Cecilia Bartolomé alaba la carne del puesto del mercado que está al lado del Doré. Hemos quedado en la sede de la Filmoteca Española para grabar una de las entrevistas del proyecto Memoria Colectiva del Cine Español de la Academia de Cine. Y a la hora convenida la directora se presenta haciendo alarde de esa capacidad tan suya para mezclar los asuntos más elevados con aquellos de la vida más cotidiana, algo que también reconocemos en su cine. Si a esto le sumamos su espléndido sentido del humor y esa alegría de vivir tan valenciana entenderemos enseguida por qué esta cineasta de filmografía escueta, pero de gran calado es la heredera más evidente del maestro Luis García Berlanga.
De hecho, mientras el equipo prepara las cámaras para grabar en el antiguo Salón del Doré, Cecilia Bartolomé recuerda al que siempre ha sido su gran referente. “Era el peor profesor posible y también del que más aprendías. Nunca daba lecciones de cine, solo consejos”, recuerda de su paso por la Escuela Oficial de Cine, donde el director de El verdugo fue su profesor.
De dicha escuela salió Cecilia Bartolomé como una de las primeras mujeres diplomadas en dirección, junto a Josefina Molina. Allí realizó prácticas tan atrevidas, modernas y feministas que acabó engrosando la lista negra del Franquismo, no pudiendo dirigir hasta que se instauró la democracia en España. Cabe destacar de aquellos años cortometrajes como La brujita, La noche del doctor Valdés o Carmen de Carabanchel. Este último es una comedia satírica y musical en la que la directora relataba la situación de desprotección de las mujeres en pleno Franquismo ante la ausencia de métodos anticonceptivos.
Basándose en las experiencias de sus vecinas en el barrio de Carabanchel contó la historia de una mujer con cuatro hijos que intenta abortar dándose baños de amoniaco. Esa misma filia por la comedia y el cine musical la llevarían a firmar Margarita y el lobo, un mediometraje en el que adaptaba una novela de Christiane Rochefort sobre una mujer que decide separarse de su marido. Fue con esta película con la que Cecilia Bartolomé se ganó la animadversión de sus profesores en la Escuela Oficial de Cine, que decidieron secuestrarla impidiendo que se exhibiese en París junto a otro mediometraje de Agnès Varda y que se convirtiese en un largometraje comercial.
Cecilia Bartolomé no volvería a dirigir hasta 1976 cuando se encargó de realizar un making of de El perro, de Antonio Isasi-Isasmendi. Dos años después, dirigiría Vámonos, Bárbara, según Román Gubern, “el primer filme feminista de la historia del cine español”, una reinterpretación de Alicia ya no vive aquí de Scorsese producida por Alfredo Matas y protagonizada por Amparo Soler Leal.
La censura entraría en su vida una vez más ya en democracia. UCD secuestró su documental Después de, codirigido con su hermano Pepe Bartolomé, y en el que se retrataba el ambiente crispado de la España de aquellos años que desembocaría en el golpe de estado de 1981. Su última película, Lejos de África 1996), es un homenaje a su infancia y adolescencia transcurrida en Guinea Ecuatorial, donde sus padres trabajaron como maestros.
Andrea G. Bermejo