Paco Roca: «El pijama va a ser la prenda más popular en el futuro»

Por Enrique F. Aparicio · 24 junio, 2015

Su cómic Memorias de un hombre en pijama dará el salto a la gran pantalla

Paco Roca lleva una vida “poco épica”. Eso sí, ha logrado el objetivo que tenía de niño: permitirse el lujo de llevar puesto el pijama todo el día. Enfundado en esta prenda ha escrito y dibujado multipremiados cómics que se han publicado en docenas de países. Bajo la dirección de Ignacio Ferreras llevó su Arrugas (Premio Nacional de Cómic 2008) al cine, lo que le valió el Premio Goya a Mejor Guión Adaptado en la edición de 2012. Con el mismo equipo técnico, ahora se atreve como director en la adaptación de Memorias de un hombre en pijama (Astiberri Ediciones, 2011), recopilación de tiras de prensa que contará con Raúl Arévalo para poner voz al autobiográfico personaje protagonista.

 

¿Va a dirigir la película en pijama?
El productor me lo aseguró. Una de las condiciones que puse es que pudiese trabajar en pijama, y la única forma de hacerlo es con la animación. Me daría mucho miedo hacer una película de imagen real; el entorno de la animación es más amigable. Sigues estando en tu estudio, como si estuvieras dibujando cómics.

 La película nace de sus tiras para prensa, ¿no son lenguajes algo distanciados?
Sí, y te das cuenta cuando empiezas a animarlo. Tanto lo que apareció en el diario valenciano ‘Las Provincias’ como después en ‘El País Semanal’ eran historias autoconclusivas de una o dos páginas, algo que evidentemente no funciona en el formato cine. Lo primero ha sido adaptar la historia, que tenga un comienzo y un final y sobre ella ir añadiendo todos esos gags. También hay que hacer evolucionar un poco al personaje, que en ese proceso se va alejando de lo que era en las páginas.

¿Cuáles son los referentes que ha tomado para la película?
En animación muchas cosas. Sigue estando presente, al igual que en Arrugas, la animación japonesa, y especialmente los Estudios Ghibli. Es una animación que habla también de lo cotidiano, donde hay escenas del día a día que difícilmente cabrían en un filme de animación occidental. También tiene mucho de determinada animación televisiva, el ritmo del humor de algo como La pantera rosa, pero también hay mucho de la comedia clásica, las comedias románticas de los cincuenta y sesenta.

Es curioso que también nombra series de televisión en imagen real como influencia, especialmente Seinfeld.
Por supuesto, soy súper fan porque también, como en Ghibli, va a lo cotidiano. A mí me gusta el humor de Seinfeld y Larry David, que se mueven en terrenos en el que las personas no saben cómo actuar. Por ejemplo, vas en el tren con tu iPad y tienes que ir al cuarto de baño. ¿Qué haces? Si lo dejas tienes el miedo de que te lo quiten, si te lo llevas el de al lado va a pensar que eres un cutre y que piensas que te lo va a robar. En esa tensión que se crea está ese tipo de humor: el de Seinfeld, el de Larry David y el de Memorias de un hombre en pijama. Se trata de buscar más la sonrisa que genera esa tensión y no la carcajada de un humor surrealista.

Según la sinopsis, el protagonista, Paco, encuentra el amor y enseguida ella se muda a vivir con él, lo que hace que su vida “se derrumbe”.¿Un final feliz se convierte en principio catastrófico?
Sí, en las tiras primero hablaba un poco más de las relaciones, de buscar la felicidad a través de la pareja; después hablé más del proceso creativo. En la película se funden las dos cosas: cuando el protagonista es feliz con su pareja se le derrumba la creatividad. Se crea mucho mejor con una cierta crisis, cuando llega la monotonía de la felicidad creo que esa chispa desaparece. Porque la creatividad es una búsqueda y cuando ya lo tienes todo… ¿para qué vas a buscar?

¿La película será tan autobiográfica como las tiras?
Hasta cierto punto. En el momento en el que ya no eres tú el que está ahí, cuando aparece Raúl Arévalo, me puedo permitir variar bastantes cosas. Aún así he intentado que más que autobiográfico sea biográfico, que también hable de la gente que me rodea.

