Invisibles

5 marzo, 2020

Llega la nueva película de Gracia Querejeta, Invisibles, una visión irónica de la vida de tres mujeres – interpretadas por Emma Suarez, Adriana Ozores y Nathalie Poza– que pasan ya de largo de los 50 y que tratan de encajar, cada una a su manera, una nueva realidad común: la invisibilidad que sienten ante el resto de la sociedad.

El tema central de este proyecto es el paso del tiempo, más concretamente, la vivencia del paso del tiempo en los cuerpos y las cabezas de tres mujeres que están o pasan de los 50. Aunque es verdad que no existe una clara línea divisoria entre juventud, madurez y vejez, no deja de ser cierto que en el mundo femenino los tiempos parecen llevar su propio y particular calendario”. Gracia Querejeta, directora

 

 

 

Acompañan a las tres protagonistas Blanca Portillo, Fernando Cayo, Pedro Casablanc y Paqui Horcajo.

Nephilim Producciones, y Orange Films AIE son las productoras de este largometraje que cuenta con la participación de RTVE-Televisión Española y RTVM-Telemadrid y Movistar+, con la aportación de Canal Extremadura; y con el apoyo de Gobierno de España- ICAA y Junta de ExtremaduraWanda Visión es la responsable de la distribución en salas de cines.

Sinopsis

Tres mujeres se reúnen cada jueves para dar un paseo matinal antes de acudir a sus puestos de trabajo. Lo que empezó siendo un compromiso entre ellas para obligarse a hacer deporte ha terminado por convertirse en una costumbre de la que procuran no prescindir. Obviamente, no porque esos paseos las mantengan en forma sino porque es una ocasión para contarse lo que les sucede, lo que les preocupa. Unas veces están de acuerdo. Y muchas otras veces discrepan hasta la pelea. Porque Elsa, Julia y Amelia no se parecen en nada. Sus vidas personales son muy distintas y tampoco sus trabajos tienen nada que ver. Pero lo que de verdad las diferencia es el carácter. Elsa piensa que aún puede comerse el mundo. Julia no tiene ninguna ilusión que le anime los días. Y Amelia vive presa del terror a enfrentarse a la vida sola, sin el apoyo de una pareja.

A pesar de las diferencias y desencuentros, hay algo que une a estas protagonistas, un lazo que las mantiene conectadas: la edad y el peso que sienten al saber que han recorrido ya la mitad de sus vidas. Les une la triste sensación de que el paso de los años las ha desplazado de su lugar para arrinconarlas en un espacio en el que se sienten desubicadas y casi perdidas. Son viejas amigas y saben que eso puede llegar a ser un arma de doble filo. Porque a veces, entre las viejas amistades, la confianza conquistada a través de los años permite ser en ocasiones directa y hasta brutal.

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