Dani de la Torre: “En España hubo gánsteres a nuestro modo”

Por María Gil · Foto: ©Lucía Faraig · 5 octubre, 2018

El realizador presenta La sombra de la ley en el Festival de Sitges

Policías corruptos, pistoleros, estrellas de cabaret, sufragistas y anarquistas se cruzan en la Barcelona de “los locos años veinte” que retrata Dani de la Torre. Tras el éxito de El desconocido, el director gallego repite con Luis Tosar, protagonista de su segunda película junto a Michelle Jenner. Convencido de que el cine “es nuestra memoria, uno de nuestros patrimonios más preciados”, agradece la presión que le ha llevado a afrontar la ambiciosa producción de época con la misma actitud y las mismas dudas que su ópera prima. “El cine de gánsteres me marcó, me impulsó a querer dedicarme a esto. No podía dejar pasar esta oportunidad”, asegura.

La época de La sombra de la ley está poco retratada en el cine español. ¿Por qué le atraían los años veinte?

Me gustaron siempre las pelis de gánsteres. Cuando Emma [Lustres] me envió el guión de Patxi Amezcua, me pregunté: ¿pero hubo realmente gánsteres en España? Pues sí, a nuestro modo, pero sí. No estaba el contrabando de alcohol de por medio, pero sí había ajustes de cuentas entre pistoleros de la patronal y pistoleros de los sindicatos.

Si le añadimos los ajustes de cuentas entre mafiosos locales por dominar el territorio, los policías corruptos que vivían de extorsionar a comerciantes y otros usureros, la verdad es que no nos diferenciábamos mucho del Chicago de los años veinte.

¿Van a ver los espectadores un rostro desconocido de Barcelona?

Descubrirán una ciudad luminosa, renacida fruto del dinero que entró de la Primera Guerra Mundial. Las fábricas abarrotadas de trabajadores exigían mejoras laborales, las mujeres reivindicaban sus derechos de igualdad, el dinero trajo el ocio, los cabarets, music halls, la moda, las drogas, el desenfreno, los coches, el lujo, el sueño de triunfar… por eso los apodaron “los locos años veinte”, “los alegres años veinte”.

Aparecen temas de plena actualidad, como las reivindicaciones feministas o la precariedad laboral. ¿Cómo conecta La sombra de la ley con 2018?

La época que narramos es el nacimiento de la España moderna. La sociedad que conocemos hoy surge en ese instante y los problemas que arrastramos ahora tienen su germen en esa época. Entran escalofríos cuando compruebas que lo que se reivindicaba en ese momento sigue sin tener solución. Cien años después, seguimos peleando la igualdad y el respeto entre hombres y mujeres. Esta película trata de esos hombres que deciden el destino de la gente, que con sus decisiones, la mayoría de las veces egoístamente, nos envían a conflictos y dividen a la sociedad sin importarles las consecuencias, solo quieren ver incrementado su poder y su patrimonio.

¿Cree que, con el debate feminista sobre la mesa, hay una mayor responsabilidad para los creadores en este sentido?

El debate es necesario y debe seguir fortaleciéndose hasta que se consiga la igualdad plena. En esa época, las mujeres reclamaban su protagonismo, sus derechos de igualdad, y es algo por lo que debemos seguir luchando hasta que la discriminación desaparezca, la veamos lejana y solo en las películas de época.

Defiende que en España se está haciendo género sin complejos y que con su segunda película buscaba hacer algo completamente diferente a su ópera prima.

Ha sido un rodaje muy duro, es una película complicada, hacer época lo es, y una de gánsteres era un reto muy grande. El plano secuencia de la presentación del music hall quizás fue de lo más difícil que he rodado nunca y no tenía acción. Cuando repasaba las referencias del cine de gánsteres me daban ganas de salir corriendo, pero de alguna forma fue el cine que me marcó, el que me impulsó a querer dedicarme a esto, y cuando me surgió la oportunidad de hacerlo, no podía dejarlo pasar.

«La época que narramos es el nacimiento de la España moderna»

Siendo poco habituales las películas de gánsters en nuestro cine , ¿Cuáles han sido estos referentes?

Mucho tiene que ver con cineastas alemanes como Lang, que de alguna manera son los padres del cine negro. Luego Welles, Huston, Coppola, De Palma, Scorsese, Mann, Coen, Ford, Mendes, Spielberg, Hitchcock, Kubrick, Leone… palabras mayores.

La historia está inspirada en hechos históricos, ¿Cuánto hay de realidad y cuánto de ficción?

Los hechos ocurrieron. Evidentemente La sombra de la ley no es un documental, hemos ficcionado varias tramas e inventado personajes, en algunos casos nos hemos saltado el rigor histórico, sobre todo en hechos que ocurrieron algún año después, pero la base histórica es real y algunos personajes existieron de verdad, como Martínez Anido o el Barón de Koenig.

¿En qué se diferencia la forma en que ha afrontado la dirección de su segunda película? ¿Las dudas son las mismas?

Hay una parte que sí, incluso se hacen más grandes. Si tu primera película funciona bien, la presión para la segunda es mayor. Bendita presión, por cierto. Yo afronté esta como la primera, con la idea de que a lo mejor es la última. Por otro lado, al trabajar con el mismo equipo, estás más relajado, con muchos de ellos ya nos entendíamos con solo mirarnos. Pero la gran duda creo que nunca desaparece… ¿Funcionará? Nadie sabe nada.

La cinta defiende que no haya violencia en las calles de Barcelona, habla de la corrupción de las autoridades, la traición, y defiende a las personas con ideales. ¿Es el thriller el mejor vehículo para transmitir estos conflictos e ideas?

Es el cine, da igual el genero o el estilo. Es uno de los canales más importantes que existen para transmitir el conocimiento, por eso debe estar ligado a la educación siempre, desde niños. Presente en colegios y universidades, forjando mejores personas, más tolerantes, que lo defiendan y protejan. Es nuestra memoria, uno de nuestros patrimonios más preciados.

Se reivindica como director mainstream, pero buscando más capas en la historia, no solo entretener. ¿Qué le mueve a hacer películas?

Contar historias diferentes, emocionar a la gente, hacerla reír, sufrir, disfrutar, que se olviden durante dos horas de sus problemas, contarles algo que les entusiasme o que no, pero que les aporte aunque sea solo un momento de evasión o una siesta en la butaca. También conocer hechos olvidados o que hagan que nos conozcamos mejor como sociedad y como personas.

La sombra de la ley se estrena el 11 de octubre.

Foto: ©LucíaFaraig

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