Romana González inició su carrera profesional a la temprana edad de 14 años como meritoria, y quizás por eso siempre afirma que el oficio la buscó a ella, que le llegó “como algo dado”. Un oficio que le ha valido cuatro Premios Goya y nueve nominaciones. De la mano de sus dos maestros, Julipi y José Luis Ruiz, se ha forjado en una época en la que se maquillaba a todo el elenco incluida la figuración, debido a la sensibilidad de la película entonces. Muy pronto llegaría a conocer de primera mano grandes producciones de Samuel Bronston, desde 55 días en Pekín hasta La caída del Imperio Romano siempre como ayudante, una situación que cambiaría de la mano de José Luis Dibildos al encargarse de cuatro producciones en un solo año.
A lo largo de su carrera ha trabajado con una gran cantidad de directores entre los que destaca Gonzalo Suárez por empujarla a ser más creativa.
Su prodigiosa memoria le ha permitido tener siempre muy estudiado el guion de cada película haciendo de ella una versátil profesional que no se movía del decorado para así hacer un mejor seguimiento de las emociones de los actores y actrices a los que respeta profundamente. De ellos guarda un especial recuerdo de José Luis López Vázquez, Paco Rabal, Carmen Maura, Fernán Gómez y Alfredo Landa. Como curiosidad, éste último siempre exigía su presencia en sus películas por si buen hacer con los apliques.
Siempre con Javier Artiñano y Gil Parrondo en su corazón, a los que define como genios, Romana González ha ganado el Goya en cuatro ocasiones por Remando al viento de Gonzalo Suárez, El rey pasmado de Imanol Uribe, Besos para todos y Camarón, ambas de Jaime Chávarri.
- Entrevista
- Fernando Méndez-Leite
- Realización
- TCM y Academia de Cine
- Montaje
- Kabiria
- Fotografía
- Pipo Fernández
- En colaboración con
- Fundación SGAE
- Madrid
- 2016