¿Lo que ha puesto de usted en el personaje es lo que le lleva a querer dirigir la película?
No exactamente, lo que me lleva a dirigir es mi incapacidad para decir que no. Me pareció que Arrugas era una buena adaptación; no veía necesidad de meterme en este mundo cuando estaba contento y feliz haciendo mis cómics. Pero me he visto empujado y una vez dentro le ves las posibilidades de poder hacer otro tipo de cosas. Ves que en la animación se puede hablar de todo, normalmente se ha hablado de ciertos temas dirigidos a un público infantil, pero tiene herramientas para llegar a otros nichos. En este caso es una animación que podríamos llamar indie, barata, y con una historia que es una comedia romántica, que en principio no pega. Creo que es eso lo que la hace interesante.

¿Le entró el gusanillo de dirigir durante la producción de Arrugas?
Siempre lo he tenido, más que de la dirección de la animación, de los dibujos animados. Cuando era pequeño idolatraba a Picasso y a Walt Disney, y para mí no había diferencia entre ellos: los dos vivían de sus dibujos. Hace unos años era muy difícil meterte en algo como esto, porque era carísimo animar. A partir del abaratamiento del proceso, vi la posibilidad de la animación para adultos. Cuando terminamos Arrugas, Ignacio Ferreras me dijo que ya no quería dirigir, que se quería dedicar sólo a los cómics, cosa que me asustó bastante. Afortunadamente en esta película me ayudará en la dirección, me fío mucho de su criterio. 

¿Tiene confianza en la animación española en el futuro inmediato?
Sí, hay muchísima gente trabajando en proyectos de calidad. El hecho de que ahora sea más sencillo –entre comillas– sacar adelante proyectos con un presupuesto más bajo hace que pueda haber película de grandes cifras pero otras mucho más económicas; hay más facilidad para crear.

¿Por qué Raúl Arévalo para poner voz a Paco?
¡Porque somos dos gotas de agua, no hay más que vernos! [Ríe] Yo creo que encaja, en primer lugar porque Raúl es una gran actor, capaz de pasar rápidamente del drama a la comedia. Es muy cercano, no sabes muy bien si está actuando o no, algo que le va al tono del personaje, porque no dice las cosas con una actuación perfecta en un sentido técnico. Va a ser un reto interesante animarle. Además él ha comentado que se siente muy cercano al personaje, a esa vida… en pijama. No diremos indigna ni patética, pero sí poco épica. Para el papel femenino, que también es importante, quizás busquemos a alguien reconocible, pero el resto serán actores de doblaje.

¿La música será importante en la película?
Sí, ya es casi seguro que el grupo Love of Lesbian hará las canciones y eso será otro de los puntos de diferenciación que nos aleje de la animación tradicional. En el proyecto se ha ido embarcando gente que se siente un poco así: gente en pijama. Algunos porque tienen profesiones liberales, como un actor, un periodista o un músico; otros porque se han quedado sin trabajo. El pijama va a ser la prenda más popular en el futuro como esto siga así.

 Arrugas tuvo una larga y exitosa vida internacional, ¿espera que este proyecto también la tenga?
Sí, aunque son producciones muy diferentes. Arrugas trata un tema muy universal, aunque narre una historia concreta que en el fondo era la vejez de mis padres, pero la vejez es un tema que interesa en todos los países desarrollados por el envejecimiento de la población, y supongo que por eso funcionó muy bien. En este caso es un tema bien distinto, pero también trata temas bastante universales.

¿Cuánta gente trabaja en la producción y qué calendario maneja?
De momento Raúl Arévalo y yo. Todavía no hemos creado todo el equipo. La película debe estar terminada a finales de 2016, supongo que por el tema de ayudas. Es una de esas cosas que me sorprenden del cine. Cuando haces un cómic o una novela no tienes fecha, pero aquí antes de empezar ya vas contrarreloj y es un poco estresante.

¿Concibe esta película como el inicio de algo más grande?
Te lo diré con el tiempo. No sé si será el inicio de más proyectos o si al acabar diré como Ignacio Ferreras, “¡se acabó!”. Me gusta el mundo del cómic por la libertad total, no tienes más limitación que la tuya propia. En el cine te has de adaptar a lo que puedes hacer con el presupuesto que tienes. Continuamente renuncias a cosas que no puedes tener. Pero estoy convencido de que grandes películas nacen de esas limitaciones.

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