Paco Delgado: «Me quedo con la película que tenga un efecto catártico sobre el espectador»

Por Ana Ros · 13 abril, 2018

Premio Ricardo Franco de la Academia de Cine y el Festival de Málaga

El diseñador de vestuario de grandes proyectos nacionales e internacionales, ganador de dos goyas por Blancanieves y Las brujas de Zugarramurdi, nominado al Oscar  por vestir a Los miserables y a La chica danesa –optó también al Bafta–, Paco Delgado, recibirá el premio Ricardo Franco de la Academia de Cine y el Festival de Málaga  en la 21 edición del certamen andaluz, que se celebra del 13 al 22 de abril. 

El diseñador que firmó sus primeros títulos de crédito en las películas de Álex de la Iglesia, se define a sí mismo como un ser «que pasa el rato trabajando en lo que más le gusta». Hilvana con pasión ‘la vestimenta’, término que prefiere acuñar, de cada historia en la que trabaja, sea grande o pequeña. Cree firmemente que su trabajo consiste en  ayudar al actor y al director a crear el personaje y a contar la historia. “Si haces Adán y Eva, esa hoja de parra es la pieza de vestuario mas importante de la historia”.  

Se decanta por las historias de época y fantasía y reconoce que lo contemporáneo es más difícil de vestir. Desearía trabajar con cineastas que aún no saben que van a dirigir –“Me gusta trabajar con gente nueva todo el rato”–, pero si tuviera que repetir lo haría con Almodóvar, Álex de la Iglesia, Pablo Berger, Night Shyamalan y Tom Hooper.

Vestuario: “Conjunto de prendas, códigos e ideas que usamos a diario para –no solo cubrirnos– sino también representar la tragicomedia de la vida”.

Paco Delgado

Alumno de Ramón Ibars en el Institut del Teatre de Barcelona, «él me enseñó a pensar», y de Percy HarrisAlison Chitty en Londres, Paco Delgado empezó siendo ayudante de “maravillosos diseñadores” como Andrea D’ OdoricoMiguel NarrosSonia Grande y Lala Huete. Y también aprendió de Yvonne BlakePedro MorenoJavier ArtiñanoDanilo Donato, «del grandísimo Piero Tosi”, John BrightColine AtwoodJenny Beavan  y de Sandy Powell, entre muchos otros, al tener «la suerte de ser espectador de las películas que diseñaron». El lanzaroteño cuenta con un importante bagaje profesional a sus espaldas, acumulando una experiencia que le ha llevado a estar en lo más alto de su especialidad a nivel internacional.

Después de tantos premios nacionales e internacionales  ¿Qué supone para usted este galardón a su carrera?

Una gran alegría y la oportunidad de estar de nuevo en una de las ciudades mas bonitas y cinéfilas de España.

 ¿Sobre qué versará su discurso?

No lo sé todavía. Posiblemente sobre la trayectoria desde mi isla, Lanzarote, hasta Los Ángeles.

¿Qué destacaría de su trayectoria profesional si tuviera que entregar su curriculum?

Trabajo, angustia, alegría, trabajo, trabajo, trabajo…

Ha declarado que los  diseñadores de vestuario han pasado de estar en un segundo plano a tener mucho protagonismo en estos últimos años ¿A qué es debido?

Tiene que ver con la forma en que la industria ha evolucionado. Fueron muy importantes en la época dorada de Hollywood, cuando el star system necesitaba envolver a las estrellas con un aparato de seducción y ensueño. Después, con el advenimiento de un cine más realista, se pasó a un, no diría segundo plano, pero sí a un vestuario más silencioso. Sin embargo, creo que el protagonismo del vestuario hoy en día viene de una concienciación generalizada de que la vestimenta y la moda son un arte o una forma de expresión artística. También del hecho de que posiblemente seamos los últimos en practicar un tipo de alta costura desde que la calle ha optado por una idea de vestir de usar y tirar.
¿Qué ha supuesto para usted tener en la presidencia de la Academia a Yvonne Blake, una compañera del gremio?

Es uno de los grandes lujos que pasan desapercibidos en nuestro país. A esta gran diseñadora en otros países le estarían haciendo la ola desde las instituciones culturales correspondientes. Quiero expresar aquí mi admiración y cariño por Yvonne. Y deseo, como todos, que se restablezca lo antes posible.

¿Cómo utiliza el ‘poder de la ropa’ para provocar los sentimientos que el director quiere transmitir al espectador de cada personaje? ¿Cómo trabaja en ello?

Desde las emociones y la intuición. No hay otra manera, por lo menos para mí.

¿Qué quiere comunicar Paco Delgado con su estilo de vestir?

