Un hueco en el corazón

Por Manuel Gómez Pereira · 24 septiembre, 2025

Manuel Gómez Pereira regresa a la gran pantalla con La cena, que participa en las ‘Galas RTVE’ de Zinemaldia

Este oficio es tan diabólico a veces que es imposible racionalizar el porqué, cómo y para qué te embarcas en un proyecto que te puede llevar años, decenios o incluso no hacerse. Y pasa el tiempo y te preguntas por qué este y no otro. ¿Lo dejo? ¿Entrar en el cuarto oscuro donde viajan tus neuronas agobiadas recibiendo señales y detectar si esa información debe ser transmitida? Es decir, ¿a qué corresponde el impulso y la determinación de continuar o no con él?

En el fondo, la intuición y el azar pueden ser factores determinantes para empujarte a tomar la decisión de que este y no otro es el que tienes que hacer por encima de todo, del mundo, de lo que te digan, de lo que no te digan, de los que estén a favor y los que estén en contra y resistir, resistir y resistir. Alguien dijo que se supone que “los directores además del talento, realmente lo indispensable es que tengan salud y paciencia”.

La conexión con La cena de los generales fue casual, el azar jugó su baza a pesar de que Einstein se empeñara en decir que no existe y que nada sucede por casualidad. Según él Dios no juega a los dados… En cualquier caso, lo que sí es cierto es que tenía un gran sentido del humor, aparte de otras aptitudes.

Sancho Gracia fue el culpable, sí, el actor, productor con una gran intuición que en este oficio es fundamental, me llamó cuando estaba representando La cena de los generales, de José Luis Alonso de Santos, en el teatro Lope de Vega en Sevilla para decirme: “¡Aquí hay una película, Manolito!”. (Manolito era una manera cariñosa de llamarme, entre otras cosas porque yo era bastante más joven). Poco tiempo después nos vimos en Madrid, me pasó el texto y ahí empezó todo. El azar me llevó a conocer a Alonso de Santos en el rodaje de Bajarse al moro, dirigida por Fernando Colomo. Yo era ayudante de dirección y Joaquín Oristrell guionista. Y unos años después, no voy a decir cuántos, volvemos a reunirnos y a formar el equipo habitual de mis anteriores comedias, sumando a Yolanda García Serrano y a Cristóbal García, productor de La Terraza Films, para sacar adelante el proyecto.

Alonso de Santos es un gran dramaturgo con una verdadera capacidad de conectar con el espectador y un gran sentido del humor.

La adaptación del teatro al cine siempre es compleja. Por un lado, debes tener libertad suficiente para ahondar en la esencia de la obra sin esclavizarte y, por el otro, debes mantener la dramaturgia al mismo tiempo que conservamos el arco vital de los personajes

Partíamos de una premisa insólita y surrealista: ¡el mismísimo general Franco quiere dar un banquete en el Hotel Palace como colofón a una terrible Guerra Civil y celebrar la victoria! ¿Cómo hacer una comedia con este punto de partida? Sin frivolizar sobre la dureza del conflicto y situándolo a nivel humano, con sus luces y sus sombras. La película se mueve entre el drama y la comedia, entre lo humorístico y lo trágico de la situación, lo que nos permite reflexionar sobre la guerra y la condición humana, algo que por desgracia, hoy en día está más de actualidad que nunca. En una guerra el que mas sufre es el pueblo y en esta historia es el pueblo el que reacciona.

Ha merecido la pena el tiempo y todo lo que una película se lleva de tu vida, porque se hace un hueco en tu corazón.

Espero que el público la disfrute.

twitter facebook linkedin email