Ningún teatro de Madrid sube el telón el 4 de febrero de 1975. Por incomparecencia de los actores se suspende la función, rezaban los carteles que colgaban de sus puertas. Es el primer día de una huelga histórica de actrices y actores que paralizará toda la actividad del país durante nueve días. Exigen lo que marca la ley: librar un día a la semana. Lo que comienza siendo una reivindicación laboral se convierte en un desafío político cuando figuras como Sara Montiel o Lola Flores apoyan el paro. Pese al intento de amordazar a la prensa, la noticia recorre el mundo. Los artistas reciben telegramas de apoyo de más de 80 países, incluidos nombres como Bernardo Bertolucci. La brigada político social se infiltra entre los huelguistas para controlar a los cabecillas y dinamitar la insólita unión de toda una profesión. El 8 de febrero la policía detiene a ocho huelguistas. Cuatro son encarcelados. Se les acusa de pertenecer a grupos terroristas. Ana Belén, Tina Sainz, Juan Diego, José Sacristán, Concha Velasco, Rocío Dúrcal, Marisa Paredes, Juan Margallo o Petra Martínez son solo algunos de los artistas que estuvieron en primera línea arriesgando su carrera e incluso su libertad. Esta es la historia, narrada por sus protagonistas, como nunca antes se ha contado. Sin censura.