Las dos Suspirias, frente a frente. Bajo el título ‘De Argento a Guadagnino: un juego de espejos’, los críticos de cine Desirée de Fez, Yago García, Jordi Costa y la productora Sandra Hermida analizaron en la Academia el remake del clásico de Dario Argento de 1977 y las diferencias con la original. La propuesta de Luca Guadagnino, que llega a los cines este 5 de diciembre, es “radicalmente distinta”, en palabras de Hermida, mientras que García habló del concepto freudiano de “matar al padre”.
«A todos los que hemos visto la original de Argento, nos impacta la puesta en escena, lo formal. Guadagnino va más hacia la narrativa», apuntó De Fez, mientras que Hermida habló de la “falta de complejos como director” que descubrió en la primera Suspiria.
Al igual que para los ponentes, para el director de Call me by your name también fue una película iniciática en su juventud, que ahora revisa “llevándole la contraria”, según Costa, y “sin dudas, con soberbia” para De Fez. “En algunos momentos parece que se acerca con mucha reverencia, pero al mismo tiempo lo hace enviando el mensaje de ‘yo no soy un director de cine giallo‘, sino un director de cine de autor de culto”, explicó García.
Protagonizada por Dakota Johnson, Tilda Swinton, Angela Winkler y Mia Goth, la historia de terror se traslada del bosque de Argento –“con toda la mitología del cuento de hadas”– al entorno urbano de la Alemania dividida de finales de los setenta, con el terrorismo de la RAF y el Otoño alemán de fondo. “Le ha dado un contexto político y social y una reivindicación de movimientos contraculturales feministas que no estaba en la anterior”, señaló Hermida.
Más diferencias también en lo que se refiere al personaje protagonista, la estudiante de danza Susie Bannion, que en la primera interpretó Jessica Harper. “La original es la historia de una chica joven que descubre que el mundo está podrido. Ella es una víctima. Y el guionista de la cinta de Guadagnino, David Kajganich, defiende que la suya es la historia de una toma de conciencia política”, desgranó García.
Costa fue más allá en esta lectura política: “la película es feminista de una forma nada complaciente. La idea de maternidad, con la mitología de las tres madres, que viene del poema de Thomas de Quincey, es muy radical. Y luego se pregunta si las brujas de la escuela de baile son ‘las buenas’. Hay una idea de las brujas como las que gestionan la culpa de los hombres que fueron responsables de lo que sucedió en Alemania” .
Danza y consecuencia
La influencia del cine italiano, por la “combinación de naturalismo y formalismo enorme”, no es la única referencia de la que bebe la puesta en escena de la nueva Suspiria, según los ponentes, que también ven en ella al Nuevo cine alemán, y especialmente a Fassbinder. “Baja el color, trabaja desde los ocres, pero los movimientos de cámara nos nos remiten a algo muy estilizado”, explicó Costa.
La importancia que tiene la danza –“cada movimiento motiva un golpe de montaje. Danza-consecuencia“–; la idea de transferencia en el baile con el movimiento de todo el aquelarre; y la banda sonora Thom Yorke fueron otros temas que se abordaron en el encuentro, donde también se señaló cómo se deleita en el sufrimiento de las víctimas –“soft porn con vísceras”, bromeó García– y la polémica que ha acompañado a esta producción desde la Mostra de Venecia.
La valentía de Guadagnino
Reivindicaron que los directores puedan ser valientes en sus propuestas y es uno de los méritos que destacan de la nueva Suspiria. “Me gusta que los artistas hagan cosas que no acabo de entender, que se puedan arriesgar a que algo salga mal. Es mejor que el esfuerzo por agradarme en exceso, como pasa con las sugerencias de Netflix en función de lo que has visto. Tenemos que enfrentarnos al cine como espectadores, no como clientes», defendió Costa en esta actividad de la Fundación Academia de Cine en colaboración con Diamond Films.
¿Y trascenderá la cinta de Guadagnino, como sí lo ha hecho la de Argento? “De la misma manera que su precursora, puede ser muy importante para la gente joven y rara. Será una película de la que se hable en corrillos de cinéfilos”, aventuró García.