Las propuestas de Pablo Uruburu (PSOE), Sandra Moneo (PP), Marta Rivera (Ciudadanos) y Sofía Fernández Castañón (Unidos Podemos)

28 junio, 2019

Representantes de los principales partidos políticos reflexionan sobre los pasos a seguir en esta nueva legislatura para introducir la alfabetización audiovisual en las aulas

PSOE / Pablo Uruburu

En la cultura encontramos al tiempo un escenario y un motor de las transformaciones sociales. Hoy, inmersos ya en el siglo XXI y en la llamada sociedad del conocimiento, debemos pensar en la importancia que la cultura ha de desempeñar en su desarrollo y, de manera más específica, reconocer la necesidad de incorporar las competencias vinculadas al/los lenguaje/es audiovisual/es en el proceso de aprendizaje. De manera más amplia, supone reconocer el papel que en nuestra sociedad juega el audiovisual y específicamente el cine como elemento central de nuestro desarrollo cultural. En primer lugar nuestra propuesta es, en el marco de un acuerdo por la educación, promover la incorporación de lenguajes como el audiovisual y la cultura cinematográfica en los currículums y la formación docente.

Un objetivo fundamental es sacar el máximo provecho de las nuevas tecnologías para promocionarlas y llegar a distintos tipos de públicos, especialmente para que el ámbito escolar sea promotor de nuevos públicos. Así, consideramos importante incluir la educación audiovisual en los planes educativos, así como para apoyar aquellas iniciativas destinadas a incorporar los contenidos audiovisuales como material de mejora e innovación educativa.

El tercer campo es el de la mejora y potenciación de las enseñanzas vinculadas al ámbito audiovisual, para lo que nos proponemos impulsar una nuevo marco para las enseñanzas artísticas superiores y en el ámbito del formación profesional, con una nueva ley específica para el desarrollo que permitieran la mejora, la modernización y ampliación de la oferta de estudios en el ámbito audiovisual.

Para los socialistas, la política cultural es una política de Estado que requiere una gobernanza multinivel eficaz y una buena cooperación territorial e intersectorial, que involucre a todas las partes interesadas en todos los niveles de toma de decisiones, desde autoridades públicas y profesionales hasta actores privados, organizaciones de la sociedad civil.

Pablo Uruburu es coordinador de Educación y Cultura
del Comité Ejecutivo Federal del PSOE


PP / Sandra Moneo

Los retos a los que se enfrenta la educación del futuro no pueden abstraerse de los cambios constantes que, impulsados desde la propia sociedad, exigen respuestas rápidas y eficaces.

En los últimos tiempos el sistema educativo ha sabido adaptarse progresivamente a estos nuevos desafíos. A nadie le extraña que el proceso de digitalización de nuestro sistema educativo, tanto en la metodología como en los contenidos, esté presente en la agenda actual. Pero ahora hay otras cuestiones que debemos abordar.

La potencia de la industria del cine en nuestro país, así como la especialización en el terreno audiovisual, ha hecho que un número cada vez más importante de alumnos demanden estas disciplinas en el ámbito universitario. Esa es la realidad.

Sería por tanto importante que la necesaria transformación que demanda el sistema sea receptiva a la inclusión de estos contenidos, primero de forma transversal, para posteriormente incidir en una mayor especialización. Es hora de que nos planteemos qué debe ofrecer el sistema educativo a lo largo de la enseñanza obligatoria a todos y cada uno de los alumnos, porque de la formación de los mismos estaremos definiendo la sociedad del futuro.

Sandra Moneo es Secretaria de Educación e Innovación
del Partido Popular y diputada nacional


Ciudadanos / Marta Rivera

Hace un par de años, uno de mis colaboradores me contó que su sobrina de dieciséis años le había preguntado cómo era la vida en la España de Franco. Y él, que no sabía ni por dónde empezar, le puso Calle mayor, de Juan Antonio Bardem. Aquella joven descubrió la mediocridad de una época, la tristeza, la cobardía, la sumisión de las mujeres, las convenciones clasistas, la cerrazón de la sociedad, la opresión en la que se vivía en aquel país en blanco y negro. En menos de dos horas entendió lo que había sido la España de los años cincuenta. No hay ninguna pregunta de un adolescente que no pueda responderse usando una película. El cine es la mejor ventana para asomarse al mundo, para entender una sociedad, para mostrar sus valores, sus carencias, sus obstáculos e incluso para apuntar sus retos. Y la educación debería poder echar mano de un instrumento tan valioso.

Y si el cine debería ser parte de las herramientas que utilizan las escuelas para ayudar a entender muchas cosas, no debemos olvidar un asunto preocupante: el distanciamiento de las nuevas generaciones de las salas de cine. Los nativos digitales empiezan a normalizar el ver producciones cinematográficas en una tableta. Escuché una conversación de autobús en la que dos chicas decían no entender por qué una tercera iba al cine, “si las películas se ven muy bien en el móvil”. Es terrible que la gente joven deje de relacionar las películas con las salas. En primer lugar, porque cualquier película se ve mejor en una pantalla grande. Y luego porque el cine cuenta con una parte de rito: la cola para coger la entrada, la oscuridad, el silencio, la experiencia compartida. El cine tiene que ser también un elemento de socialización. En ese sentido, la escuela puede jugar un papel extraordinario. Hay mucho trabajo por delante, y me consta que entre los grupos políticos existe la voluntad de hacerlo.

Marta Rivera es Secretaria de Relaciones Institucionales
y responsable del área de Cultura de Ciudadanos


Unidas Podemos / Sofía Fernández Castañón

El cine forma parte de nuestro patrimonio cultural, y como tal ha de formar parte del currículo académico, de la formación de nuestras niñas y niños, de nuestra gente joven. Esto pasa por comprender que no estamos solo ante una herramienta –necesaria para facilitar la comprensión de distintas unidades temáticas en todas las áreas–, sino ante un contenido que tiene que tener presencia, especialmente en cómo concebimos nuestra comunicación (que no es únicamente verbal), nuestra Historia del Arte y nuestra Historia de España y del mundo. Porque el cine es un agente social que ha participado en el devenir de nuestra historia, que ha modificado códigos comunicativos y narrativos y que atraviesa nuestra cotidianidad y nuestra construcción cultural. Por esto es necesario introducir dentro de la formación primaria y secundaria contenidos específicos que permitan al alumnado conocer, comprender, y además, poder disfrutar en más planos de la historia cinematográfica de nuestro país, y de las herramientas de las que se sirve el cine como disciplina artística. Esto implica facilitar el acceso a la producción cinematográfica por parte de la escuela. No pretenderíamos tener un colegio en el que aprenden literatura sin una biblioteca. Esto mismo para el cine: una videoteca para que puedan ver películas, una selección amplia que les permita, como con la literatura, trazar sus propios itinerarios para el visionado de cine.

Por último, es preciso hablar de la liturgia del cine. No sirve solo con ver películas en un ordenador o en la televisión de casa, sino que comprenda el alumnado la experiencia social de ver la película tal como se concibió: en pantalla grande, con buen sonido, en una sala pensada para que esa vivencia sea comunitaria. Por esto, el trabajo con filmotecas y otros espacios de exhibición es fundamental para desarrollar la formación cinematográfica en nuestra enseñanza.

Sofía Fernández Castañón es Secretaria de Igualdad-Feminismos y LGTBI
y área de Cultura de Unidas Podemos

 

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