Arte al agua

Al caminar por los pequeños pueblos que rodean el puerto guipuzcoano de Pasaia, es difícil imaginar que hace tan solo 40 años, éstos eran el hogar de una de las flotas bacaladeras más relevantes de Europa. En 1926 sale del puerto de Pasaia el primer barco de Pysbe para la pesca del bacalao, lo mismo ocurrirá en Galicia dos años antes, a través de la iniciativa del armador Dominguez, pero mientras que Pysbe consigue asentar su flota, el intento de la empresa gallega no prosperó. Tras la guerra civil española (1936-39), un gran número de hombres cruzaban el Atlántico desde los puertos de Pasajes en el País Vasco y desde A Coruña, El Ferrol y Vigo en Galicia, para viajar rumbo a las costas canadienses y a Groenlandia. Allí faenaban durante meses bajo condiciones terribles para llenar de bacalao las bodegas de sus embarcaciones y después llevar el pescado ya salado a los muelles, bien de su puerto de destino, o de los puertos que los armadores consideraran que era más rentable descargar, y que podían estar ubicados a lo largo de la costa cantábrica pero sobre todo en Pasajes, A Coruña, Vigo, Ferrol y Ribeira. Dado que estos hombres tenían que abandonar sus casas durante un largo tiempo, los que se quedaban dejaban volar la imaginación respecto a su destino, creando grandes leyendas que rodeaban a estos hombres que pescaban en un lejano lugar llamado ìTerranova!, o Newfoundland, su nombre en inglés..