La guionista y directora Carla Simón reconoce que vivió «emociones muy fuertes» el fin de semana del 18 y 19 de febrero en Berlín, donde su primer largometraje, Estiu 1993, ganó el premio a Mejor Ópera Prima y el Gran Premio del Jurado Gen Kplus. “La película fue muy bien recibida en la Berlinale, no esperaba que llegara a tanta gente y que tantas personas se emocionaran con la historia. Espero que esto también pase en España”, declara la novel cineasta, cuyo salto al largometraje es una muestra más de los diferentes viajes que emprende nuestro cine.
Estiu 1993, que se ha alzado con la Biznaga de Oro de cine español del Festival de Málaga, parte de la historia personal de Simón, que era una niña cuando se quedó huérfana de padre y madre y se fue a vivir con sus tíos y su prima, su nueva familia. “Todos escribimos sobre lo que conocemos” fue la premisa inicial de la directora catalana, que había realizado un corto sobre dos niños enfrentados a la muerte de su abuela, tema sobre el que quería ahondar, “y por mi experiencia podía hacerlo de una manera muy concreta. La película cuenta cosas que yo sé y creo que mucha gente se puede sentir reflejada”, expone.
Sus recuerdos y las sensaciones que tuvo cuando perdió a sus padres, víctimas del sida, fueron la base para escribir Estiu 1993, “que cuando tomó forma de película se convirtió en una historia. Yo era muy pequeña cuando perdí a mis padres y, de alguna manera, es algo que ya tengo asimilado hasta el punto de que parece que casi no lo hubiera vivido yo. La película me ha ayudado a conectar con la niña que fui y a entender un poco más lo que, tanto yo como los que me rodeaban, podíamos sentir en ese momento. Lo que defiendo es que los niños son muy capaces de entender la muerte y que, a pesar de vivir algo tan dramático, no dejan de ser niños, necesitan reírse y pasarlo bien. El duelo cuesta mucho y, aunque cada niño es un mundo, por su capacidad de adaptarse a nuevas situaciones y por esa cosa de tirar adelante, pienso que es más fácil para los pequeños que para los adultos”.
La historia de Carla Simón tuvo un final feliz al tener una familia «que me ayudó mucho a volver a empezar» y que se ha involucrado en Estiu 1993, ya que su hermano creó la música; su hermana, que es actriz, sale en la película; su madre le ayudó con el guión; y su padre «nos dejó los muebles. Ahora es bonito celebrar con ellos que la película es de todos». Está con ellos «para lo bueno y para lo malo» y los suyos «me seguirán inspirando para continuar explorando historias familiares», adelanta esta admiradora de Lucrecia Martel, Alice Rohrwacher, Víctor Erice y Carlos Saura.
Impulsado por CIMA MENTORING, Simón desarrolló el proyecto durante el III Laboratorio de Escritura de Guión Cinematográfico de la Fundación SGAE. “Cuando trabajas con un material muy personal, cualquier opinión externa tiene mucho valor para ayudar a poner las cosas en orden”.
Carla Simón reivindica que las mujeres «hagan cine y escriban sobre personajes femeninos», y su prioridad es «narrar lo que a cada uno le apetece contar. Si eres honesto, llegas a la gente. Me hace mucha ilusión que una historia personal y local como esta se haya vendido a varios países», apunta.