La leyenda continúa | Encuentro con Asif Kapadia

9 julio, 2019

El cineasta británico participó en una mesa redonda sobre cine y fútbol junto a David Trueba y Guillem Balagué en la Academia

La primera vez que el director Asif Kapadia viajó a nuestro país fue para entrevistar a Ronaldo –produjo un documental sobre el astro portugués–. Su segunda visita fue para ver al equipo del que es hincha, el Liverpool. Y la tercera, para hablar de Diego Maradona, documental dedicado a la época napolitana del ‘pibe de oro’ que este jueves se estrena en España.

Feliz con el lleno absoluto de la sala de cine de la Academia, donde se proyectó el que es su tercer trabajo documental –el primero fue sobre el piloto de Fórmula 1 Ayrton Senna y el segundo sobre Amy Winehouse, que se convirtió en el documental más taquillero de la historia del Reino Unido y le valió el Oscar en 2015–, Kapadia participó en una mesa redonda sobre cine y fútbol en la que estuvo arropado por el cineasta, escritor, periodista y columnista David Trueba, “que representa al futbolero cultural frente al futbolero racial”, en palabras del moderador, el también periodista y director de Cinemanía Carlos Marañón; y por Guillem Balagué, periodista, comentarista en la BBC y autor de varios libros sobre legendarios futbolistas y entrenadores, y que está preparando un libro sobre Maradona.

Cuando el cineasta inglés preparaba su último trabajo, que tuvo su première mundial en el Festival de Cannes, pactó con Maradona tres entrevistas, de tres horas de duración cada una. “Nuestro primer encuentro tuvo lugar en Dubái, donde vivía. Estaba viendo en televisión un partido del Boca Juniors, y yo, cada vez que él iba al baño, bajaba el sonido del mando a distancia. En esas entrevistas, cuando pasábamos de los 90 minutos, Diego se perdía. Decidí que, como tenía la historia y la visión de lo que quería hacer, se lo enseñaría cuando estuviese terminado”, recordó.

El fruto de esas reuniones con el jugador número 10 está en el documental. “Es su voz, fueron presenciales, pero Diego no está delante de la cámara”, puntualizó Kapadia, que se centró en el periodo en el que Maradona jugó en el Nápoles, cuando llegó a lo más alto y también donde empezaron sus problemas personales. “Antes de rodar, hago una documentación exhaustiva, solo del viaje del Boca Juniors al Barcelona filmamos 45 minutos que se han quedado en cinco; también retraté sus siguientes destinos –Sevilla, Cuba…- en 30 minutos. Pero siempre tuve claro que la gran historia empezaba y terminaba en Nápoles”, explicó.

A diferencia de Senna y Winehouse, Maradona sigue vivo. “En él todo tiende a lo trágico. Su final no se ha producido, por eso a todas las personas que entrevisté –familiares, jugadores, entrenadores, allegados a este leyenda del deporte- les pregunté dónde acaba esta historia”. Los últimos planos del documental muestran al futbolista dándole a la pelota. “Juega todos los días, y celebra por todo lo alto los goles”, añadió.

 

Mucho mejor que Messi

Aunque Kapadia también ha abordado la ficción, confesó que no se puede contar la vida de 22 jugadores en una película. “Me centro en realidades y las elevo a tal excitación y entusiasmo que parece ficción, pero no lo es. Hay otros deportes como el boxeo que sí puedes transmitir emoción. El fútbol tiene una parte inesperada y, además, puedes contar con un actor que interprete muy bien pero que probablemente no sabe jugar al fútbol. En cambio, Maradona es la figura ideal para hacer un filme, porque en él siempre hay drama y le han pasado cosas inesperadas”, destacó.

