Irene Escolar: «Hay ciertos personajes que uno está predestinado a hacer»

Por María Gil · 13 noviembre, 2015

Para la actriz Un otoño sin Berlín significa la revelación de sus posibilidades en el cine

 

Ha tenido que aparecer el personaje de June y la directora novel Lara Izagirre para que Irene Escolar se dejara seducir por la oportunidad y el reto de llevar sobre sus hombros el peso de toda una película. La actriz –inmersa en la obra El Público–estrena esta semana Un otoño sin Berlín, una historia en la que aborda su primer papel protagonista en el cine y en la que ha encontrado un tipo de personaje femenino que, hasta ahora, solo le ofrecía el teatro.

«Hubo algo que me capturó mucho de esta historia, al leerla por primera vez, y del personaje de June. Hay algo intuitivo e irracional, que uno no sabe como describir bien, hay ciertos personajes que quizá uno está predestinado a hacer. Además, hasta ahora no había tenido la oportunidad de desarrollar y profundizar en un personaje (en cine), así que esa fue una de las razones por las cuáles también decidí hacer esta cinta», reconoce la intérprete para la que las primeras películas de un director «son importantes y muy difíciles, se necesita mucha entrega, mucho trabajo en equipo».

Con numerosos veteranos en el equipo técnico, en el elenco de actores Izagirre dio muchas primeras oportunidades. «A mí me apetecía que alguien confiara en mí para su ópera prima. Sí creo que estaba predestinada a esta historia, a conocer a Lara», afirma sobre la directora novel, con la que se produjo una conexión y un trabajo conjunto que se extendió al guión y al proceso de casting.

«Lara no me conocía, vio un par de trabajos míos y nos reunimos a tomar un café. Yo me había leído el guión, conectamos desde el minuto uno, a ella le gustó lo que yo decía sobre el personaje, lo que yo podía aportar y desde ese momento pensó que tenía que ser yo», cuenta la actriz, que se ha enfrentado al reto de llevar todo el peso de la película.

El miedo a ser quién realmente somos

Su trayectoria ha estado más vinculada a las tablas donde ha encontrado papeles que le resultaban más atractivos como intérprete. «Yo he hecho mucho teatro porque los mejores personajes los he encontrado en teatro. En cine no me han llegado tantas oportunidades de personajes como este, no es que yo los haya rechazado», afirma antes de resaltar que «en teatro cada trabajo es un crecimiento, cada actuación yo noto que es un paso hacia delante. En cine estoy muy contenta con todos los papeles pequeñitos que he tenido, también me han dado un bagaje, pero con mucha menos profundidad”, apunta Escolar, que en la cinta se pone en la piel de una joven que regresa a la pequeña Amorebieta (Vizcaya), después de años de ausencia.

Reconoce que Un otoño sin Berlín ha sido un proyecto cinematográfico totalmente diferente en el proceso de ensayos, el carácter teatral, la implicación tanto de ella como de Tamar Novas, que interpreta a Diego, el primer amor de June, el guión y el espacio.

«Es la vez que más he ensayado en cine en mi vida, hemos improvisado, hecho muchísimo trabajo de texto, cambiado las secuencias, ensayado en las localizaciones reales, con la ropa, con la utilería… ese trabajo invisible, que es fundamental, sobre todo porque luego hace las cosas más fáciles en el rodaje. Pero para eso se necesitaba un actor como Tamar, que tuviera las ganas y una directora como Lara que dijera ‘sí, me apetece hacer esto’ y realmente creo que es necesario», confiesa.

En Un Otoño sin Berlín, Tamar y June están unidos por unos universos paralelos, creados con literatura y poesía, con los que intentan huir de la sociedad que les rodea. Una situación que, según la intérprete, conecta mucho con la generación actual de jóvenes «perdidos, desconcertados, que no sabemos cuál es el camino adecuado»; pero también con las historias personales de los propios actores protagonistas y con lo que Irene Escolar muestra cada noche en El Público.

«Federico García Lorca habla de las máscaras, de la sociedad, de lo que nos imponen que debemos sentir y que debemos ser, y nos olvidamos de lo que realmente hay dentro de nosotros. Encuentro muchos paralelismos entre lo que me ocurre a mí, lo que le ocurre a June en la película, y también de lo que habla El Público. Que supongo que todo está conectado porque es algo intrínseco en el ser humano: esos miedos a ser quienes realmente somos», explica.

Arropada por grandes compañeros en cine y teatro

Perteneciente a una familia con gran tradición sobre las tablas, se considera afortunada de haber estado arropada por gente muy talentosa también en la gran pantalla. «Lo más importante, y en mi trabajo lo ha sido, es rodearme de buenos compañeros, y he tenido grandes compañeros tanto en teatro como en cine de los que he aprendido mucho viendo como se desenvuelven en un set. En teatro, Álex Rigola, Miguel del Arco, Mario Gas, Amparo Baró, Carmen Machi, José Coronado, bailarines, yo he aprendido mucho de trabajar con bailarines por su disciplina. Y en cine también, Javier Cámara, Maribel Verdú, Jose Luis Cuerda, Carlos Saura, Vicente Aranda….»

Del Festival de San Sebastián se fue con una Mención especial del jurado por su interpretación de June, un reconocimiento «inesperado» que es doblemente especial porque «encima es un trabajo del que estás orgulloso, o al menos consideras que es un trabajo que has podido desarrollar. A mi me gusta decir que es mi papel revelación, la revelación de mis posibilidades en cine».

Con varias películas pendientes de estreno en 2016- La corona partida, Gernika, Altamira– reconoce que le apetece mucho la gira por España con El Público, de Álex Rigola, que la mantendrá ocupada hasta febrero. «Hay un punto en el que tú protagonizas una película y de pronto te hacen entrevistas y piensas en los premios y tú llegas a hacer tu función esta tarde y todas esas cosas relacionadas con el éxito se evaporan. Tocas tierra, te enfrentas a ti misma cada noche, a un público, defiendes tu trabajo. Te hace mantener la realidad, no pierdes la realidad teniendo función todos los días. Me está encantando compaginar las dos cosas, a pesar de que es cansado también, pero por otro lado me doy cuenta de lo importante que es seguir haciendo teatro».

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