El mexicano Luis Gabriel Beristáin debuta en la dirección -después de haber trabajado junto a directores como Guillermo del Toro– con una coproducción hispano-mexica: Ya no quedan junglas adonde regresar. En este proyecto cuenta con un reparto internacional, encabezado por el actor norteamericano Ron Perlman al que se unen otras figuras como Damián Alcázar, Marco de la O, la cantante Natti Natasha, y los intérpretes españoles Megan Montaner, Hovik Keuchkerian, Itziar Ituño, Unax Ugalde, Karra Elejalde y Rubén Ochandiano, que acaban de iniciar el rodaje en San Sebastián. La historia está basada en la novela homónima de Carlos Augusto Casas, con guion de Juma Fodde.
“Adentrarme en ese mundo de sentimientos, de quienes se crecen antes las adversidades, poder trabajar mano a mano con los actores y poder enfrentarme a la novela y traducirla a un lenguaje audiovisual desde una nueva perspectiva, es un reto apasionante. Es un proyecto que afronto con tremenda ilusión, primero porque supone trabajar con la generosidad de Álvaro Ariza, quien ha creído en mí desde el principio y tiene una tremenda visión cinematográfica, y segundo, porque me interesa muchísimo el campo de la dirección y el trabajo actoral, sumado a una historia que me fascina” explica su director.
“He trabajado con grandes directores desde la fotografía y para mí supone un reto dirigir esta película y emprender un nuevo camino que me apetece muchísimo explorar y enfrentarme a sus desafíos. Espero que toda la experiencia internacional que he adquirido a lo largo de mi carrera pueda reflejarse en mi trabajo”, apunta Beristáin.
Sinopsis:
Theo, o el Gentleman como le llaman algunos, es un viejo americano, ex militar, cuya existencia solitaria y miserable transcurre entre los recuerdos de un pasado mejor con su difunta esposa, las horas perdidas en un bar de mala muerte, junto a otros viejos desahuciados, y la llegada de los jueves. Los jueves son los días en que ve a Olga, una prostituta ucraniana a la que le paga para conversar, recordar lo que fueron y soñar con lo que podrían haber sido. Solo durante esa hora semana, el Gentleman se siente vivo.
Un día Olga es brutalmente asesinada. Cuatro abogados son los sospechosos y el Gentleman se embarca en una violenta búsqueda de venganza. El rastro de sangre que va dejando, es seguido por Iborra, una inspectora de policía alcohólica, que atraviesa una crisis matrimonial, y Herodes, un frío y despiadado sicario que sueña con que la fachada de padre de familia que ha construido para ocultar su identidad, se convierta en su verdadera vida.
El cruce de estos personajes al límite tendrá un violento desenlace cuando el presente venga a cobrarse las deudas del pasado.