Despreocupación que es en sí misma una gran preocupación.
¿Cómo ha sido la evolución de aquel jovencito que empezó? ¿Se ve hoy donde se imaginaba estar cuando empezó?

Nunca me imaginé nada. Todo me ha pasado por coincidencias, al menos eso creo.

Prepara su trabajo a partir del guión desde el que desarrolla ideas, ¿alguna vez le ha fallado la inspiración?

Por supuesto, pero para eso trabajas en equipo. Además,  detrás están los años de trabajo. La inspiración per se, no existe. “Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando”, dijo Picasso.

Empezó de la mano de Álex de la Iglesia. Ha trabajado con Almodóvar, Gómez Pereira, Gerardo Herrero, David Serrano, Iñárritu,  Pablo Berger, Louis Leterrier …  y con solo una mujer, Patricia Riggen, en Los 33: una historia de esperanza. ¿Echa de menos más mujeres en la dirección?

Yo echo de menos buenos guiones y buenas películas. El director es importante en un filme, pero creo que se magnifica un poco el tema, yo quiero trabajar con más mujeres en cualquier posición dentro de la industria:  escritoras, productoras, operadoras y eléctricas, y también con más hombres en mi departamento, que por cuestiones machistas está lleno solo, o casi solo, de mujeres.

¿Hay una evolución en cuanto a una mayor integración de las mujeres? 

El vestuario de cine está mayoritariamente compuesto de mujeres y hombres gays, entre los que me cuento yo. ¿Lo llamamos machismo? Pues sí, desgraciadamente la industria y la sociedad solamente nos ha dejado entrar en ciertas categorías.

Ha hecho todo tipo de cine –bajo y alto presupuesto– y de diferentes géneros.  ¿Con qué tipo de cine se queda? ¿Qué género le gusta ‘vestir’ más?

Me quedo con la película que tiene un efecto catártico sobre el espectador. Con la película que te hace reír, llorar, amar cosas o con la que te hace olvidar que no llegas a poder pagar el recibo de la luz. Esas dos horas son impagables.

 

 Su carrera más cosmopolita

 

Trabaja a ambos lados del Atlántico ¿Dónde prefiere estar la persona y dónde el profesional?

Mi casa está en Madrid y mi profesión donde esté el guión y la película que me sedujo tanto como para dejar mi casa, mi pareja y mi perrito.

Fue nominado al Oscar por su trabajo en Los Miserables en 2013 y por La chica danesa en 2016,  ambos dirigido por Tom Hooper.  ¿En qué ha cambiado, si es que lo ha hecho, su carrera a partir de estos  reconocimientos? 

En tener una carrera más internacional.

«Trabajo desde las emociones y la intuición»

¿Para cuándo esa tercera nominación? 

No sé si eso llegará. Estoy feliz con haber sido nominado dos veces. ‘Se derraman más lágrimas por las plegarias atendidas que por las no atendidas’, santa Teresa dixit, muy acertadamente. No suelo desear cosas de este estilo. No estoy tan preparado para la frustración.

¿De qué trabajos se siente más orgulloso?

De La comunidad, porque fue mi primera película; de Balada triste de trompeta, porque me lo pasé genial con Álex de la Iglesia; de La mala educaciónBlancanieves –un bellísimo proyecto con Pablo–, y, obviamente, de Los miserables y La chica danesa.

El 9 de marzo estrena en nuestro país el nuevo cuento de Disney, Un pliegue en el tiempo. Y tiene varios proyectos en cartera, entre ellos, el próximo trabajo de Jaume Collet-Serra, Jungle Cruise. Además, en posproducción Glass, en la que viste a Bruce Willis y Samuel L. Jackson. ¿Qué tiene de especial cada uno de ellos?

Glass se considera una película independiente en el panorama americano. Se trata de un vestuario contemporáneo con unos toques de Marnie en la protagonista, Sara Poulsen. 

Un pliegue en el tiempo es una historia que se mueve entre la fantasía y la realidad y he realizado un vestuario que nunca había hecho antes, con materiales e ideas que no había puesto nunca en práctica. 

Jungle Cruise es una comedia de aventuras de la que no puedo decir mucho todavía pero con la que espero pasármelo genial diseñando el vestuario.
¿Qué cree que debe mejorar aún en su gremio?  ¿Qué reivindicaría para su sector es España?

Somos ‘la Cenicienta’ de la parte visual del cine, casi nadie entiende nuestro trabajo y supongo que parte de ello es culpa nuestra. Somos una pieza súper importante en la creación de la ficción y no ocupamos el lugar que nos corresponde. Reivindicaría que seamos mas reivindicativos (risas).

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