Raúl Barreras (20.000 especies de abejas), Fátima de los Santos (Mamacruz), Fernando Franco (Robot Dreams), Ascen Marchena (Cerrar los ojos) y Andres Gil y Jaume Martí (La sociedad de la nieve) son los profesionales que este año podrán llevarse la estatuilla a Mejor Montaje el 10 de febrero en Valladolid. Los seis participaron en un encuentro en la Academia, celebrado el 23 de enero, que estuvo moderado por Sergio Jiménez.
Importancia de los dos puntos de vista, coherencia emocional y un ritmo relajado, fueron los elementos sobre los que trabajó Raúl Barreras para montar 20.000 especies de abejas. Con un metraje inicial de casi cinco horas, Barreras y Estibaliz Urresola tuvieron que guiarse a través de “bloques emocionales” y cambiar la estructura de la película para que esta pudiera reducir su duración y ser accesible para todo el mundo.
Ascen Marchena confesó que su trabajo fue delicado por su minuciosidad y exigencia, pero también muy gratificante. Al tener tintes autobiográficos, muchas veces era complicado saber dónde cortar, y el ritmo y tempo del montaje fueron elección de Víctor Erice. Una de las decisiones más importantes que tuvieron que tomar fue en cuanto a la estructura, que terminó siendo más circular de lo que estaba planteada en un principio.
En La sociedad de la nieve, Andrés Gil y Jaume Martí tenían que partir del punto de vista del personaje de Numa, pero también hablar de una comunidad de muchas personas. Con casi 600 horas de brutos, el equipo de montaje decidió ir seleccionando solo aquellas secuencias en las que Numa estuviera físicamente y, a partir de ahí, fueron decidiendo qué peso tenían el resto de personajes.
Fatima de los Santos se enfrentaba por primera vez como única montadora a Mamacruz, una película en la que seguimos la transformación de su protagonista. De los Santos compartió que para centrarse en el punto de vista de Cruz, tuvieron que descartar tramas y cambiar parte de la estructura de la película para así crear un clímax que tuviera sentido con el final.
El trabajo de montaje en una película de animación cambia mucho. Así lo reconoció Fernando Franco, que explicó que trabajó junto a los animadores para adaptar algunos de los dibujos al montaje. De esta manera, la película se iba construyendo en conjunto, bovina por bovina, hasta obtener un resultado final que luego sufrió algunos cambios.
