribiendo el guion de su segunda producción.

Sí, espero que no me cueste levantarla tanto como la primera. Es una historia contada por una niña muy dura, de la Guerra Civil, que le pasó a mi madre.

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