Entre realidad y ficción | Encuentro con el equipo de Entre dos aguas

8 octubre, 2018
Pase en la Academia de Entre dos a aguas

Los guionistas Isa Campos y Fran Areújo; el distribuidor Álex Lafuente y el actor Israel Gómez mantienen un encuentro con el público de la Academia tras el pase de Entre dos aguas

Reencuentros familiares, vistas al mar y agrias formas de subsistir, entre la precariedad y la criminalidad, en tierras gaditanas, que tienen altas tasas de paro. Entre dos aguas, de Isaki Lacuesta, “parte de una realidad para contar una historia ficticia”, en palabras de Isa Campos. Con esta cinta, que narra las vidas de los hermanos gitanos Isra y Cheíto doce años después de La leyenda del tiempo, el director catalán se ha alzado con su segunda Concha de Oro en el Festival de San Sebastián, que ya levantó con Los pasos dobles en 2011.

“El parto que aparece en la primera escena es real. Es mi mujer, al igual que las tres niñas que aparecen en la cinta son mías. El tatuaje del principio en la espalda también lo tengo y Cheíto es mi hermano de verdad, se hizo marinero después de la película”, reveló entre risas el actor protagonista, Israel Gómez, que reclutó a parte de su entorno para interpretar un relato “con una estructura muy marcada, pero se iba modificando en pruebas y ensayos, ya que el tejido base fue fácil porque sale de la experiencia del trabajo en las películas de ficción”, indicó Campos, que sabía «donde quería llegar, aunque había muchos caminos para ello”.

Por su parte, Fran Araújo habló de la responsabilidad de tener entre manos un trabajo de fábula hiperrealista. “Estábamos constantemente mirando qué tipo de elementos iban a dar verosimilitud, como que el protagonista suba o no las escaleras de su casa al llegar de prisión. De hecho, a tres días de finalizar el rodaje, estuvimos discutiendo sobre la escena final”. Ambos guionistas coincidieron en que «para construir un guión de esta manera, improvisando y modificando continuamente, se tiene que estar dispuesto a renunciar a todo el trabajo que se ha hecho si en el rodaje no encaja».  Para el equipo de montaje, “la forma de escribir sobre la marcha implicó montar sobre la marcha”, añadió Sergi Die, que se contó entre los asistentes al pase.

“Para construir un guión así tienes que estar dispuesto a renunciar a todo el trabajo que has hecho”

Los escritores también alabaron la interpretación de Gómez –“apenas tuvimos que repetir escenas”–, al que no proporcionaron el guión pero le iban explicando las secuencias “para que se lo llevara a su terreno y lo hiciera lo más natural posible”. El actor compartió anécdotas del rodaje corroborando su compromiso con el papel: “hubo un día en el que me puse malísimo, me desmayé y me mandaron al hospital. Firmé el alta voluntaria para ir corriendo a grabar, pero tuve otra bajada”.

No solo la manera de trabajar en el libreto se aleja del cine convencional, la historia que se va desarrollando entre ecos y ritmos flamencos compuestos por Kiko Veneno y Raül Refrëe “está rodada de una manera muy especial, en 16 mm. Fue una apuesta para nosotros porque da cierta atemporalidad a la película con los flashbacks de La leyenda del tiempo. Además, en el celuloide este formato es como retratar a alguien al óleo, es decir, como se hacía antes”, aseguró Campos.

Para Álex Lafuente el cine de Lacuesta “no es fácil de financiar, porque no es para todos los públicos, aunque cada vez más gente que busca estas historias, como ha ocurrido con Carmen y Lola”. El distribuidor también atribuye que esta película haya salido adelante a los galardones que el realizador lleva a sus espaldas “como el Goya a la Mejor Actriz de Reparto de Emma Suárez por La próxima piel”.

 

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