Sonetos y travellings

Por Leticia Dolera · 1 julio, 2019

La actriz, guionista y directora Leticia Dolera reivindica la importancia de educar la mirada y dotarla de herramientas para acercarse a las películas

A lo largo de mi etapa escolar, entre otras muchas cosas, aprendí lo que eran la hipérbole, la metáfora o el oxímoron. Lo que eran un soneto, un pareado o una rima asonante.

En las clases de lengua y de literatura, y no porque quisiera ser escritora, me dieron herramientas para expresarme a través de las palabras y para ser crítica con los textos que leía entonces y que leería en un futuro.

Estudié y analicé autores y autoras (menos autoras de lo que me gustaría), que plasmaron su visión del mundo en sus historias. Leerlos despertaba mi curiosidad por los temas que trataban y suponía una ventana tanto a sus marcos históricos como a su propia alma. Estudiarlos me obligaba a analizar esas épocas y sus personajes, a comprender qué aprendían de sí mismos y, sobre todo, qué podían estar enseñándome sobre mí y sobre la propia vida, sus conflictos y sus aventuras.

Hoy las historias siguen construyéndonos como sociedad y como individuos, pero no nos llegan solo en papel, lo hacen también, y sobre todo, a través de la imagen y el sonido, ya sea en el cine, la tele o las pantallas de nuestros teléfonos móviles. Y si es importante desarrollar una mirada crítica sobre aquello que leemos, también lo es hacerlo sobre aquello que escuchamos y vemos.

El cine es un gran transmisor de ideología y construye imaginario de manera muy potente; por eso es muy importante educar la mirada, dotarla de herramientas y conocimiento para poder tener un acercamiento crítico y reflexivo a las películas. Que estudiantes de secundaria puedan saber qué es un soneto, pero también qué es un travelling y cuál es su intención dramática; qué es la ironía, pero también cómo afectan la voz en off o la música a una escena. Quiénes fueron Pío Baroja, Emilia Pardo Bazán, Cervantes o Víctor Hugo, pero también Alice Gay, Buñuel o Pilar Miró.

«El cine es un gran transmisor de ideología y construye nuestro imaginario»

Por otro lado, trasladar un guión a imágenes y sonidos (aunque sea de manera amateur en el aula), además de estimular la imaginación y la creatividad, trae consigo un gran aprendizaje sobre el trabajo en equipo y los distintos tipos de liderazgo, algo que puede resultar muy útil en la vida y también en muchas profesiones.

Por eso creo que tanto ver cine como hacerlo enriquece nuestra percepción del mundo, nos ayuda a desarrollar la empatía, la sensibilidad y la creatividad.

El cine es una ventana a otras realidades, una fuente de conocimiento y una invitación a reflexionar sobre la visión de la vida y las relaciones humanas que nos muestra cada película.

Pese a solo rozar los 125 años de historia, ha dejado una impronta muy importante en la sociedad y en nuestras vidas, y la seguirá dejando: cada vez más firme y cada vez más grande. Por eso me parece fundamental no quedarnos atrás y apostar desde las aulas por la formación de espectadores y espectadoras críticos y menos manipulables, que gozarán más y mejor del séptimo arte. Y quién sabe si, además, encontrarán en este oficio una forma de vida, de expresión o de desarrollo personal.

twitter facebook linkedin email