Imaginar en guión, ejecutar en montaje | El séptimo vicio, especial música

27 junio, 2019

El séptimo vicio de Radio 3 eligió ayer la música para su tercer especial sobre ‘Los oficios de la Academia’, que se emitió en directo desde la sede de la institución. Los compositores Zeltia Montes, responsable de las bandas sonoras Desenterrando Sad Hill y Frágil Equilibrio, y Julio de la Rosa (El cuarderno de Sara, El aviso) fueron los profesionales invitados al programa de Javier Tolentino, que tuvo lugar tras la proyección de La ardilla roja, de Julio Medem, cinta reconocida con el Goya a la Mejor Música Original compuesta por Alberto Iglesias. El acto contó con las canciones de Helena Goch.

“La película te pide lo que necesita”, aseguró Zeltia Montes, nominada a Mejor Música Original por Frágil equilibrio, tras explicar cómo prefiere trabajar a la hora de componer la música de una historia. “La imaginación es más libre trabajando en guión, pero en la práctica es en el montaje donde recibes mucha información que el guión no te da y las imágenes sí”.

Con trabajos pendientes de estreno como Adiós, de Paco Cabezas, Montes, quien lleva dedicada en cuerpo y alma a la música desde los cuatro años, rememoró lo que sufrió con una de sus primeras películas: “A esmorga, de Ignacio Vilar, me costó muchísimo. Es la única banda sonora que he hecho a piano. Es muy diferente a las demás que he realizado hasta ahora pues tienen más orquestación, más de oficio, son más metódicas…”.

Julio de la Rosa, ganador de un Goya por La isla mínima, es el compositor de cabecera de Alberto Rodríguez desde que le descubriera en 7 vírgenes.Desde entonces he compuesto la música de todas sus obras, incluida La peste, en la que hice un trabajo de investigación y mezclé cosas muy contemporáneas y modernas con instrumentos de la época”. Acaba de rodar Diecisiete, de Daniel Sánchez Arévalo, “una película muy bonita y tierna como todas las de Dani, pero ésta con un poso muy profundo”. Y confesó que antes de entregarse a un nuevo trabajo, le gusta leerse los guiones. “Con el guión piensas y te vas metiendo poco a poco. Se va macerando algo en mi cerebro. Pero, acto seguido, te das cuenta de que tienes un punto de vista, pero que el director de fotografía tiene otra, el director tiene la suya, los actores, etc. Trabajar en posproducción tiene sus ventajas, nos ahorramos todas las peleas”.

 

Un referente para las futuras compositoras

Viajeros ambos, Zeltia –que ha vivido muchos años en Los Angeles– contó que «allí hay muchos músicos, compositores españoles muy buenos y reconocidos. Sobre todo llama la atención la composición orquestal”. Y reconoce que le gusta que se utilice la palabra ‘compositora’ para que las niñas tengan un referente y vean que es posible. “En mi vida han sido muy importantes mis profesoras. Si a mí Eva Gancedo, única mujer compositora ganadora de un Goya, no me hubiese dicho que podía hacerlo, no habría ido a estudiar cine al Berklee College of Music, en Boston. Necesitas ver que alguien como tú lo ha logrado y que tú lo puedes conseguir. Me gustaría ser ese referente para las que vengan tras nosotras, porque cada día se ve que hay más mujeres y muy preparadas, pero que se encuentran trabas en el sistema”.

Se encuentra acabando la banda sonora de El silencio del pantano, y confiesa que “todavía me doy cuenta de lo difícil que es esta profesión. Me cuesta, me sorprende, me gusta ser muy meticulosa, me encanta dar opciones para que salga lo que quiero, y no siempre sale. Me apasiona esta profesión pero me sigue pareciendo dificilísimo. Cuando estás buscando algo que no sabes si vas a encontrar, genera mucha ansiedad”.

De la Rosa es menos de orquestaciones y más de “otras maneras de musicar películas. Se pueden hacer tantas músicas que no me gusta ceñirme y limitarte a una orquesta. Una película abre una cantidad de puertas enorme que te permite experimentar”. Y si hay una parte de su trabajo que les sorprende a ambos, es a la hora de mezclar. “En las mezclas hay mucha magia. Pasan cosas maravillosas que yo no había escrito. Hay cosas que salen solas, un sonido que se junta con otro y que vale más que toda la banda sonora. Y otras veces escribes y lo preparas concienzudamente y no sale igual”, reconoció Montes. De la Rosa considera fundamental esta última fase, la mezcla de la banda sonora con el sonido del filme: «ese engranaje es precioso. A veces no sabes si lo que escuchas es el sonido o la música. Es muy importante llevarse bien con la gente de sonido, para hacer equipo y sacar un buen trabajo adelante”.

 

 

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