Las protagonistas de esta historia son mi madre y mi abuela Celia, y yo soy su nexo de unión. Un año antes de que mi abuela muriera, tuve una conversación absolutamente reveladora y sanadora con ella, sobre su vida, que grabé en audio. Ella fue madre soltera en 1953, lo que significó ser una proscrita y señalada como la puta del pueblo. Su historia siempre fue un tema tabú en mi familia, y mi madre y mi abuela siempre arrastraron una gran falta de comunicación entre ellas. Digamos que tuve con mi abuela la conversación que nunca tuvo con su hija. Es hora de que mi madre tenga esa conversación con su madre y sanen heridas del pasado. Para mí, es un homenaje a mi abuela y a todas esas proscritas, las putas del pueblo, feministas sin pancartas, mujeres que gracias a sus actos han hecho que hoy, vivamos en una sociedad más justa para las mujeres.