El reino, una película sobre gente normal

26 septiembre, 2018

Rodrigo Sorogoyen, Isabel Peña y Antonio de la Torre mantienen un encuentro con el público tras el pase de su última película, que se estrena este viernes

“Los políticos que se corrompen no caen del cielo, forman parte de una sociedad”. El que habla es Antonio de la Torre, que en El reino, la nueva propuesta escrita por Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen, que firma este último como director, encarna a uno de esos ‘casos aislados’ que florecen día a día en los informativos. “Esta no es una película maniquea”, prosiguió, “hubiera sido muy fácil hacer una película de malos, pero también es la historia de un hombre que lo que más quiere en el mundo es poder abrazar a su hija”.

Para Sorogoyen, uno de los motivos para hacer esta película era “la necesidad, el deseo de intentar entender a estas personas, esta sociedad, este sistema y por tanto de entendernos a nosotros mismos”. Para eso, han contado con el asesoramiento de diferentes políticos, entre los que se encuentran Cristina Cifuentes y Alfredo Pérez Rubalcaba. “Todos nos han ayudado de una u otra forma. Unos nos han dado claves, otros un gesto, una forma de desviar la mirada… pero todos han sido muy valiosos y generosos”, expresó Peña.

“Nos interesaba las situaciones, la verosimilitud, saber si la temperatura del guión estaba bien. Los encuentros con toda esta gente te abren mucho más la cabeza, aunque algunas cosas parecen obvias, hasta que no hablas con ellos no las ves. Nos íbamos de esos encuentros a lo mejor no con grandes lecciones, pero sí con los gestos, con la humanidad que desprendían”, reiteró Sorogoyen.

Del proceso de creación de la cinta, De la Torre se queda con la preparación previa al rodaje. “Ha sido muy interesante, he disfrutado mucho de los políticos, no políticos, periodistas… Ha sido muy estimulante ver que el guión que teníamos ya venía muy bien concebido y cocinado”. Un proceso del que Peña asegura haber “aprendido a acercarme más a los problemas, me ha servido para aprender de política e historia de nuestro país, para darme cuenta de que me la habían enseñado muy mal”.

El reino evita siglas, pero, preguntado sobre la influencia de sus ideas en la película, Sorogoyen entiende que “uno no puede ni debe desligarse de una ideología porque, si no, pierdes tu esencia. Pretendemos hablar de personas que se parecen a nosotros, del sistema y del individuo. Porque, más allá de ideologías, a lo mejor tenemos más que ver con esta gente de lo que creemos”.

Para De la Torre, “es obligado como ser vivo mantener tu capacidad de indignación. Si estamos vivos, vivamos, y eso significa desde una perspectiva adulta, pensar que si creemos que algo debe ser de una manera, tenemos que hacerlo cada uno desde su parcela. Para mí es una necesidad existencial posicionarme, lo contrario sería una falta de compromiso con la vida”.

Sorogoyen y Peña aseguraron haber trabajado con “total libertad” en la que es la primera gran película española sobre la corrupción. Los coguionistas revelaron su preocupación por si, durante el proceso de escritura, saltaba “la noticia de que en algún lado ya estaban buscando extras para otra película sobre el tema. Nos sorprendió que no ocurriera”. Para Peña, la abundancia de cine político sería “señal de salud democrática y cultural”.

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