«Este rodaje Indie, surge de la necesidad espontánea de hacer en un tiempo de encierro y pausa existencial, un tiempo provechoso para la reflexión y la contemplación, el tiempo del Coronavirus, nuestro tiempo. El rodaje fue afrontado con naturalidad, sin temores ni máscaras, en la calle, sin permisos, ni autorizaciones, mano a mano con la soledad. La historia se ve afectada por sus habitantes, que rechazan ser entrevistados, otros más osados hablan y los precavidos van tapados con barbijos, como en la imagen del póster; tienen miedo, especialmente los mayores. Este filme quiere enseñar el virus y hablarle a él como un ser vivo que es, a través de sus habitantes. Pero bajo ningún concepto ha afectado al rodaje, ni a su director».

«Se me ocurrió que esta ciudad fuera el estudio de este ensayo, una inmersión en un momento único en el mundo, un lugar dónde el tiempo transcurre de un modo distinto al habitual y familiar, con un vago aroma a melancolía y soledad que le ha tocado vivir a Niza y que ya echo en falta y no creo haber vivido, ¿o sí? Como tal, esta película, habla del encierro de todos, y cómo nos comportamos ante este nuevo invasor, y esta nueva ley de orden mundial. Los artistas vivimos en cierto modo de cuarentenas creativas, y que la soledad y el silencio del estudio se ampliaran hasta las calles, fue lo sorprendente; porque esta película representa la antítesis de lo que Jean Vigo filmó en su A propósito de Niza… el bullicio y la algarabía de una Niza hace ya 90 años. El ritmo del filme es acorde a un tiempo muerto, donde la vida humana se ha esfumado o retirado de las calles. Un tiempo para pensar y contemplar. Espero que este homenaje a la ciudad de Niza, a sus calles, montañas y aves, haga honor a un tiempo histórico, y a sus personajes, que quizás no nos lo cuentan todo, como el virus. Mientras intento encontrarle un desenlace a estas divagaciones sobre ese pequeño gran ser que nos ha puesto patas arriba, Niza se me derrite en las manos, se me escapa. A ella le dedico este filme como un saludo amigable, postal cálida, luminosa, viva, muerta y resucitada…mi estudio. Será inolvidable para mí». Arturo Prins, director

 

Ce Grand Petit Être (Ese pequeño gran ser)

Guión, dirección, producción, dirección artística y fotografía, montaje y sonido directo: Arturo Prins

Sonido mezclas: Laureano Guevara Música: Lito Vitale y Sandra Mihanovich “Cuando llegue el alba”

Productora: Monoconavaja Films

Intérpretes: Ciudadanos de Niza

Inicio de rodaje: 19 de marzo de 2020   Duración de rodaje: 6 semanas

Presupuesto previsto: 7 500 €

Distribución: Monoconavaja Films

Localizaciones: Ciudad de Niza

Formato: 16:9 HD 2K / Duración: 73 min.

Idiomas de rodaje: francés, inglés e italiano

 

Sinopsis

Un momento histórico mundial. El retrato de una Niza paralizada en cuarentena. El pequeño virus Cov-19, se vuelve un gigante revulsivo en nuestro planeta. Sus habitantes recluidos en sus hogares dejan las calles desiertas. Desde una terraza con piscina, como James Stuart en la película de Hitchcock «La ventana indiscreta» una cámara con teleobjetivo irá filmando día tras día este encierro, sus calles, sus arquitecturas, gaviotas y paisajes. El último día antes de que acabe la cuarentena la cámara sale a la calle a encontrarse con los pocos que van a practicar deportes o pasear a sus hijos. Ellos nos cuentan sus sensaciones, sus miedos y dudas, y lo que le dirían al virus si pudieran hablar con él. Los paisajes también hablan y la naturaleza especialmente, con su mar turquesa, la famosa Promenade des Anglais y playa de guijarros, sus alpes marítimos, barquitos, faros, tractores, helicópteros de la gendarmería, muelles y aeropuertos paralizados, descubriremos una Niza increíble, jamás vista, como un pueblo fantasma.