Escribir en espiral. Daniel Sánchez Arévalo en El día + corto

22 diciembre, 2017

Daniel Sánchez Arévalo protagoniza un coloquio en la Academia por ‘El día más corto’

Antonio de la Torre, Natalia Mateo y Pepe Jordana acompañaron ayer en la Academia a Daniel Sánchez Arévalo, homenajeado dentro de la programación de ‘El día más corto’. Tras un programa conformado por sus cortometrajes, el director madrileño charló con el público sobre sus temas recurrentes, su proceso creativo y sus colaboradores habituales.

Sánchez Arévalo repasó sus comienzos como cineasta, en cortos como ¡Gol! (2002) o Profilaxis (2003), cuando “era puro nervio, pura ansiedad y puro trauma”, aseguró el director. “En los rodajes lo paso fatal. Pero lo bonito de ese proceso es tener a alguien con el que poder apartarme del set y echarme a llorar. Como Antonio: que me abraza, me desahogo y juntos seguimos”. De la Torre comenzó su extensa colaboración con Sánchez Arévalo precisamente en Profilaxis. “Hablando con Pilar Castro, le sugerí para el personaje masculino a Antonio de la Torre o a Ernesto Alterio”, explicó el realizador. “Pilar conocía a los dos, pero elegí a Antonio porque no era conocido”.

El actor confesó que ese corto le “cambió la carrera. Solo un 8% de los actores vivimos de esto, según un estudio muy documentado de AISGE, y a mí me ocurre desde que conocí a Daniel. Estudié periodismo, trabajaba en Canal Sur y me buscaba la vida. Desde que trabajo con él, solo me dedico a esto”. De la Torre recordó ese primer encuentro: “arrancó el rodaje, me empezó a dirigir y pensé: este tío va a ser grande. Más tarde me dijo una frase que recordaré siempre: creo que nadie ha escrito un papel a la altura de tu talento, y yo lo voy a hacer”.

Esa promesa se materializó con el personaje de Antonio en Azuloscurocasinegro, que cogió algo más que el nombre prestado al actor. “Ese papel cambió mi carrera y mi vida”, explicó. “Esto es un oficio y una forma de vida. Y cuando se crea una relación así, como la que tenemos nosotros, de hermanos, explicarla es imposible. De aquí han salido cosas buenas, y las que nos quedan”.

Sobre su proceso creativo, Sánchez Arévalo comentó que “soy menos de hablar y más de escuchar, de observar. Todo lo que veo y me interesa lo absorbo”. Y lo que le interesa suele orbitar sobre unos ciertos temas: “alguien me dijo que escribo en espiral, que voy dando vueltas sobre los mismos asuntos, y es verdad. La familia, las relaciones, los hermanos, el amor, el desamor. Es el círculo de nuestro microcosmos. Lo que nos importa realmente está contenido en muy pocos elementos”.

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