Sergio Caballero: “Tenemos derecho a decidir si nos apetece vivir esta vida”

24 junio, 2019

Dos mujeres atraviesan en un coche en miniatura lo que parece un exiguo pero infinito camino. A su alrededor, imágenes oníricas las van trasladando por diversos paisajes mentales. Entre frases inconexas y confesiones a media voz, pronto descubrimos que son madre e hija y que se dirigen a un destino que parece ser el último. La madre tiene el rostro y la voz de Ángela Molina. La hija, también su voz. El cineasta y cofundador del festival de música Sónar ha viajado con su lyncheana apuesta, el cortometraje Je te tiens, hasta la Quincena de los Realizadores de Cannes, una combinación por la que se siente “afortunado” por no trabajar con ninguna “censura creativa”.

¿Qué sensaciones le ha dejado el paso de su corto por el Festival más importante del mundo?
Para una persona ousider del mundo del cine, es un reconocimiento a tu trabajo muy grande. Mucha ilusión de poder presentar tu película en un certamen tan prestigio como la Quincena, donde sabes que la audiencia que tienes busca otras propuestas de hacer cine.

Je te tiens es una apuesta que puede resultar arriesgada para el público, ¿qué cree que han visto en él los seleccionadores?
El corto explora nuevos caminos en la producción cinematográfica, es diferente e innovador. Es por ello que la película conecta perfectamente con la voluntad renovadora y el espíritu independiente de la Quincena, que siempre busca las miradas más vanguardistas.

Se trata de una edición en el que el cine español ha sido premiado (Banderas, Laxe, Serra), ¿es un buen momento para nuestro cine?
Las propuestas españolas elegidas son justamente el tipo de cine que en España cuesta muchísimo producir y distribuir. ¿Es un buen momento para nuestro cine? Como ocurre también en otras disciplinas artísticas, los que estamos proponiendo nuevas formas de creación tenemos más apoyo y reconocimiento fuera que dentro de nuestro territorio. Esto tendría de cambiar.

El corto es esquivo en su contenido y onírico en sus formas, ¿cuál es el reto que plantea al espectador?
Es una road movie que principalmente se desarrolla en dos escalas: un coche en miniatura que viaja por una pista de Scalextric por extraños mundos dentro de una estructura metálica de seis metros, y un coche de tamaño real con las dos protagonistas dentro. El vehículo no se desplaza, sino que está rodeado de pantallas de retroproyección para crear sus desplazamientos por los mundos creados dentro de la estructura metálica.

Todo el ártico y estos cambios de escala se muestra en la película desde el principio. El espectador lo acepta y se deja llevar por estos mundos posibles.

La relación madre-hija parece vertebrar el discurso, ¿qué le interesaba de esa dinámica?
Je te tiens es una obra intimista inspirada en el mito de Sísifo, sobre las relaciones maternofiliales, nuestra relación con la muerte, el sufrimiento y los fantasmas del pasado. Temas universales tratados desde una perspectiva visual diferente.

¿Qué intención perseguía al poner en la pantalla un rostro tan reconocible como el de Ángela Molina?
En mis anteriores películas nunca he trabajado con actores profesionales. En este proyecto me apetecía, por un lado, hacer un drama, género que nunca había tocado, y por otro, trabajar con una actriz, pero sin guión.

Cuando le expliqué a Ángela el proyecto, entendió enseguida la naturaleza de la película. La intuición y la improvisación iban a ser el motor de la historia.

Ha sido fantástico trabajar con ella. Ángela no actuó, sino que vivió la relación con su hija durante todo el viaje.

“La repetición es una forma de cambio”, se dice en el corto. ¿Considera las formas del cine actual muy repetitivas?
Estamos viviendo un momento donde todo el mundo sigue las tendencias impuestas por las redes y la industria. Realmente hay pocos realizadores que busquen en su interior y no en referencias ajenas, una manera única de creación. David Lynch es un sano ejemplo de realizador con una mirada muy personal.

Dos mujeres hablando en un coche es una imagen que también despierta recuerdos cinematográficos, ¿ha bebido de algunos referentes conscientes?
Me apetecía hacer un homenaje a las antiguas películas de cine negro de Alfred Hitchcock, donde las escenas de coche eran rodadas delante de una pantalla de retroproyección.

La muerte sobrevuela el relato hasta que toma forma en el discurso para convertirse en el fin de ese viaje. ¿Qué le interesaba explorar de ese tema?
Creo que el ser humano tiene el derecho a cuestionar y decidir si le apetece vivir esta vida. Este es el concepto que sobrevuela en todas las conversaciones entre ellas.

Usted es cofundador del Sónar, y el corto parte del material promocional del festival. ¿Cómo le ha influido esa confluencia de artes?
Me siento afortunado de poder plantear las campañas del Sónar sin ningún tipo de censura creativa. Es fantástico poder promocionar un festival de una manera diferente. Llevamos 26 años haciéndolo y espero que muchos más.

 

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