Diego Maradona se lanzará el próximo septiembre en Italia y Latinoamérica. “He proyectado el documental para un pequeño grupo de italianos, entre los que estaba el escritor Roberto Saviano –autor de la célebre Gomorra-, que me dijo que le había gustado, pero que había suavizado mucho el tema de la Camorra –relata la relación del deportista con el mafioso Carmine Giuliano–. También lo ha visto su ex mujer, Claudia, y sus hijos, para los que este retrato es duro pero muy realista. Los argentinos que lo han visto me dicen que es mucho mejor que Messi, y, aunque sus compatriotas más jóvenes se sienten avergonzados por ver en lo que se ha convertido, reconocen el interés continuo que despierta. Muchos se emocionan, están orgullosos y comprenden mejor a esta persona que en todo el mundo representa a la Argentina”.

La pregunta no se hace esperar, ¿lo ha visto Maradona? “No. Le he perseguido por medio mundo para enseñarle el documental. No sé si es que no tiene interés, se le ha olvidado que he hecho este trabajo o lo sabe, pero como todo el mundo habla de ello, no lo quiere ver. Cuando se estrene en Argentina, iré allí e intentaré que lo veamos él y yo solos”, reconoció Kapadia, que matizó que había entrevistado a la leyenda, a Maradona, no a Diego, el chaval que quería jugar a la pelota y que soñaba con regalarle una casa a sus padres. “Pero si tenía un buen día, es encantador y sentías su magia”.

Kapadia ha dejado fuera material –visionó más de 1000 horas de metraje- y calificó de “lujo” el poder contar con las grabaciones realizadas por un hincha ultra del Nápoles e imágenes inéditas que grabaron dos cámaras en 1981 contratados por el que fue el primer representante de Maradona, Jorge Cyterszpiler. Sin guión e imágenes de archivo y voces, el director británico ha dado una vuelta de tuerca al documental. “Me gusta ver en pantalla grandes historias épicas. Senna, Winehouse y Maradona son estrellas y hay que ver su potencial emocional en la sala”, indicó.

El tobillo de ‘El Pelusa’

“En la ficción, el problema es la representación épica de un grupo, y lo más interesante cinematográficamente son, por desgracia, las individualidades. Por eso, el boxeo y el tenis, ganan frente al fútbol”, recalcó David Trueba, para quien la vida de Maradona es una “novela-río. La sombra que todavía proyecta es muy alargada”.

Nombre de la mesa redonda que la Fundación Academia de Cine celebró en colaboración con Avalon, Trueba calificó a Maradona de “jugador maravilloso. Quería ganar por la alegría que daba a sus seguidores. Es un líder, un motivador que pertenecía al grupo de los díscolos. Su liderazgo le llevó a rebelarse contra el poder económico y mediático que rodea al fútbol”.

Como Trueba, Guillem Balagué también cree que Maradona buscó el poder “para enfrentarse a él, y se siente cómodo en esa lucha. Es más Ronaldo que Messi”, dijo el periodista, para quien el documental plasma que el jugador estaba a gusto siendo el centro de atención. “Hay imágenes en las que no se puede respirar de la gente que le rodea, y él está en medio. Aquí está Diego y está Maradona, el primer galáctico, el primero que firmó un contrato millonario con acceso a la publicidad y al marketing. Cuando llegó al Nápoles en 1986 – año en el que consiguió ganar el Campeonato del Mundo con Argentina en México, con los dos famosos goles contra Inglaterra en la semifinal, “uno con trampa y otro con arte»- estaba en bancarrota, aunque había ganado mucho dinero”.

Para Balagué, ‘El Pelusa’ ha tenido “constantes subidas y caídas que le han hecho famoso. Casi se muere, y un año después está presentando un programa de televisión, luego ingresó en un psiquiátrico y posteriormente es seleccionador de Argentina”.

En la sala de proyecciones de la Academia también estaba Lobo Carrasco, compañero en el Barcelona de Maradona. “Diego era humilde y su tobillo… muy poco jugadores sabían moverlo como él”, comentó este regateador, que preguntó a Kapadia por “el que movió todos los hilos”, Cyterszpiler -«El Diez» le conoció cuando el futbolista tenía 10 años y jugaba en los Cebollitas. “Sabía que Cyterszpiler era crucial, pero se suicidó y no le pude entrevistar. Creo que hizo bien su trabajo. Diego lo que quería hacer, lo hacía”, sentenció el cineasta.

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