Tras conocer la noticia, Carla Simón y la productora de la cinta, Valerie Delpierre, se acercaron a la Academia para compartir su alegría. «Ni en mis mejores sueños me hubiera imaginado esto. Cuando uno termina una película no es consciente de lo que ha hecho», afirmó Simón, que agradeció a los académicos la confianza en Verano 1993 –“sin ellos no estaríamos aquí»–.
Consciente de que la elección de una cinta en catalán llega en pleno proceso soberanista, Simón se alegra de que la política no afecte a la elección. “El cine tiene esa capacidad de cruzar fronteras y da igual el idioma. Que se elija una película en catalán es algo normal, el país es así de diverso”, manifestó.
Los Ángeles será otro de los muchos viajes que le esperan a Simón, que está “dando la vuelta al mundo” con esta cinta y se sigue asombrando de que una historia tan local llegue a públicos tan internacionales como los de Alemania, Rumanía, América Latina o República Checa. «Es bonito ver como las distintas culturas la reciben. Ponen el acento en distintos sitios», explicó la realizadora que no deja de acumular reconocimientos con su ópera prima, entre ellos el galardón a Mejor Ópera Prima y el Gran Premio del Jurado Gen Kplus en la Berlinale y la Biznaga de Oro de cine español del Festival de Málaga.
Verano 1993 es la historia de Frida, una niña de seis años que afronta el primer verano de su vida con su nueva familia adoptiva, tras la muerte de su madre a causa del VIH. Está protagonizada por las pequeñas Laia Artigas y Paula Robles y por Bruna Cusí y David Verdaguer.